Desde el pasado 1 de julio, Sanidad Exterior del Gobierno se hace cargo de los controles sanitarios a pasajeros que lleguen de países de la UE, no del resto de España.

Desde el pasado 1 de julio, Sanidad Exterior se hace cargo de los controles a los pasajeros, pero únicamente a los de nacionalidad extranjera. Así queda establecido en el Real Decreto-ley 21/2020, de 9 de junio, de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. En este documento se menciona que Aena prestará apoyo a Sanidad en el control sanitario de las llegadas, pero únicamente en las de turistas extranjeros ya que en junio la incidencia de contagios por coronavirus era similar en toda España.

La llegada de vuelos internacionales al aeropuerto de Ibiza se caracteriza por largas esperas, poca distancia de seguridad y cierto caos cuando coinciden varios vuelos internacionales en la zona de llegada.

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Una ibicenca residente en Florencia desde hace más de 15 años regresó a la isla este pasado miércoles procedente de un vuelo de Pisa. En el aeropuerto de origen, había una única entrada habilitada, donde había un escáner de temperatura y los pasajeros que iban a embarcar pasaban por un «arco que rociaba spray en la ropa y el pelo y ya podías pasar enseñando la tarjeta de embarque», explicó Amagoia, quien destacó la «incoherencia» de que, esperando el vuelo, «te podías sentar en un sillón cada dos libres, pero al subir al avión no había ni un asiento vacío entre pasajeros». Ya dentro del avión, Ryanair no ofreció revistas, pero sí los tradicionales objetos de Duty Free, así como servicio de comida y bebida. Una vez aterrizados en Ibiza, la entrada de la zona de llegadas se dividía en dos partes: españoles y vuelos procedentes de la UE.

Los españoles pasan sin ningún tipo de control sanitario y a los pasajeros procedentes de vuelos de otros países de la UE les pasan por una cola que hace ‘zig-zag’ y que discurre, tradicionalmente, de manera lenta hasta la cámara termográfica que controla la temperatura. «Había aglomeración de gente mientras esperábamos a pasar el control de temperatura», precisó esta viajera. A este control de temperatura se suma que los extranjeros deben rellenar un formulario indicando su nombre, de dónde vienen, dirección en el país de origen, dónde se van a alojar en Ibiza. «Es todo muy incoherente; mucho control en el aeropuerto, pero en el bus y el avión todos juntos y apelotonados», concluyó esta viajera.