Puerto de Sant Anotni. | ARCHIVO

La entidad Ports de les Illes Balears, responsable de las competencias y funciones ejecutivas del puerto de Sant Antoni, ha reconocido en un documento los impactos ambientales y las molestias generadas por el tráfico comercial de ferris en la bahía de Portmany, destacando que la presencia de estas embarcaciones es «incompatible» con un turismo de calidad en este entorno, ha asegurado la plataforma Salvem Sa Badia de Portmany.

Según han indicado, en el documento también se afirma que el puerto de Ibiza es suficiente para atender el tráfico de mercancías y pasajeros en la Isla.

Según han explicado responsables de la iniciativa, desde la plataforma han tenido acceso al documento del Consejo de Administración de Ports IB en el que se establecía una moratoria aún vigente para el tráfico comercial en el puerto de Sant Antoni.

Dicho documento afirma literalmente que «los vehículos y las mercancías que desembarcan en el puerto de Sant Antoni de Portmany vienen produciendo impactos negativos en la zona costera y en la calidad ambiental, molestias a los visitantes y residentes de este importante núcleo turístico y, de manera especial, congestiones de tráfico motivadas por una deficiente interconexión con la red viaria local».

También añade que «la presencia de naves de gran tonelaje resulta cada vez más incompatible con una concepción de la bahía de Sant Antoni como un espacio idóneo para un turismo de calidad, que muestra una preferencia por los servicios náuticos y por un entorno bien conservado y tranquilo».

Según ha señalado la plataforma, el ente de Puertos manifiesta «de forma rotunda» que el cierre del puerto de Sant Antoni a los ferris «no tiene importantes consecuencias para las compañías, que disponen de mejores instalaciones en el puerto de Ibiza capital».

Asimismo, han señalado que el documento supone para ellos un «reconocimiento tácito» a los argumentos que sostiene la iniciativa Salvem Sa Badia de Portmany sobre los inconvenientes que genera el tráfico de ferris en el puerto de Sant Antoni, en cuanto a las consecuencias medioambientales, los inconvenientes para el turismo y las molestias que supone para los residentes debido al tráfico de vehículos.

Por último, han recordado que, en base a distintos estudios, el cierre comercial del puerto no ha representado una reducción en el número de turistas que pernoctan en Sant Antoni y el entorno de la bahía, ni tampoco en el número total de viajeros que llegan a la isla por vía marítima.