Joaquina Martínez, limpiadora de Can Misses, junto al secretario general del sindicato CGT, antes de entrar al juicio. | Marcelo Sastre

¿Las limpiadoras del hospital Can Misses deben hacer también las camas de los pacientes o no deben hacerlas? Ésta es la cuestión que debe dirimir ahora el juzgado de lo Social número 1 de Ibiza, que ayer a mediodía celebró la vista oral de un juicio que ya se tuvo que aplazar en dos ocasiones. Las 20 limpiadoras de Can Misses que apoyan la demanda, respaldadas por el sindicato CGT, están convencidas de que el juzgado les dará la razón porque la empresa concesionaria, En Equip Serveis Integrats SL, ha reconocido que sí tienen que hacer este cometido, a pesar de que el convenio colectivo de limpieza de oficinas y locales de las Islas Baleares no lo contempla.

El abogado de las limpiadoras, Víctor Andrés García Dopico, explicó al término de la vista que la limpieza de camas de pacientes salientes «debe ser remunerada con un complemento salarial, y además deberían ser indemnizadas por el tiempo que llevan realizando este trabajo». Además, subsidiariamente, las demandantes pretenden que se les exima de realizar «una función que no les corresponde: no es que se opongan a hacer las camas, sino que quieren que se les remunere, y si no es posible, desde un punto de vista jurídico, que se reconozca esta remuneración, entonces solicitan que se les exima de hacer esas camas porque el convenio que se aplica en el sector no les otorga esa función», subrayó el letrado. García Dopico aventura que la sentencia será favorable y matiza que esta tarea «debería ser realizada por otro tipo de personal del Ib-Salut, y no a cargo de empresas externas, ya que antes las camas las hacían los auxiliares del hospital, pero en la nueva contrata la empresa dice que las tienen que hacer ellas sí o sí».

Este conflicto laboral radica en una interpretación del convenio colectivo de este sector, que no recoge esta función, «y por eso creemos que la sentencia será favorable», señaló por su parte el secretario general del sindicato CGT (Confederació General del Treball de les Illes Balears), Rafa Sánchez, que respalda las reivindicaciones de las limpiadoras y que avanza que la resolución del juzgado ibicenco puede favorecer también a las más de 200 limpiadoras del hospital Son Llàtzer, en Mallorca, que también han presentado una demanda similar, aunque el juicio está pendiente. Sánchez detalló que la empresa concesionaria de este servicio en el citado hospital es una UTE en la que está integrada la misma concesionaria de Can Misses. «Si aquí tenemos una sentencia favorable, allí debería ser igual, y además tanto los hospitales públicos como los privados de todo el país pueden acogerse a ella. Es una sentencia muy importante», afirmó el dirigente sindical, que precisó que «una cama de hospital no es lo mismo que una cama de un hotel».

En el juicio intervinieron dos testigos de los demandantes, un celador y una auxiliar de enfermería, que ratificaron que las limpiadoras hacen las camas cada vez que se da el alta a un paciente. Rafa Sánchez recordó la saturación que se está viviendo en estos momentos en el hospital y aseguró que algunos días «pueden llegar a hacer hasta 60 camas por turno». Asimismo, precisó que «las limpiadoras que llevan muchos años hacen una jornada completa y perciben alrededor de 1.000 euros al mes, mientras que las empleadas que tienen la jornada reducida (35 horas) cobran 800 euros».

«Desde que estamos en el hospital nuevo, tenemos que hacer las camas por el mismo sueldo que antes. Es un trabajo añadido que no nos corresponde. Y si al final las tenemos que hacer porque así lo dicta la sentencia, pues al menos que nos recompensen», expresó Joaquina Martínez, una de las trabajadoras afectadas, que también cree que la resolución judicial será favorable a sus demandas.

Un juicio que puede afectar a todos los hospitales

Una sentencia del juzgado de lo Social de Ibiza favorable a los intereses de las limpiadoras de Can Misses puede sentar un precedente legal para otros procesos en curso en hospitales públicos y privados en los que concurren similares circunstancias, como es el caso del hospital mallorquín de Son Llàtzer, donde más de 200 trabajadoras de la limpieza han presentado una demanda idéntica a la que se enjuició ayer en Ibiza. Antes de llegar a los tribunales, el sindicato CGT intentó que el Govern balear interviniera en el conclicto, «para que fueran conscientes de lo que sucedía, aunque no ha habido intención de solucionarlo», según el secretario general de CGT, Rafa Sánchez.