Alfonso Rojo. | DANIEL ESPINOSA

En petit comité, con la ausencia de invitados políticos, sindicatos y otras patronales por motivos de seguridad sanitaria, la asamblea general de la Petita i Mitjana Empresa d’Eivissa i Formentera (Pimeef) aprobó ayer por la tarde la reelección de su presidente, Alfonso Rojo (Reinosa, Cantabria, 1964), que encabezaba la única candidatura presentada. La anuencia de los más de 1.500 asociados a su gestión desde 2016 le hace sentirse orgulloso. Su comité ejecutivo, formado por 16 empresarios de arraigo que representan al tejido económico de las islas, ha mostrado lealtad a sus propuestas en medio de este inédita coyuntura de incertidumbre. Hombre de diálogo y consenso, considera que ha llegado el momento de reinventar el modelo turístico de las Pitiusas.

Debe ser un orgullo que le respalden tantos empresarios que están sufriendo los efectos de esta demoledora pandemia
—Sí, la verdad es que es un orgullo, pero sobre todo me enorgullece contar con un equipo que representa a un amplio abanico de profesionales. Decidimos entre todos. La Pimeef no es una organización presidencialista de ordeno y mando. En el comité trabaja gente muy experta, que conocen muy bien sus sectores, y quizás entienden que estamos haciendo bien las cosas.

¿Qué han valorado los asociados para que siga al frente de la Pimeef hasta 2024?
—Presentarme a la reelección ha sido una decisión meditada. Creo que han valorado el trabajo realizado y creo que hemos sabido sembrar los frutos, escuchar mucho, cambiar de parecer cuando te hacen ver que estás equivocado y hacer que el barco navegue y flote, y para eso hay que rodearse de los mejores marineros.

Los últimos seis meses han significado un enorme trabajo para la Pimeef, desbordada por un aluvión de consultas y dudas de los asociados.
—Así es. Estoy enormemente agradecido a todos los empresarios con los que hemos trabajado codo con codo estos últimos años, y quiero recalcar el esfuerzo que han realizado los empleados de la Pimeef durante la pandemia, atendiendo a diario por teletrabajo a una enorme cantidad de empresarios que están sufriendo una problemática brutal, inédita incluso para nuestros propios técnicos.

En su discurso ante la asamblea, dijo que ha llegado la hora de reconstruir el modelo turístico de Ibiza. ¿Ya nada será igual que antes?
—Vamos a tener que afrontar una reconstrucción profunda, con cambios que nos permitan reinventarnos como modelo turístico. Nos va a costar mucho volver a la Ibiza que teníamos en 2017 o 2018, con esa gran cantidad de turistas y variedad de actividades tan dispares, que a partir de ahora algunas no se podrán llevar a cabo. Ahora mismo me cuesta mucho ver a corto plazo la vuelta de ese ocio de masas tan magnífico que teníamos. Ahora tenemos que abogar por realizar esos cambios, que van a ser fuertes, que harán caer a algunas empresas, porque las empresas que no tengan claro el segmento al que tienen que dirigirse van a tener problemas.

¿Quién subsistirá mejor en 2021?
—Ahora sigue la incertidumbre, pero es más fácil que salga adelante una empresa que se dedique a hacer regalitos para eventos, por poner un ejemplo, que una pequeña pizzería que vende porciones en una zona turística. Hay algunos tipos de negocios que serán inviables a partir del año que viene y los siguientes porque van a cambiar los hábitos de consumo. Seguramente, los viajes low cost se van a resentir muchísimo, y con la que está cayendo y la situación de las compañías aéreas me cuesta mucho que volvamos a ver vuelos por 20 euros Roma-Ibiza.

¿Entonces no habrá turismo masivo?
—Creo que el turismo va a perder por un lado la masificación, pero seguramente ganaremos en calidad, y las pymes y los empresarios debemos estar muy atentos a estos cambios, no tanto para adaptarnos a los nuevos gustos del turismo sino para proponerlos nosotros, para llevar la iniciativa, porque si no lo hacemos así iremos en el vagón de cola. Lo que tenemos que hacer es mostrar nosotros las propuestas, no estar esperando a que ver qué clientes vienen para ver cómo oriento el negocio.

¿Y quién debe tirar del carro? ¿Hay mucho trabajo por hacer para que veamos estos cambios?
—Estamos trabajando en este sentido. Y también hay que tener en cuenta que este trabajo no es solo responsabilidad de las instituciones, también es de los empresarios y los trabajadores, que tendremos que adecuarnos a estos cambios. La Administración debe saber por dónde tenemos que tirar y los empresarios debemos hacer las inversiones necesarias para amoldarnos a estos cambios.

