La salud mental y el bienestar como prioridad

Las instalaciones están divididas en dos sectores. Uno donde atienden a los menores hasta los 16 años y otro donde lo hacen con las personas adultas. Entre los distintos espacios nos ‘colamos’ en el aula donde se imparten distintos talleres. Allí interrumpimos a los usuarios mientras están revisando el vídeo que han elaborado durante la semana para celebrar el Día Mundial de la Salud Mental.

Allí Raúl, uno de los usuarios, nos cuenta la gran diversidad de actividades que realizan en los talleres: «Habilidades sociales, manualidades, pasatiempos, nos enseñan a hacer pasatiempos, nos vamos por ahí a veces (hacen salidas para visitar museos, exposiciones…)», explica. Lo que más le gusta a Raúl, aparte de los juegos de mesa, son las manualidades, y aunque niega ser artista algunos de sus trabajos que podemos ver en la sala parecen llevarle la contraria. José está convencido de que «todos tenemos un artista dentro y cada uno destaca en un área distinta». Él escribe poemas, afición que comparte con Julián aunque éste último disfruta aún más a la hora de recitarlos, sobretodo a Lorca, su preferido. A Jorge, lo que más le gusta y más le beneficia son los talleres de habilidades sociales «soy flojo en eso y me va bien», asegura. Jaqueline disfruta de la pintura y el dibujo, pero lo que más le gusta es cuando salen fuera: «Ir a museos, y tomar café con los compañeros», explica.

Sobre el confinamiento, tienen distintas sensaciones, José lo pasó muy mal al principio pero se adaptó escribiendo y asumiendo las rutinas diarias del hogar, Julián escuchó mucho la radio, incluso intervino en algún programa, y Jaqueline quería que se acabara cuanto antes. Llama la atención la reacción de Jorge, que le dió totalmente lo mismo. Y es que, tal y como apuntan Carmen y Antonella, muchos de los usuarios resultaron tener más y mejores herramientas a la hora de afrontar el confinamiento. También apuntan que el mismo está produciendo una ola de síntomas relacionados con la salud mental en personas que no los habían tenido antes. Esto se está dando por que «la población en general no estamos preparados para gestionar el estrés, el aburrimiento, o el tiempo libre fuera de la vida social», asegura Antonella.

Pero Jaqueline no solo es usuaria de los talleres de Apfem. También es empleada de Apfem Aktúa, una empresa de servicios en la que se ayuda a la inserción y facilita la integración y autonomía de los usuarios de Apfem: Ofrecen distintos tipos de servicios: limpieza, cátering, reparto de paquetería… y la mayor parte de sus empleados, el 90%, tienen un diagnóstico relacionado con salud mental. Tal y como nos cuenta Antonela Greco, su gerente, el grado de implicación de las personas empleadas es impresionante. No en vano, las empresas contratantes siempre quedan más que satisfechas con la profesionalidad.

Entre los distintos espacios recorremos el aula de informática, la sala de reuniones, un pequeño office donde parar un momento a desayunar o tomar un café y, en la parte infantil, la sala de juegos, repleta de juguetes.

De repente, aparecemos en otra sala donde dos empleados de Aktúa, Manu y Tomas, organizan un montón de paquetes listos para repartir. Este servicio de reparto se puso hace un mes y repartía 40 paquetes al día, ha crecido hasta los 100 paquetes diarios y en los próximos meses está previsto llegar a los 200, por lo que se va a doblar el personal dediacdo a esta rama.

Apfem tiene todo un abanico de servicios. Si bien ya hemos expuesto el servicio ocupacional que desarrollan con Aktúa, también ofrecen servicio de acompañamiento apoyando a quienes lo necesitan a desarrollar sus actividades en la vida diaria. También tienen Servicios de Apoyo a la Vivienda, donde ofrecen orientación y apoyo para conseguir autonomía, o el Servicio de Vivienda Supervisada 24h, donde la asociación se encarga del alojamiento, manutención, apoyo a la higiene, entre otras.