Efectivos del Grupo de Rescate Vertical (GRV) de los bomberos durante el rescate en Cala d’Hort.

Un exceso de euforia desencadenó la noche del jueves una nueva tragedia en la zona acantilada de Cala d’Hort. La víctima: un joven británico de 30 años que estaba bajo los efectos del alcohol tras una intensa jornada de fiesta en la isla junto a un grupo de amigos y su pareja. El joven tuvo un arrebato y se despeñó tras realizar una serie de temerarias cabriolas.

Positivo en cannabis. Horas antes de la fatídica caída de más de 100 metros, el joven de Liverpool había dado positivo en cannabis en un control de la Policía Local de Sant Antoni. Los agentes le retiraron el vehículo.

Desparrame de birra. La rotonda de acceso al polígono de Can Frígola fue el punto donde el martes fueron a parar litros y litros de cerveza. Un portón mal cerrado desencadenó la caída de buena parte de la carga que transportaba un camión. Decenas de cajas fueron a parar al asfalto y el líquido de centenares de botellines se desparramó por la calzada.

Hackers y cerdos ibéricos. 34.000 euros a cuenta de la venta de 140 cerdos ibéricos. Es el botín que desviaron un grupo de ciberdelincuentes que usaron el método del ‘hombre del medio’ para hackear una operación de compraventa porcina. La transacción entre unas empresas de Badajoz y Salamanca fue hackeada por cinco delincuentes detenidos en Ibiza y Valencia.

Okupa reincidente. Un destornillador y otros elementos que usaba para reventar los bombines. Son las pruebas de cargo contra un joven reincidente. La Policía Nacional le sorprendió escondido entre unos matorrales de Platja d’en Bossa cuando trataba de huir después de ser cazado perpetrando su enésima usurpación de una vivienda.

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La sutilidad de un mensaje y un tendedero. «No tocar, por favor. Como toques te corto las manos”. Una pared de pizarra junto a un tendedero puede ser un lienzo inmejorable para dejar tan sutil mensaje. Puro arte en la Marina. A esta obra presente en la calle La Virgen hay que sumar la presencia en la entrada a sa Penya de un póster de Al Pacino en la mítica Taxi Driver.

Hilo de silicona invisible. Las ocupaciones ilegales de viviendas se han disparado en los últimos tiempos y también han aflorado nuevas técnicas usadas por los amantes de lo ajeno. El hilo de silicona invisible es una de las más empleadas y permite conocer al okupa o ladrón si la casa está habitada o no. Alerta y mucho ojo.

Pirata y traficante. La Audiencia Provincial condenó a seis años de cárcel a un joven de 32 años juzgado tras ser detenido cuando circulaba con un ‘taxi pirata’ en el que la Guardia Civil halló un neceser cargado de un auténtico híper de la droga. Los agentes le intervinieron cocaína, hachís, cannabis, éxtasis, LSD, GHB y Tucibi, la ‘droga de los ricos’.

Las ratas toman Vila. Ratas como conejos campando a sus anchas por las aceras. Una imagen deplorable que los vecinos de Platja d’en Bossa grabaron para denunciar la falta de limpieza y el abandono que sufren por parte de Vila. Vecinos de otros puntos de la ciudad denunciaron semanas atrás la presencia de roedores por las calles.

Fiestas temerarias. Cañones de luz, equipo electrógeno, neveras y litros de bebidas alcohólicas. Es parte del material intervenido por la Policía Local de Ibiza tras desmantelar una fiesta tan ilegal como temeraria en tiempos de coronavirus.

Mala hora. El ladrón que arrebató el jueves de madrugada un reloj de 30.000 euros en la avenida Bartomeu Roselló no contaba con la presencia de dos agentes fuera de servicio.