Imagen del hotel Romeo’s. | MARCELO SASTRE

Un tótem de neón y coches clásicos en la puerta. Es la pista. Se percibe rock & roll en el ambiente, en las patillas del jefe. Hay que tener valor para inaugurar un hotel un 14 de agosto en estas circunstancias, pero Diego Calvo se muestra «súper orgulloso»: el hotel está lleno hoy y se va a celebrar, además, la primera boda en la capilla nupcial al estilo Las Vegas, en un extremo de la piscina.

Estrena este servicio singular una pareja de turistas madrileños «que querían una boda diferente». Llegaron al Romeo’s en la limusina Lincoln blanca –otro extra de la casa– que utilizaba Silvester Stallone cuando venía a los estrenos de sus películas en España. Para esta ocasión, el fundador y director general del motel (así como de los seis establecimientos de la cadena en la isla) se pone unas gafas como las de Elvis… «Que paséis un día de película…», y en un momento ya se pueden besar los contrayentes y darse un baño en un jacuzzi con forma de corazón, por ejemplo.

A los invitados les esperan sorpresas como el karaoke canalla en una estancia ‘secreta’ con bola de disco y sofás de leopardo (con todas las medidas de seguridad e higiene, of course), decorada con fotos de los artistas, músicos y famosos que lo pasaron en grande en Studio 54, la legendaria discoteca del Nueva York de los 70. Y para terminar el día, una suite con teléfono analógico y neón en el cabecero, puro love motel. Romeo’s, con una estética predominante de rojo y blanco, cuenta con 12 suites y 22 habitaciones con los nombres de etapas de la Ruta 66, la histórica carretera que transcurre de Este a Oeste, de Chicago a Santa Mónica (California).

Después de Santos Ibiza Suites, Tropicana Ibiza, Dorado Ibiza, Cubanito y Paradiso Art Hotel, Romeo’s Motel & Diner es «la nueva aventura» de Diego Calvo y su socio, Tallyn Planells, «amigos hasta que la muerte nos separe». Y se han embarcado en este proyecto «enfocándolo con una ilusión enorme por cuidar todos los detalles. Hemos aprendido en cada hotel e intentamos superarnos», explica. Porque lo que hace diferente a este establecimiento es eso, los detalles, en plan película de Tarantino, como el cine al aire libre, con la proyección de True romance (Amor a quemarropa en España) –«mi película favorita»– ; el bingo con la dj rockera y ‘pin up’ Lola Von Dage (los viernes) o las hamburguesas y milkshakes dignos de Pulp Fiction para que todo esté acorde con el concepto: unas vacaciones de cine para una clientela «internacional, cosmopolita y muy interesada también en el arte y la música», como define a sus huéspedes este empresario ibicenco de 40 años, natural de Sant Josep (de Can Noguera) y de padres sorianos.

La conversión de un hotel vetusto de Cala de Bou en un motel de moda de la bahía de Sant Antoni y Sant Josep (calle Lleó, 3) se inició en octubre pasado. La apertura estaba prevista en junio de este año, pero el virus obligó a retrasar los planes… Hasta este fin de semana. Este paréntesis de confinamiento lo aprovechó para desarrollar el proyecto Ibiza Festival Calendar, en colaboración con Marc Rahola (director general de la cadena hotelera OD Group), cuya finalidad es prolongar la temporada turística. «Estamos siempre activos», recalca Diego Calvo, que no para de dar instrucciones a los empleados, bien ajetreados, mientras cuenta cómo se grabaron en Ibiza algunas escenas del último vídeo de los Rolling (Criss Cross) en las que aparece su Mustang rojo. Porque el leit motiv de este hotel es eso: el rock, las road movies y ese estilo de hotel vivo, chispeante, inspirador, de escapada a Las Vegas, para parejas fugaces y no tanto, para lovers and sinners, para sentirse Christian Slater o Patricia Arquette, por ejemplo.