Imagen del establecimiento cerrado.

El Ayuntamiento de Sant Antoni y la Dirección General de Salud Pública han ordenado la suspensión de la actividad de un establecimiento que funcionaba de forma ilegal como restaurante y como agroturismo, en el que se han detectado 24 infracciones graves en materia de sanidad, según informaron ayer desde el Ayuntamiento de Sant Antoni.
Este pasado miércoles por la noche se realizó una inspección al local ubicado en la carretera de Forada a Sant Mateu, en la que se comprobó que carecía de título habilitante y de seguro para desarrollar actividad de restaurante y de agroturismo. Según ha podido saber este periódico, se trata de un establecimiento llamado La Granja Ibiza.

La Policía Local de Sant Antoni había recibido durante este verano varias quejas de los vecinos de la zona donde está ubicado, en la carretera de Forada a Sant Mateu, por los ruidos. Los agentes acudían y denunciaban tras recibir las quejas de los vecinos. En una de las ocasiones, incluso, no les dejaron entrar. Fue entonces cuando empezaron las investigaciones y se comprobó que no tenían «ningún tipo de licencia de actividad», precisaron desde el Consistorio portmanyí.

Inspección y cierre

Agentes de la Policía Local de Sant Antoni, una inspectora del Servicio de Seguridad Alimentaria y Nutrición, un inspector de la Dirección General de Emergencias 112 y el inspector municipal de Actividades, integraron el operativo que visitó el lugar este pasado miércoles.

El estado de las instalaciones presentaba numerosas deficiencias e infracciones en materia de sanidad y salubridad, y suponían un «riesgo grave e inminente» para los bienes o la seguridad y la integridad física de las personas, por lo que se ordenó el cierre inmediato de la actividad, han destacado desde el Consistorio. En total, se denunciaron 24 infracciones graves en materia de sanidad, entre las que destaca la falta de documentación para acreditar la inscripción del establecimiento en el Registro de la Conselleria de Salud, la potabilidad del agua de la que se abastecen o la formación en higiene y manipulación de alimentos de los trabajadores.

Entre las numerosas infracciones, el local no cumplía con las normativas de conservación de alimentos o gestión de residuos, y prestaba deficiencias de salubridad en instalaciones y alimentos, tanto en la cocina como en el almacén y el exterior del local.

En cuanto a las medidas preventivas de la covid-19, no disponía de ningún protocolo correctamente documentado, los dispensadores de gel hidroalcohólico no estaban bien identificados y no contaban con cartelería informativa.

Por otra parte, también se detectó un equipo de música al aire libre sin limitador que incumple la Ordenanza Municipal del Ruido de Sant Antoni y se denunció al local por hacer fuego en campo abierto junto a un espacio de masa forestal sin contar con los medios de extinción.

En esta línea, el local tampoco tenía elementos de protección contraincendios, ni señalización de emergencias, y presentaba graves deficiencias en la instalación del gas y la eléctrica.

El Consistorio ha dado traslado de las actuaciones a las instituciones competentes sobre la actividad ilegal del establecimiento y también al Consell d’Eivissa, por deficiencias urbanísticas detectadas, al estar en suelo rústico protegido, y por carecer de autorización de la actividad turística del establecimiento.

Desde Sant Antoni señalan que la actuación se enmarca dentro de los dispositivos rutinarios organizados para el control de actividades en el municipio.

El establecimiento está ubicado en una gran finca de unas diez hectáreas. Cuenta con cinco tipologías de hospedaje, que van desde dos personas a un máximo de cinco. Según pudo comprobar este periódico ayer en una visita al lugar, la señalización para llegar al establecimiento en la zona es un cartel negro con una ‘G’ y no se ocultan on line ya que disponen de página web y se pueden encontrar reseñas en páginas como Tripadvisor y revistas especializadas en viajes y arquitectura. Cuentan, además, con perfiles en redes sociales.