La Guardia Civil continúa con la investigación de las posibles causas del incendio que calcinó cerca de seis hectáreas de pinar. Se trata de una zona donde habitualmente hay infraviviendas y asentamientos ilegales. | DANIEL ESPINOSA

Efectivos en la lucha contra el fuego siguen refrescando la zona afectada por el incendio forestal que este fin de semana en Sant Antoni ha calcinado cerca de seis hectáreas de pinar.

Asimismo, se realizan labores de vigilancia para evitar que se reactive algún foco. El fuego quedó controlado este pasado domingo sobre las 11.30 horas y a las 20.00 horas de ayer se dio por extinguido.

El alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, afirmó ayer que la Guardia Civil sigue investigando las causas. Según destacó, un vecino de la zona relató a los agentes que había visto cómo un vehículo abandonaba el lugar justo a la misma hora en la que comenzó el incendio. La Guardia Civil habría localizado ya al propietario del turismo y, por ahora, «parece que no hay indicios de que sea el culpable», según apuntó el alcalde de Sant Antoni.

«La Guardia Civil sigue con su trabajo y si hay algún culpable, esperamos que se localice cuanto antes y se haga justicia», afirmó el primer edil, asegurando también que se baraja tanto que el fuego haya sido provocado como fortuito.

En la zona, según recordó, suelen realizarse acampadas y asentamientos ilegales, con los peligros que pueden conllevar, algo que pudo comprobar ayer Periódico de Ibiza y Formentera con su visita a la zona ya que alrededor de la zona quemada había infinidad de botellas y hasta colchones.

El alcalde agradeció el «gran trabajo» realizado por todos los efectivos que combatieron el incendio, recordando que «gracias a ellos, la cosa no fue a más».

El fuego, declarado sobre las 15.46 horas de este pasado sábado, quedó estabilizado el sábado por la noche en torno a las 23.15 horas. El fuego se inició en la falda sur de Sa Talaia, ascendió con bastante velocidad y pasó a la ladera norte de la montaña. Según precisó el Ayuntamiento de Sant Antoni, la rápida progresión del fuego es lo que más dificultó su extinción. En el momento en que llegó a la cima, la intensidad se redujo, lo que permitió un mayor control del incendio.

La zona donde se originó, en la falda sur de Sa Talaia, es donde había más peligro por la proximidad del núcleo urbano de Sant Antoni. Afortunadamente, el desarrollo del incendio fue en dirección contraria al pueblo, por lo que no hubo riesgo para las viviendas; únicamente fueron retirados algunos vehículos de la zona boscosa. El alcalde admitió ayer que la cercanía de las llamas «provocó situaciones de riesgo y peligro».