La Junta de personal docente no universitario de Ibiza y Formentera ayer antes de la rueda de prensa en Ibiza. | DANIEL ESPINOSA

Mientras muchos padres y madres llevaban a sus hijos al colegio y profesores y directores de centros escolares se las apañaban para que todo el mundo comprendiera las nuevas medidas que regirán la vida de los alumnos durante este curso escolar, la Junta del personal docente no universitario de Ibiza y Formentera dio una rueda de prensa frente a la Delegación Territorial de Educación de las Pitiusas para llevar a cabo una serie de reivindicaciones.

Según los convocantes, el trabajo que se hecho desde el departamento que dirige Martí March «para garantizar la seguridad y la calidad educativa no es suficiente».

De hecho, según manifestó la presidenta de la junta, Joana Tur, a la puerta de la delegación, «desde la Conselleria no se ha sabido dar respuesta a las necesidades reales que implica iniciar un curso con las garantías suficientes de calidad educativa para todo el alumnado y de seguridad sanitaria para la comunidad educativa».

En este sentido, Tur aseguró que «en situaciones excepcionales se requieren medidas excepcionales en dos puntales tan básicos de nuestra sociedad como son la educación y la sanidad. , En el caso de las Pitiusas, la situación de pandemia actual no ha hecho sino agravar y hacer más patentes unas carencias que es hora de hacer frente con decisión».

Aumento de presupuesto
Por ello, la principal reivindicación fue el aumento del presupuesto destinado a Educación en un 1,75%. En total y según explicaron desde la junta, en Baleares este presupuesto es de un 3,25% del PIB, frente al 7% que recomiendan tanto el Ministerio de Educación como la Unesco, y además está por debajo de la media nacional, que es de un 4%.

Por ello, Tur pidió «que se llegue como mínimo al 5% debido a la situación excepcional que nos deja la llegada del coronavirus». Un aumento presupuestario que, según la Junta, se podría destinar a reducir las ratios en las Pitiusas y Baleares, tener más infraestructuras para los centros educativos, más recursos para el alumnado y los docente y contratar más profesorado».

Falta de profesores
Precisamente el aumento del profesorado también estuvo entre sus demandas porque, según Tur, «es una necesidad que aunque las Pitiusas arrastran desde siempre ahora es más urgente que nunca».

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También analizaron la redistribución de profesores especialistas y los que se dedican a coordinar distintas áreas, apoyos y actividades extraescolares. Según la junta, en el caso de los primeros «al desaparecer por completo y convertirse en tutores, se genera pérdida de calidad de la enseñanza» mientras que en el resto de casos, «los docentes están muy preocupados porque se resienten aspectos fundamentales y nuevos proyectos iniciados en cursos anteriores relacionados con nuevas metodologías de aprendizaje».

Asimismo, Joana Tur aseguró que la falta de espacios para habilitar aulas y de profesores, y la imposibilidad de muchos centros para cumplir con los ratios de 16 y 17 alumnos por curso «supondrá una pérdida de calidad educativa y una desigualdad entre los centros de las Pitiusas, ya que no se podrá ofrecer las mismas posibilidades a los alumnos».

Por último, recordó que la nueva situación «cargará de más trabajo al profesorado» y criticó abiertamente que los profesores asuman tareas propias de sanitarios. «Son educadores y están formados para ello y no sanitarios que necesitan una educación específica para poder responder correctamente en caso de que se produzca algún contagio».

Vuelta al cole
La fuerte lluvia que cayó ayer durante apenas unos minutos en algunas zonas de Ibiza se convirtió en un invitado inesperado en la vuelta a las aulas. De hecho, complicó aún más una jornada matinal marcada por algunos lloros, distancias de seguridad, geles hidroalcohólicos y mascarillas entre los mayores de seis años y los padres.

En algunos centros no fue fácil mantener la distancia de seguridad por más que lo intentaron los progenitores. Todos ellos, equipados con mascarillas protectoras, intentaron por todos los medios que sus hijos no se juntaran con sus compañeros de clase mientras esperaban en la puerta. En muchos casos fue casi imposible ante las ganas de volver a juntarse, abrazarse y jugar con amigos que hace tanto tiempo que no veían.

También se generó algo de confusión, sobre todo al principio, con las nuevas entradas que han habilitado los centros y con el tema de que los padres no pudieran entrar con los niños al colegio teniendo que esperar fuera a que los recogiera un tutor. Y es que hubo más de un caso en el que han sido los propios mayores a los que les costó separarse de sus hijos mientras estos entraban con ganas de formar parte de su grupo de convivencia estable en el que tendrán que estar a partir de ahora.

Una vez dentro del centro, los pequeños demostraron llegar muy bien enseñados de casa, siguiendo todas las indicaciones de sus maestros en temas como la higiene de manos, el uso de geles hidroalchólicos y en el caso de los más mayores el uso de la mascarilla y la distancia de seguridad.