Realidades y mitos sobre el punto G femenino

El punto G femenino en ocasiones se utiliza con el único fin de buscar la zona erógena en la mujer más sensible y excitable para que, de esta manera estimularla al máximo para alcanzar el orgasmo. Esto puede ser considerado un grave problema puesto que la tensión generada puede no llegar a ser tan disfrutable ni tan placentero como se piensa, por lo que no solo hay que saber donde se encuentra el punto G femenino, sino también como estimularlo y como jugar con él para que el sexo sea algo más disfrutable en la pareja.

¿Qué es el punto G femenino? ¿Existe?

Lo primero de lo que queremos hablar es sobre la veracidad de la existencia del punto G femenino. Son muchas las personas, entre las que se incluyen de ambos sexos, que piensan que el punto G en la mujer es un mito, es algo que no todas tienen y que no todas cuentan con esta experiencia de la que todas hablan. Queremos decir que el punto G es una realidad y que fue descubierto por un doctor del que recibió su inicial y que no es precisamente un punto como tal, sino que se podría decir que es una zona que se encuentra dentro de la vagina de la mujer y que tiene un tamaño que va a variar en cada persona, y que podemos encontrar dicha zona a unos 4 cm de la apertura de la vagina, en la pared anterior.

Para que puedas localizar mucho mejor el punto G te proponemos que leas el artículo de Diversual donde te indican exactamente dónde encontrarlo y también cómo estimularlo para potenciar su estimulación. Esta zona cuenta con una enorme cantidad de terminaciones nerviosas, siendo una carne que aumentará su tamaño con la excitación, por lo que puede notarse mucho más cuando la mujer está excitada.

¿Todos los puntos G femeninos son iguales?

Digamos que la estructura tal cual conocemos al punto G es prácticamente igual, lo que si va a variar son las dimensiones de una a otra mujer. Una chica puede tener una zona más gruesa o grande y por lo tanto, se puede palpar con mayor facilidad, mientras que otra es algo más completo de notar, todo variará según la anatomía de la persona y también, es muy importante saber este detalle, de la excitación.

Se podría decir que, cuando la mujer se excita, esta zona empieza a aumentar considerablemente de tamaño, puesto que, además de tener terminaciones nerviosas, también cuenta con muchos vasos sanguíneos que conseguirán retener la sangre haciendo que esta zona esté más cargada de sangre y sea más esponjosa.

¿Es difícil encontrar esta zona?

Esta zona no es compleja de encontrar, pero bien es cierto que requiere una serie de pautas a seguir y que son muy importantes. Lo primero de todo, es que no se debe de buscar nada más empezar la relación sexual, es decir, no hay que atacar directamente al punto G femenino para estimularlo, sino que se recomienda, según los sexólogos especializados que se pueda estimular y excitar a la mujer para más adelante, dar paso a dicha zona. Como hemos mencionado con anterioridad, el punto G aumenta de tamaño, como ocurre con el pene masculino, cuando es estimulado, y mientras que no siente placer o no está excitado, su tamaño, por lo general, es mucho menor. En el caso de la mujer, que el punto G no sea visible, al estar dentro de la vagina y que además cuente con un grosor más pequeño, puede dificultar su descubrimiento incluso para la propia mujer, y es por eso que conviene conocer dónde se encuentra para poder estimularlo como es debido.

Si le dedicas tiempo y tienes buen tacto, cuando vas buscando dentro de la vagina con uno o dos dedos, descubrirás que se trata de una zona que cuenta con una rugosidad y que es muy diferente al del resto de la vagina. Muchas mujeres atestiguan que, cuando son estimuladas por el punto G sienten unas ganas inmensas de orinar o que la sensación es muy similar en estos casos.

Conviene saber que si la vagina está estimulada levemente o al menos se ha lubricado y se comienza a estimular, se podrá notar como dicha zona va aumentando en tamaño debido principalmente a que el cuerpo carnoso está lleno de terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos que ayudarán a que el flujo de sangre quede retenido en dicha zona.

Solo se puede estimular el punto G femenino con los dedos

Esto es un mito muy extendido, sin embargo, existe muchas maneras de estimular el punto G femenino tanto con las manos, como con el pene masculino como también con un juguete erótico. Para que se tenga constancia, no se va a necesitar un tipo de pene diferente del común, ni tampoco importará su tamaño, puesto que lo importante que se necesita saber es la postura necesaria para aplicar presión sobre dicha zona. Es por tanto que se aconseja a la pareja que si se quiere disfrutar de una estimulación del punto G con la penetración, se busque la posición exacta y más precisa para que la cabeza del pene o glande roce esta zona.

De igual modo, existen juguetes eróticos que han sido confeccionados especialmente para que, al penetrarlos por la vagina, se pueda estimular esta zona con mucho más placer, incluyendo en muchos de los casos la zona del clítoris.

Lo importante, como venimos mencionado a lo largo del artículo, es que la pareja o la mujer en solitario, pueda relajarse, tomarse su tiempo en descubrir no solo donde se encuentra una de sus zonas más sensibles y excitables, sino también cómo estimularla correctamente para que de esta manera se pueda disfrutar más en todos los sentidos, ya no solo en la propia masturbación, sino también para cuando se esté con la pareja, se le pueda pedir a esta persona cómo desea ser tocada o como disfrutar del miembro o del juguete para que se pueda llegar al clímax con más intensidad y placer.