Suciedad en el bulevar, al lado del instituto Sa Colomina. | DANIEL ESPINOSA

Las calles de la ciudad de Ibiza están pegajosas, llenas de chicles, hojas, grafitis y pintadas por las paredes… Los comerciantes y vecinos de la ciudad destacan la falta de limpieza en la ciudad.

«Creo que la mayoría de la gente, al igual que yo, coincidimos en que Ibiza es, entre otras cosas, conocida por su suciedad, es algo que también afecta al turismo y que muchos grupos hoteleros tienen problemas a la hora de tener reservas o de mejorar según que calidad de servicios», declaró el encargado de Dulcinea, Diego Pérez, que se quejó de la calidad y el tipo de contenedores de los alrededores, al igual que destacó que se tiene que llevar a cabo el mantenimiento correcto de los árboles plantados en los paseos porque «tiran hojitas o según qué resina al suelo, que eso no depende de las personas, eso tiene que llevar un mantenimiento detrás para evitar que se propague y termine llenando las aceras de porquería».

En verano, Vila incrementa su población ante la llegada de turistas, pero este año, debido a la pandemia del coronavirus, no ha llegado tanta gente a la isla y las calles de la ciudad siguen igual de sucias. Al menos ésa es la sensación que tienen los vecinos y comerciantes consultados ayer por este rotativo. «Cuanto más gente hay, estadísticamente, es más probable que haya más suciedad», apuntó Diego, el encargado de este comercio.

Julia Tur, la dueña del bar Lomax, ha notado mucho el cambio de un año a otro y la diferencia tras el confinamiento porque «el año pasado, pasaba la máquina casi cada día, incluso sábados, pero tuve que llamar el viernes porque hacía dos semanas que no pasaba ni un sólo día», refiriéndose a la zona del bulevar Abel Matutes. «Lo que pasa es que creo que se están ocupando más de otras cosas y no tanto de la limpieza y creo que es lo que más deberían mirar, para que, precisamente, los pocos turistas que vienen, por lo menos, demos una sensación de limpieza, que es lo que más se necesita ahora», concluyó.

Rubén Jurado, un vecino, destacó también el hecho de que «las calles están sucias, pero, lamentablemente, se preocupan más por otras cosas insignificantes», quien explicó que hay muchas hojas, excrementos de perros y mascarillas usadas por la calle.

Roberto Ballester, otro residente en Vila, nota mucho la diferencia de limpieza en comparación con otros pueblos, «algunas calles y barrios dejan mucho que desear», que aparte de la naturaleza, recalcó «el comportamiento de las personas, ya que la gente no ayuda nada».

Cabe recordar, además, que el PP de Vila pidió en el pleno de esta semana la dimisión del concejal de Medio Ambiente, Jordi Salewski, por su «nefasta» gestión al frente de este departamento y, precisamente, la falta de limpieza y mantenimiento en la ciudad.