Un momento del simulacro de rescate.

El servicio de salvamento y socorrismo en las playas del Ayuntamiento de Sant Josep ha realizado hace unos días un simulacro de rescate de un bañista accidentado en una zona rocosa de la costa, en las inmediaciones de la Sal Rossa, por poner a prueba la preparación de su plantel. El Ayuntamiento evalúa de este modo los tiempos de respuesta de los diferentes elementos del servicio en el caso de una intervención complicada. «Es un ejercicio que nos permite comprobar la rapidez en que actuarían todos los elementos de la cadena que se debe activar en caso de emergencia, desde la comunicación y coordinación entre los profesionales desplegados en las playas a sus coordinadores a la reacción de las embarcaciones, que tienen una dotación permanente asignada, desde su activación», como ha explicado el concejal de Playas y Litoral, Josep Guasch.

Durante todo el verano, se han ido haciendo a lo largo de la campaña de baño. Además de medir los tiempos de reacción y la formación de los socorristas, estos ejercicios también les ayudan a estar preparados para intervenir en cualquier incidente y actuar de una manera más rápida.

El viernes por parte del Ayuntamiento tal y como se establece en el contrato firmado con la empresa y viene marcado por la DG de Emergencias, se programó un simulacro para evaluar esta preparación y respuesta del servicio de salvamento y socorrismo.

El simulacro se inició en la zona de Sa Sal Rossa a las 13.30 horas, momento en el que un usuario de la zona de rocas se lanzó al mar, golpeándose la cabeza con las rocas. En aquel momento los acompañantes de la víctima alertan al 112 que activa al supervisor de Platja d'en Bossa para su valoración. Este alerta de forma inmediata al socorrista de la playa más cercana a este punto y en la embarcación de salvamento más cercana, en este caso la que se encuentra en Salines.

El socorrista se desplaza rápidamente a la zona de rocas, lanzándose al agua para valorar a la víctima que se encuentra consciente pero no puede mover las piernas y procede a estabilizar e impedir cualquier movimiento brusco que pueda agravar alguna posible lesión medular, hasta la llegada de la embarcación de salvamento.

La embarcación viene reforzada con dos socorristas que se lanzan al agua, con el mostrador espinal y el collarín para inmovilizar a la víctima directamente al agua antes de subirla a la embarcación de rescate. Una vez inmovilizada la víctima es trasladada a la embarcación que la desplaza hasta el módulo de primeros auxilios existente en Platja d'en Bossa para ser tratada y valorada por los servicios sanitarios.

El servicio de socorrismo seguirá activo en las playas del municipio hasta el 31 de octubre. Cabe decir que esta campaña, con la entrada en servicio del nuevo contrato público que presta la empresa Marsave, se ha reforzado la dotación de medios de los socorristas y la dotación de socorristas en las playas, garantizando una cobertura de todo el litoral del municipio.

Aunque este primer año de los tres de duración del contrato no ha sido necesario movilizar todos los recursos previstos en una temporada alta normal -por la pandèmia- el servicio de salvamento y socorrismo también ha asumido el trabajo de vigilar el litoral para prevenir los fondeos sobre posidonia.