Pablo Monks, propietario de Casi Todo, durante un momento de la subasta celebrada este pasado sábado por la tarde.

Este pasado sábado tuvo lugar la última subasta de la tienda Casi Todo de Santa Gertrudis considerada como una ‘institución’ para los vecinos del pueblo. Más de 80 personas acudieron a la cita, clientes de toda la vida pero también nuevos compradores que no se quisieron perder la última oportunidad de pujar por alguno de los 250 lotes que se ofrecieron allí el sábado.

La última subasta empezó puntual a las 20.30 horas. Pablo Monks, el propietario de Casi Todo, dio las gracias a todos aquellos que se animaron a participar en las últimas ventas de la tienda. Monks fue respondido con aplausos y se ofreció vino tinto a todos los asistentes.

Entre los objetos a vender se ofrecieron desde estatuas por valor de 3.000 euros a máquinas de coser por 30 euros. «Considero que es muy bonito que haya venido hoy toda la gente que nos ha seguido siempre y me siento muy agradecido por ello. También me siento muy positivo y con muchas ganas de empezar una nueva etapa, creo que todos mis clientes me seguirán allí donde yo vaya», explicó el sábado Monks.

David Pombo, residente en Santa Gertrudis, no quiso perderse la última subasta, «siento mucha nostalgia por la clausura de este negocio, yo he pasado gran parte de mi adolescencia viniendo aquí con mis padres, es para mí un recuerdo muy bonito. Yo creo que en España ya no existen muchos negocios como éste, por eso siempre han sido algo especial aquí y era uno de los atractivos de este pueblo», declaró Pombo.

Cati Marí también es vecina de Santa Gertrudis y comentó que «es una pena que esta tienda cierre sus puertas, es como una institución en Santa Gertrudis. Siempre me pareció muy divertido venir, no solo por el ambiente sino por el tipo de gente que asiste».

Sara Oliver es inglesa y hace 14 años que vive en Ibiza: «Hace más de 10 años que vengo a las subastas de esta tienda, siempre hemos comprado aquí muchas cosas mi marido y yo. Hoy mismo he pujado por un armario y lo he adquirido por 50 euros. Nos da mucha pena que cierren, me encanta este sitio», confesó Oliver.

Tobias Lutz es alemán y trabaja para Casi Todo desde hace cuatro años y afirmó el sábado que las ventas fueron muy bien «Hemos vendido a buen precio y la mitad de los objetos que hemos ofrecido se han vendido, así que estamos satisfechos». Casi Todo, no cierra definitivamente, ya que continuarán de manera online y abrirán su almacén en Jesús a mediados de agosto para el deleite de sus clientes.