Toda su cocina es casera, apuestan sobre todo por el producto local y tienen una carta mediterránea muy variada en la que las brasas son las protagonistas. Allí se cocinan tanto carnes como pescados frescos y verduras del mar y de la huerta ibicenca.
Entre las carnes recomendamos especialmente el entrecotte, el chuletón de vaca madurada, el muslo de pollo ibicenco a la brasa y el tartar de solomillo.
El buen pescado está más que asegurado, y además tienen vivero propio. Tienen bacalao al horno, pulpo gallego a la brasa, gambas, frita de pulpo y pescado del día (roja, gallo o mero).
Otras especialidades son los arroces, su excelente bullit de peix y la salmorra (ambos por encargo). Es todo un lujo podernos comer una buena paella o un arroz con bogavante en pleno centro de Ibiza.
De Vila ha pensado en todos, y aquellos que quieran algo más ligero pueden pedir una riquísima ensalada de quinoa o de salmón, gambas y aguacate. Sus woks están riquísimos y los hacen de pollo y de gambas. También tienen pastas y pizzas caseras, y como entrante, recomendamos sus calamares a la andaluza y los huevos rotos con sobrasada ibicenca.
Además de comer y cenar, De Vila está abierto todo el día ininterrumpidamente, así que podemos desayunar en su terraza, que además la cubren los días más fresquitos, o tomarnos un café por la tarde acompañado de uno de sus postres caseros.
Si aún no lo conoces, puedes acercarte cualquier día de la semana, menos los martes que está cerrado. Te sorprenderá el sabor de su cuidada cocina, en la que destaca ante todo la calidad del producto, y te sentirás como en casa, ya que el trato es cercano y el servicio es excelente.
El ambiente es familiar y es el lugar perfecto para celebrar reencuentros con amigos en torno a una mesa, ya que cumplen con todas las medidas higiénico sanitarias, tenemos zona de aparcamiento y está en pleno centro.
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