El salón de plenos del Consell d’Eivissa se llenó ayer para presenciar el debate de política general de la isla. Los asistentes se sentaron dejando el espacio de un asiento entre unos y otros. Huelga decir que todos usaban mascarilla. A la entrada se pedía el nombre y el número de teléfono. En los tiempos que corren todas las precauciones son pocas: no se sabe quién puede traer compañía de casa sin saberlo. Lo que no se hizo fue tomar la temperatura a nadie.

La sesión matinal fue, en resumen, un ataque continuo de la oposición al equipo de gobierno y del equipo de gobierno a sus predecesores en el cargo. El Ejecutivo insular defendió su unidad y buen rollo interno y el trabajo desarrollado este primer año de la legislatura en el que se han arreglado mucho entuertos administrativos de la anterior legislatura.

Desde la oposición, el PSOE echó en cara al equipo de gobierno la falta de un modelo de futuro para Ibiza y la parálisis de muchos proyectos impulsados en la anterior legislatura, mientras Podemos criticó la inactividad durante la crisis sanitaria de Vicent Marí y su equipo, una opinión que contrastó con la del PSOE, que, con matices, habló de una buena gestión. «Sin proyecto», dijeron, pero adecuada.

La consellera no adscrita, Marta Díaz, fue un verso suelto y conjuntado.

Aprovechó su intervención para protagonizar un momento ‘alfombra roja’. Se levantó para enseñar su mascarilla y su vestido a juego, con ilustraciones de un artista ibicenco de talla internacional. Tras la exhibición, pidió que la isla invirtiera en una «una figura enorme» de este artista «en algún sitio emblemático».

Durante el debate faltaron los aplausos, habituales en estos plenos a nivel autonómico y nacional, a las intervenciones de los oradores del ‘equipo’ propio. Si bien, sí hubo voceros, encargados de criticar las intervenciones contrarias como el que echa pestes del árbitro en un partido de fútbol.