El juzgado de lo Social número 1 de Ibiza dictó sentencia por despido improcedente. | DANIEL ESPINOSA

El juzgado de lo Social número 1 de Ibiza ha condenado a un establecimiento hotelero de Ibiza a readmitir a un trabajador que denunció un despido improcedente por una discriminación por razón de edad y al que deberá abonar los salarios dejados de percibir a razón de 64,58 diarios según recoge la sentencia firmada por la titular del juzgado, Ana Gómez Hernangómez.

Según el relato de hechos probados, el demandante trabajaba desde el 28 de abril de 2003 como fijo discontinuo, con la categoría de jefe de bar. El 17 de enero de este año la empresa le entregó una carta de despido por causas objetivas y se le reconoció y abonó una indemnización de 9.666,95 euros.

El establecimiento era hasta 2016 un apartahotel pero tras una venta fue convertido en una hotel de cuatro estrellas.

Discriminación por edad
El demandante, de 61 años, es el trabajador de mayor edad del hotel, que cuenta con una plantilla que tienen entre 30 y 40 años. El demandante fue el único trabajador despedido.
En la carta de despido se indica textualmente que «la causa que motiva la extinción de su relación laboral tiene que ver con la reorganización de los departamentos de bar y hotel por que se concreta la necesidad de ajustar la plantilla debido a la disminución de la actividad que se ha venido produciendo desde el año 2018 al 2019» y reseña que el contrato podrá extinguirse «por falta de adaptación del trabajador a las modificaciones técnicas operadas en su puesto de trabajo». Este es el precepto en que se basa la empresa para motivar el despido.

La sentencia advierte que durante el juicio la empresa no acreditó un descenso de trabajo o razones económicas que motivasen el despido.

El trabajador reclamó la nulidad del despido ya que, según indicó en la demanda, el mismo viene motivado por el hecho de tener 61 años. En este sentido, argumentaron que el hotel fue reformado y pasó de «ser un hotel que alojaba familias a alojar gente bonita con quien no encaja un jefe de bar sesentero».