Los vecinos y comerciantes se quejan de la mala imagen de la zona y de que al no haber turismo nadie se preocupa de que Cala de Bou esté limpia y cuidada. | Arguiñe Escandón

Los vecinos de la zona de Cala de Bou, en Sant Josep, se quejan del mal estado que presentan sus calles. Grafitis por paredes y cabinas de teléfono, señales por el suelo, aceras levantadas, jardineras que destacan por la ausencia de árboles, hierbas secas y mal cuidadas, bancos rotos, farolas arrancadas, falta de papeleras y un largo etcétera.

Los comerciantes también denuncian que, por la falta de turismo este año debido a la pandemia del coronavirus, tampoco se encarga nadie de los locales que no han abierto y de sus alrededores. «Al no tener a nadie a quien presentárselo, está un poco más descuidado de lo normal», indicó Héctor Aguado, trabajador del Rent a Car And Moto A. Turbo, quien piensa que «evidentemente, si al dueño del negocio no le interesa abrir, tampoco se va a preocupar de cuidar los alrededores».

Según el comerciante sí que hay gente que pasa cada día a desinfectar el lugar, pero «hay desgana» a la hora de quitar vallas y hierbas de los locales que no han abierto esta temporada, ya que «todo el mundo daba este año por perdido».

Yaiza, una vecina que paseaba a su perra, explicó que «es verdad que Cala de Bou está bastante dejada. Aceras rotas, la limpieza brilla por su ausencia, hay un desagüe en la rotonda de Sant Agustí que cada vez que revienta se llena todo de papel y huele muy mal, no se limpia. Así una detrás de otra». También se quejaba de que por dónde la pasea hay cristales de botellas rotas.

«Siempre ha estado así. Sant Josep tiene mucho presupuesto, pero lo invierte en el pueblo de Sant Josep y el resto se queda un poquito a medias», recalcó esta vecina.

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Cala de Bou antes no tenía a tanta gente viviendo durante todo el año y «estaba un poquito más dejado. Pero ahora somos muchísimos, cada vez hay más construcciones, más vecinos y esto sigue igual».

Al ser una zona de turismo, los vecinos no dan crédito a cómo están las calles. Todo el mundo relaciona Ibiza con la fiesta y para muchos visitantes no es más que eso, «te das un paseo y todo son cacas de perro, todo sucio». La mayoría de las veces la isla atrae más a gente joven que a matrimonios, por ello, como sólo vienen a pasárselo bien y a disfrutar, no tienen en cuenta todo lo demás.

Muchos hoteles ni han abierto y, debido a eso, tampoco «han limpiado nada». «Aunque no esté el hotel abierto, la poca gente que ha venido, que al menos lo vea limpio», declaró Celia Nieto, que lleva años viviendo aquí y le gusta la isla, no ve que arreglen nada, «Ibiza, en sí, no la veo limpia».

Vicente Portas, otro vecino de la zona, indicó que «queda mucho por hacer aquí, que vuelvan a pasar y revisen la zona, revisen lo que se ha hecho y lo que falta por hacer», y explicó que las zonas más deterioradas son la Avenida Sant Agustí y la calle es Caló, las cuales deberían «mantenerse en perfectas condiciones todo el año».

«Que se revisen también las calles transversales y calles con accesos a la costa. La limpieza de la costa ha de ser más efectiva, más a fondo. No podemos decir que la costa está limpia», concluyó Portas.