¿Y los trabajadores?
—Los trabajadores también, porque todos entendemos que tendrán que reconvertirse y profesionalizarse más aún para que podamos dejar de depender de esa mano de obra barata que muchas veces tenemos que importar de fuera. Ves que hasta ahora necesitábamos muchos camareros extranjeros para atender a los turistas extranjeros, pues quizás sería mejor que los jóvenes de Ibiza estuvieran bien formados y que sepan dar a los visitantes un servicio con un sello propio de la Pitiusas, porque servir cervezas a compatriotas tuyos sin saber nada del sitio en el que estás no deja de ser un empobrecimiento a corto plazo.

La futura Escuela de Hosteleria será de gran ayuda en este sentido.
—Vamos a necesitar mucha modernización e inversiones como la de la Escuela de Hostelería, que debe ser revalorizada para impartir formación y capacitación. Los sindicatos también quieren que se forme al personal y que se les pague bien. Y eso es factible. Igual un empresario de restauración puede ganar más dinero sirviendo copas de calidad y bien puestas cobrando 8 euros que el que vende alcohol barato. Si tienes un negocio rentable, podrás pagar mejor al personal, y si el personal está bien formado, pues será bueno para todos.

¿Qué le pide a los políticos?
—Nosotros ya estamos abogando por un 2021 con turismo seguro, aunque, lamentablemente, a día de hoy creemos que en 2021 no vamos a tener la vacuna, pero si conseguimos que se realicen los test rápidos, al menos sabremos que los turistas llegan testados y con buena salud, al igual que todos los que estamos aquí para recibirles. Los políticos saben que es crucial garantizar que todos estamos testados y sin problemas, pero eso no está sucediendo actualmente. Lamentablemente, la evolución actual de la pandemia no es compatible con el turismo de ocio. Lo que le pido tanto al Gobierno central como al Govern balear es que apoyen todas las medidas que estamos pidiendo las empresas y que se hagan test a la población local y a los visitantes que vengan. También debemos estar unidos para que se puedan establecer corredores seguros con los países emisores de turismo, pero ahí es la Unión Europea la que tiene que obligar a los países a realizar estas pruebas y que sean válidas en los dos países, el emisor y el receptor. Esto es lo que podemos decir ahora respecto al horizonte de 2021.

¿Cómo ve el futuro del ocio nocturno?
—Hemos tenido un espejismo de temporada y con cero ocio, y quizás hemos visto que hay unas islas que teníamos medio olvidadas aquí y que hay que redescubrirlas. Y evidentemente, también debemos tener en cuenta que Ibiza es el top mundial en cuanto a turismo de ocio, música y discotecas, y está claro que esto no se puede perder. Hay que seguir trabajando para que, en el momento en que se pueda reabrir, sigamos siendo los mejores como hemos sido siempre. Es uno de los sectores que más va a tener que reconvertirse porque ahora no se vislumbra ese tipo de ocio nocturno que hemos tenido tantos años.

¿Se siente optimista?
—Aunque salga una vacuna pronto, la población mundial no va a estar vacunada y no se podrá restablecer la situación hasta que haya garantías con los test rápidos de antígenos. Ahora mismo, es lo único que nos puede dar la etiqueta de turismo seguro.

¿Cómo será el escenario de la próxima temporada?
—Estamos trabajando también en la mesa de expertos en turismo. Nuestro optimismo es que en 2021, a primeros de abril, podamos tener un escenario positivo en todas partes, no como ahora, con media España confinada y también media Europa. Trabajamos para que podamos recibir turistas con seguridad en abril de 2021. Y además también hay que decir que tenemos unas islas que se pueden disfrutar sin grandes masificaciones y con las empresas funcionando al 30% de su volumen. Las empresas vamos a tener que adaptarnos al volumen de trabajo que tengamos. Una empresa que tenga el 30 por ciento de negocio no podrá mantener al 60 por ciento de su plantilla y tendrá que adaptarse a las circunstancias. Esto pasará: adaptaciones de plantilla y reajustes. Ahora estamos sirviéndonos de los ERTE para poder sacar la cabeza del agua y con la vista puesta en la temporada que viene porque las empresas no podemos perder el personal que hemos formado durante muchos años. Es nuestro valor. Si hay dos temporadas negativas, entonces te tienes que replantear las cosas y seguramente habrá una criba de importante en el mercado. Habrá empresas que el verano que viene tendrán que cerrar porque su actividad no será viable. Y también hay otros factores, como el precio de los alquileres, que influyen en que tu negocio sea rentable. El año que viene, si nos encontramos con una coyuntura negativa, habrá que tomar decisiones más difíciles. Tenemos claro que un porcentaje significativo de empresas va a quedarse por el camino. A las pymes nos preocupa que esas empresas que tengan que cerrar no lo hagan con un reguero de deudas o impagados, porque al final, cuando una empresa cae, a quien deja dinero a deber es a las pequeñas empresas y proveedores. Somos los últimos en cobrar. Cobra la administración, cobra la Seguridad Social, cobra Hacienda y las empresas, tristemente, nos quedamos sin cobrar, y eso suele ser un problema de efecto dominó. Cuando uno cae, normalmente no cae solo.