Ángel Ruiz está indignado con la actitud de la presidenta del Govern.

El escándalo surgido de la polémica salida a un bar de copas la noche del pasado 7 de octubre por parte de la presidenta Francina Armengol no deja indiferentes a los hosteleros ibicencos, que deben cerrar sus locales a las 22.00 horas, no a las 01.00 horas como en Palma. Al parecer es un tema suficientemente delicado como para que la mayor parte de los hosteleros cuestionados al respecto prefieran no hacer oficiales sus declaraciones. Algunos prefieren tener más información al respecto antes de pronunciarse. Otros se despachan a gusto, con acusaciones grandilocuentes exigencias de dimisión o llamamientos a la desobediencia que prefieren no rubricar por, dicen, miedo a posibles represalias. Los argumentos son sencillos y fácilmente comprensibles, «la misma persona que nos obliga a cerrar nuestros negocios a las 22.00 horas resulta que anda de copas a las 02.00 horas».

En el Bar Moreta su responsable, Sílvia, aunque preferiría tener un poco más de información sobre lo que pasó realmente, no tiene ningún problema en declarar que «si realmente estaba en un bar de copas a las 02.00 horas, esto no tiene nombre. Después hay que ver lo que pasó realmente y si hay alguna razón contundente, como lo de que se desmayó un señor, lo podría comprender si está dentro de la legalidad. Si es así no sé por qué se ha sacado tanto de madre, si no es así ¡que le den aire!». No pierde la oportunidad de mostrar su enfado por la medida del cierre de los negocios en Vila a las 22.00 horas, «no tengo que cerrar a las 22.00 horas por que sí, tengo que cerrar por que hay un virus, y este virus está en Vila, en Sant Antoni y en todos los lugares de la isla. Lo que no puede ser es que me hagan cerrar a las 22.00 horas y la gente de Vila se vaya a otros pueblos a cenar», explica con resignación.

En una mesa, dos clientas se apuntan a la conversación. A una de ellas no le parece razón suficiente para que la presidenta dimita, la otra no lo acaba de ver claro y muestra cierta decepción. Opina que, como mínimo debería salir a dar explicaciones y pedir perdón. Cosa que acabó sucediendo a lo largo de la tarde de ayer.

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Más contundente es Ángel Ruiz (Sa Vida), a quien le parece «una vergüenza» el hecho de que la presidenta estuviera a esas horas en un bar de copas. «Hay que tener en cuenta que en Baleares vivimos de la hostelería y están acabando con la industria cerrando a la 22.00 horas. La gente no sale a cenar y nosotros vivimos de las cenas principalmente y que ella que es quien pone las normas las incumpla es una vergüenza total y llama un poco al desorden. En Europa se dimite por cosas menos importantes, y esto ha sido una ‘cagada’ en toda regla, así que debería dimitir».

Guille Brull, representante de los bares de la Plaza del Parque, tampoco oculta su malestar con este escándalo, no sólo como hostelero sino como ciudadano. «Si te prohíben unas cosas hay que cumplir las normativas y no te las puedes saltar por mucho que seas la presidenta. Muchos tenemos ganas de ir a tomar copas con los amigos y no lo hacemos por que respetamos las órdenes de los de arriba. Pero se ve que los de arriba no las respetan. Por responsabilidad debería dimitir. Como hostelero lo que da es rabia, llevamos muchos meses de restricciones, y luego ves que pasan estas cosas…», apunta con resignación.

Desde la patronal Pimeef Restauració no quisieron ayer entrar a valorar el escándalo. Por su parte, Alfonso Rojo, presidente de la Pimeef, habla a nivel personal del caso Armengol ya no lo ha llegado a consultar con sus compañeros. Así, no considera que esto sea un tema especialmente grave. Le parece que «se están sacando las cosas de contexto. Evidentemente, debe cumplir la ley pero se le está dando más importancia a este tema puntual de la que debería tener en estos momentos tan complicados».

La patronal CAEB Baleares, por su parte, cuestionó ayer las medidas. «El poder interactuar socialmente y el poder reunirse en torno a una comida en un restaurante, bar o cafetería es un derecho universal y, sobre todo, un espacio seguro y así lo demuestra la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, saliendo a tomar algo y disfrutar de nuestras terrazas como cualquier persona», ironizó CAEB Restauración Baleares en un comunicado.