El grupo de voluntarios, una gran familia que cuida de las futuras tortugas ‘caretta caretta’. | Toni Planells

Esta semana se han entregado las camisetas identificativas a las personas que se han presentado como voluntarias para proteger el nido con 78 huevos de tortuga marina, caretta caretta, depositados en Es Cavallet.

Estos huevos proceden del centenar que se detectó de un desove el pasado 14 de julio en la playa de Cala Nova y de los que 20 se han trasladado a una incubadora en Mallorca. Uno de ellos quedó fuera del nido y otro se encontraba roto, por lo que no podrán salir adelante. Los 76 restantes se trasladaron al Parque Natural de Ses Salines por la ideonidad de la localización.

Allí un equipo de más de 50 voluntarios, junto a dos educadoras ambientales, se encargan de vigilar el espacio, acotado por dos líneas de vallas en las dunas, e informar a los curiosos que se acercan. Los peligros son diversos, desde inconscientes que pudieran arruinar los nidos, a perros que en su paseo playero les diera por escarbar en la arena que alberga los huevos.

Pero la fecha del nacimiento de las pequeñas tortugas se acerca y se hace necesaria una vigilancia más exhaustiva, por lo que desde este mismo fin de semana la vigilancia se extenderá y durante las 24 horas no se perderá ojo del nido. Durante el día, como se ha venido haciendo hasta ahora, será el equipo de voluntarios, al que se unirá la Associació de Voluntaris d’Eivissa, junto a una educadora ambiental, quienes se encarguen de la vigilancia. Por las noches, momento más probable para la eclosión, será un equipo de tres especialistas (técnicos del Parque Natural de ses Salines, veterinarios, naturalistas…) quienes se encarguen de la vigilancia. Todo coordinado desde la Conselleria de Medio Ambiente del Govern balear.

Según la experiencia del reciente desove producido en Punta Prima (Menorca) el pasado mes de junio hay muchas probabilidades de que la eclosión de los huevos se produzca durante esta semana o la siguiente. Según el patrón de las tortugas menorquinas, hay una diferencia de unos dos días entre el nacimiento de las primeras tortugas en la incubadora y las del nido en la playa. Por lo que el nacimiento de las de la incubadora dará la voz de alerta a la hora de esperar la inminente llegada de las tortugas recién nacidas en Es Cavallet. Para preparar este momento, el Consorci de Recuperació de Fauna de les Illes Balears (COFIB) impartió este pasado jueves un curso a las educadoras ambientales para dar la pautas necesarias a la hora de actuar ante el nacimiento de las crías.

Igual que se hiciera el pasado año en las mismas circunstancias, las recién nacidas se trasladarán fuera de Ibiza, probablemente a Mallorca, a un centro especializado para asegurar su supervivencia antes de su puesta en libertad.

La puesta en libertad de estas 36 tortugas, nacidas hace cerca de un año en Ibiza, está prevista para el próximo mes de octubre en Es Cavallet, playa donde desovó su madre. Para esas fechas se espera que el tráfico marítmo que satura el horizonte desde esta playa en verano se haya diluido lo suficiente como para que la amenaza a la supervivencia de las recién llegadas se reduzca al máximo. Hay que tener en cuenta que el nacimiento de estas tortugas de manera natural, sin la intervención de toda la citada infraestructura, sería prácticamente una sentencia de muerte para la gran mayoría de las crías que lograran salir de sus huevos.

El verano pasado Ibiza vivió un momento histórico con los primeros desoves de tortuga ‘Caretta caretta’ en Baleares jamás registrados. Se produjeron en Platja d’en Bossa y en Es Cavallet. Del centenar de huevos depositados en estas playas, 37 fueron viables. Gracias a la dedicación del voluntariado, el Centre de Recuperació de Espècies Marines (CREM), técnicos del Parque Natural de Ses Salines, COFIB y demás, 36 hembras salieron adelante y esperan a incorporarse a su medio natural el próximo mes de octubre.

Cambio climático
Sin enbargo, esta noticia no es lo positiva que pudiera parecer. La mayor parte de estas tortugas, un 80%, viene de Florida y suele viajar hasta el este del Mediterráneo para desovar, a Chipre o Grecia por ejemplo. Todo sea dicho, con un gran número de bajas por culpa del plástico y la contaminación que se encuentran durante su viaje. Pero el aumento de la temperatura de las aguas de nuestro mar, debido al calentamiento global producido por el cambio climático, está llevando a esta especie a cambiar sus rutinas vitales y elegir otros sitios, como nuestras islas, para cambiar su ciclo vital. Otra señal más de que el estado climático del Planeta es más que preocupante.

Los voluntarios
Laida y Jaime, y Elena y Samuel son dos parejas que se han presentado como voluntarios. Los cuatro coinciden en las razones que les llevan a donar su tiempo a esta causa: poner su granito de arena en la protección y conservación de esta isla que adoran. A Samuel el trabajo no le permitió ofrecer este servicio durante el pasado año, pero todos los demás ya tienen esa experiencia y no han dejado pasar esta nueva oportunidad de aportar su ayuda en este nuevo acontecimiento. Mientras juega en el agua y la arena, Suso, el hijo de Elena y Samuel, también colabora, se interesa y toma conciencia sobre la conservación de la naturaleza a sus 12 años.