Muy acorralado se debe de sentir Josep Marí Ribas Agustinet, el alcalde de Sant Josep, para mandar a su concejal de Urbanismo, Ángel Luis Guerrero, a desafiar al concejal de Ciudadanos, Daniel Becerra, a que presente una moción instando al gobierno municipal a desclasificar los terrenos de Port des Nebot que forman parte del convenio aprobado inicialmente con la promotora Bastiodón SL para construir 12 villas de lujo en una punta en primera línea de Cala Vedella.

Para que dicha desclasificación sea posible a través del decreto 9/2020 de suelo rústico, «en vigor» según enfatizó Guerrero el jueves, es necesario primero caducar la licencia eterna, la clave de esta operación, el permiso de 2005 en cuya perpetuidad ha puesto todo el empeño el gobierno que ahora chulea con una desclasificación que se ha encargado de dificultar, si es que no la ha hecho imposible, salvo previo paso por caja.

Agustinet ha basado toda su argumentación en que la licencia es válida y, como tal, es mejor el convenio que reduce la edificabilidad aprobada en 2005 (12.700 metros cuadrados) en un 35% (7.600 metros cuadrados), cede 23 plazas de aparcamiento y unos terrenos para uso público inaccesibles, amén de privatizar el acceso a la costa, único punto en el que el Ayuntamiento ha admitido un error.

Si tanto interés tiene el equipo de gobierno de Sant Josep en que el Consell d’Eivissa desclasifique estos terrenos como quiso dar a entender de forma fraudulenta Guerrero el jueves, ¿por qué no caduca la licencia y lo solicita al Consell d’Eivissa? ¿Qué sentido tiene que el gobierno de un municipio invite a la oposición a presentar una moción a la que garantiza su apoyo en lugar de apuntarse el tanto con el que lograría el aplauso de todo el mundo, excepto de la promotora y de los millonarios que acabarán comprando una mansión si finalmente se construyen?

Porque no tiene ni el más mínimo interés en ello y se trata de una burda maniobra de distracción, de una bomba de humo infantil con las patas muy cortas que no hace más que evidenciar el desconcierto que han provocado en el Ayuntamiento las informaciones publicadas por Periódico de Ibiza y Formentera, la catarata de alegaciones presentadas y la insistencia de Ciudadanos.

No sabemos si Agustinet se tragará el sapo y acabará dando marcha atrás. El tiempo nos dará la respuesta. Lo que sí tengo claro es que quien ha diseñado la operación lo ha hecho con el ánimo de llegar hasta el final y, desde luego, no de acabar desclasificando los terrenos.

La treta del pelotazo. Esta semana hemos desvelado el contenido del manual para convertir una licencia de 2005 en eterna en Sant Josep y con su perpetuidad, como una promotora se llenará los bolsillos con un pelotazo mayúsculo gracias a la venta de las 12 villas en primera línea de mar, si finalmente el convenio aprobado inicialmente en junta de gobierno lo es de forma definitiva.

El gobierno de Sant Josep al que tanto le gusta esconderse detrás de sus técnicos, hace caso de sus dictámenes para lo que le interesa y para lo que no, les ignora.

Es lo que pasó en 2017 con el informe jurídico que avaló el archivo de la caducidad de la licencia otorgada en 2005 a una promotora (Zomote) para que construyera 61 apartamentos en una zona calificada como hotelera y residencial extensiva, es decir, una licencia nula de pleno derecho de manual.

Por un lado, aceptó la propuesta de archivo de caducidad de la licencia y, por otro, se negó a otorgar la prórroga de un año propuesta, algo a lo que la promotora no puso ningún reparo, demostrando que ni una parte ni la otra tenían ganas de construir los apartamentos instrumentales y que han devenido en la coartada perfecta.

El círculo vicioso provocado es el siguiente: el Ayuntamiento no puede caducar una licencia con un informe técnico que recomienda una prórroga, la promotora no puede empezar las obras porque la prórroga no ha sido solicitada ni concedida y está en un limbo, luego la licencia está «viva» y «congelada» eternamente y si no firmo el convenio, deberá darle la prórroga y, por lo tanto, en lugar de 12 villas tendremos 61 apartamentos.

Magistral operación. Gracias a este lío, Bastiodón SL, la actual promotora, se frota las manos haciendo números con el negocio que supondrá la comercialización de 12 villas de hasta 650 metros cuadrados construidos en primera línea de mar y, en consecuencia, con unas vistas inmejorables.

Y todo ello, mientras Unidas Podemos, el socio de Agustinet en Sant Josep, calla cual convidado de piedra a una operación que huele mal y veremos cómo acaba.