Imagen de archivo de un control policial este pasado verano. | TONI PLANELLS

La Policía Local de Santa Eulària des Riu, junto con la Guardia Civil, identificaron en la madrugada del viernes a una treintena de personas e iniciaron el procedimiento sancionador por diferentes infracciones a los organizadores de una fiesta en una vivienda turística de la calle Romero de la zona de Ca na Negreta, en la Parròquia de Jesús.
Los agentes pudieron constatar cómo estaba prevista la celebración de un evento al que se preveía la asistencia de decenas de personas y para el cual se contaba con servicio de seguridad privada, un DJ, vehículos de transporte privados y servicios de taxi mediante ubicaciones enviadas por whatsapp. Las diligencias abiertas al respecto se trasladarán también al Consell Insular d’Eivissa por tratarse de una casa con título de vivienda vacacional y a la conselleria de Interior del Govern para que emita los expedientes que considere oportunos por violación de la normativa en materia de coronavirus. También se levantaron actas por posesión de pequeñas cantidades de droga.

La intervención se inició en la medianoche del jueves al viernes cuando se recibió un aviso anónimo de que circulaba por Whatsapp una invitación para una fiesta con decenas de invitados en la zona de Ca na Negreta y en la que estaba prevista la participación de un DJ, aunque sin concretar la ubicación. Una patrulla procedió a desplazarse hasta la zona e inició una batida que llevó a observar la presencia a las puertas de acceso a una parcela vallada de un grupo de personas en actitud sospechosa, los cuales abandonan el lugar al divisar a los agentes. También se observó una presencia inusual de vehículos de alta gama y de circulación de taxis en dirección a calles próximas.
Se inició, entonces, un dispositivo, al que se incorporaría posteriormente la Guardia Civil, para mantener controlada la zona. La presencia policial hizo desistir del acceso a la fiesta de numerosos asistentes que acudían a la zona en VTC y taxi.
Los agentes recibieron el aviso de que en un estacionamiento de una nave industrial cercana había decenas de personas que esperan a que la policía se fuera para tomar las lanzaderas hasta la fiesta. Se desplazaron al lugar, donde una treintena de personas sin mascarilla, sin guardar la distancia de seguridad, reconocían haber recibido la invitación para la fiesta. Allí se descubrieron pequeñas cantidades de drogas, por lo que se levantaron también algunas actas al respecto.

Tras asegurarse de que los presentes se marchaban del lugar, se reanudó el control sobre las inmediaciones de la zona. Los policías locales intentaron contactar con los moradores, negándose estos a franquear el paso a los agentes o a poner fin a la fiesta, asegurando que era una cifra pequeña de invitados, los cuales se quedarían a dormir en la zona.
Al no existir quejas de los vecinos por las molestias ni datos que avalen que se esté cometiendo un ilícito penal o se esté poniendo en peligro la seguridad de las personas, se acuerda junto con la Guardia Civil poner fin al operativo presencial, aunque se mantuvo cierta vigilancia al respecto por si se producían incidentes o quejas, algo que finalmente no ocurrió.