Una calle vacía del centro de Sant Antoni poco después de las 22.00 horas.

El Govern se defendió ayer de las críticas del alcalde de Sant Antoni, Marcos Serr, después de que el edil popular criticase el jueves la falta de transparencia del Ejecutivo balear, la falta de consenso y las dudas que le dejaban la falta de datos a la hora de valorar las restricciones que empezaron anoche en parte del municipio.

Además, ayer insistió en que cuando se habló por primera vez de un posible confinamiento ya le causó «bastante sorpresa» porque desconocía que la situación fuese tan mala. «El Ayuntamiento debería tener información sobre lo que se hace en su pueblo y, ahora sólo con los datos y estadísticas por encima, no se puede justificar el cierre de calles», insistió Serra, quien ha destacado el «malestar» existente en las zonas afectadas.

Tras estas declaraciones y al ser preguntado en rueda de prensa, el portavoz del Comité Autonómico de Gestión de Enfermedades Infecciosas de las Islas Baleares, Javier Arranz, aseguró que Sant Antoni sí es «un núcleo afectado» y defendió la aplicación de las medidas de restriccion de movilidad como preventivas.

En su explicación, el doctor reconoció la posibilidad de que los datos a día de hoy fuesen «un poco mejores», pero argumentó que hace dos semanas la incidencia en el municipio era de 560 positivos por cada 100.000 habitantes, con una tasa de positividad del más del 15 %, y que la semana anterior esta era del 13 %. Unos datos que calificó de «importantes» a la hora de tomar la decisión de llevar a cabo estas nuevas medidas.

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En su argumentario, Arranz destacó que la prevención «es la base de la salud pública» y que se debe actuar «antes de llegar a situaciones críticas».

En este sentido indicó que en Sant Antoni, al igual que en Vila, las restricciones buscan evitar «escenarios bastante más complicados de controlar». Además, apuntó que es muy difícil determinar cuando es el momento de actuar, pero «hay que evitar que los números se disparen».

«Puedo entender que a ningún municipio, ningún alcalde ni a ningún ciudadano le gusta que en su municipio o su zona haya estas restricciones», añadió Arranz, que remarcó que aunque son «medidas difíciles», no son normas de confinamiento, «no es quedarte encerrado en casa sin poder salir a hacer absolutamente nada», señaló, a la vez que espera que «puedan ser bien entendidas por la ciudadanía».

También se reunieron ayer la concejala de Gobernación, Neus Mateu, y la concejala de Sanidad, María Ribas, con la consellera de Presidencia del Govern balear, Pilar Costa, y el Director General de Prestaciones y Farmacia, Nacho García Pineda, para resolver las dudas surgidas. Durante el encuentro, han reclamado más recursos para poder aplicarlas, así como las cifras de casos positivos de COVID-19 y el mapa de contagios del municipio.