Martí March y María Antonia Font durante la rueda de prensa de ayer en la conselleria d’Educació.

El conseller d’Educació del Govern balear, Martí March, presentó ayer cómo será la vuelta al colegio en Baleares desde el 10 de septiembre. Una vuelta marcada por la presencia del coronavirus en la sociedad y la posibilidad de contagios en la comunidad educativa, y repleta de incógnitas sobre el día a día.

Una de las más importantes tiene que ver con Ibiza y Formentera. Es el aumento de los profesores previsto por la consellería para bajar el ratio de alumnos por clase. Martí March cifró en 458 el número de nuevos contratados, una cifra «claramente insuficiente» para la comunidad educativa y los padres y madres de las Pitiusas. Además, cuando apenas faltan unos días para el regreso no se sabe el número exacto que corresponderá a nuestras islas.

Por lo demás, el conseller aseguró que la vuelta se hará siguiendo el escenario B previsto en los planes de contingencia de cada centro. Así, las clases serán presenciales hasta 2º de Secundaria y semipresencial, acudiendo días alternos, en el resto de cursos. Además, habrá un número máximo de 20 alumnos por aula hasta 2º de ESO lo que supondrá, según sindicatos y profesores, «un grave problema porque Baleares arrastra desde hace años un problema grave de infraestructuras».

Algo que Martí March pretende solucionar con alternativas como adaptar nuevos espacios en los centros, recurriendo a los ayuntamientos para que cedan espacios o, incluso, a empresas privadas en un punto que aún está en fase de estudio. Además, el conseller confirmó que se tiene previsto la instalación de 30 aulas modulares, de las que diez ya están terminadas e instaladas, y que su implantación «es el último recurso con el que trabaja la conselleria».

Otra novedad será la llegada de los alumnos el primer día a clase. Martí March confirmó que se hará gradual en varios días para evitar aglomeraciones. Empezarán los más pequeños, con un máximo de 150 alumnos por jornada, y está previsto que en el caso de los centros más grandes el proceso pueda concluir en un máximo de diez días.

«De los lugares más seguros»
El conseller, al igual que hizo el martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró que «la institución escolar será uno de los espacios más seguros de nuestra sociedad» y que para conseguirlo se tomarán medidas de higiene y seguridad de obligado cumplimiento.

La directora general de Salud Pública, María Antonia Font, confirmó en la misma rueda de prensa que el uso de la mascarilla será obligatoria para todos los alumnos dentro del transporte escolar y que luego, en el colegio, la tendrán que llevar durante todo el tiempo los estudiantes a partir de 1º de Primaria.

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Los padres no deberán llevar a los niños al colegio si tienen 37,5 grados de fiebre, tos y dificultad respiratoria, tendrán que firmar una autorización para que a sus hijos se les haga tests PCR en caso de brote y deberán mantener informado al centro de cualquier novedad al respecto y sobre los grupos de personas con quien se han relacionado.

Mientras, en el propio centro se harán controles aleatorios de temperatura al alumnado y al personal y si hay algún brote, Font aseguró que lo fundamental será analizar si se ha producido en dentro o fuera «para saber si se procede a la cuarentena o al cierre temporal de las instalaciones».

En caso de que se de un brote
Si un alumno presenta síntomas será trasladado a una sala de aislamiento por el adulto que haya detectado el caso, y se avisará a la familia. Después, será un equipo sanitario el que hará la valoración clínica y decidirá si se hace una PCR y si se descarta el diagnóstico, el estudiante se podrá reincorporar al centro.

Por su parte, los alumnos y personal docente y no docente que hayan tenido un contacto estrecho con un caso, podrán permanecer en el centro educativo hasta el final de la jornada, aunque sin relacionarse con otros alumnos u otras personas del centro. Y al día siguiente, podrá acudir a clase evitando cualquier contacto social. Mientras, los hermanos convivientes con el alumno con síntomas no podrá acudir a su centro hasta tener el resultado negativo de la prueba.

Con tres casos se considerará brote y en este caso, Font aseguró que las autoridades sanitarias harán una evaluación del riesgo y se informará al centro educativo de las medidas a tomar. Sin embargo, será el equipo directivo del centro el que avisará a las familias que son contactos estrechos del lugar y la hora donde se harán las pruebas PCR, y también se encargará del seguimiento de las actividades educativas y las adaptaciones curriculares pertinentes para los alumnos en aislamiento o cuarentena en sus casas durante un mínimo de 10 días.

Además, desde la central de coordinación COVID-19 habrá un equipo específico para el ámbito educativo, bautizado como CC-eduCOVID, que atenderá las consultas y dudas que comuniquen los centros, y junto a ellos un equipo de rastreadores formados de forma específica para seguir los entornos educativos.

LAS CLAVES

  • Enseñanza presencial.
  • En Infantil, Primaria y 1o de ESO cuando se respete la distancia de seguridad y ratios de 20 niños por curso en función de los espacios disponibles.
  • Semipresencial en Secundaria obligatoria, Bachillerato, FP y el resto de niveles, si cumplen las ratios y tienen espacios para guardar la distancia. Podrá ser alterna.
  • Mascarilla obligatoria en el transporte escolar para todas las edades. En el centro a partir de 1o de Primaria incluso en los grupos de convivencia estable.
  • Entrada progresiva desde el primer día para evitar aglomeraciones y hacer pedagogía de las normas. 150 alumnos por día máximo.
  • Ratio. Máximo de 20 alumnos y para ello se adaptarán y se buscarán lugares donde dar las clases