Eloisa Pérez Torices y el enfermero Joan Tur en la consulta, donde ya pueden hablar cara a cara. | Marcelo Sastre

El tremendo esfuerzo del personal sanitario durante lo peor de la pandemia de COVID-19, allá por marzo, abril y mayo, mereció el aplauso continuo de la ciudadanía. Cada tarde, a las 20 horas, muchos salían a las ventanas y balcones a recordar con jaleo de palmas y cacerolas que los sanitarios estaban dando más de lo que se les podía exigir.

Hoy ya no hay aplausos, pero el esfuerzo por llegar más allá de la obligación profesional sigue siendo la tónica para buena parte del personal sanitario. Lo asegura el enfermero de Endocrinología, Juan Tur, que es, además, ejemplo de ello. Su trabajo para mantener el seguimiento de una embarazada con diabetes gestacional, en cuarentena por COVID-19, ha sido aceptado por el congreso científico internacional ‘Invescom 2020’.

Un trabajo coral que se ha llevado a cabo junto a la coordinadora de Enfermería de Can Misses, Cati Escandell y las supervisoras de Consultas Externas, Sonia Navarro y Carolina Jiménez.

Tur, doctor en Enfermería, ha plasmado por escrito esta experiencia, fruto del empeño por mantener un seguimiento adecuado de la paciente, Eloisa Pérez Torices, a pesar de su cuarentena. Su trabajo ha entrado en el proceso de selección del congreso ‘Invescom 2020’, lo cual ya denota su interés. El 20 de noviembre se conocerán aquellos que se publican en una revista internacional especializada en reuniones científicas.

La casualidad y la innovación
Eloisa se quedó embarazada en pleno confinamiento. Su seguimiento fue rutinario, con las peculiaridades de los tiempos que corren. En septiembre le tocaba hacerse el test de O’Sullivan, que determina si la mujer embarazada tiene diabetes gestacional, una complicación del embarazo que afecta a un 10 % de las mujeres. Dio positivo.

Una semana después su hijo mayor también daba positivo. En coronavirus. Ahí llegaron las complicaciones. «Tuvimos que empezar el autoconfinamiento el 6 de septiembre, en el momento en el que debuté, como se dice, en diabetes gestacional y sin saber qué tenía que hacer».

Este debut accidentado suponía un problema, las embarazadas con diabetes gestacional requieren de un seguimiento continuo, pero Eloisa no podía salir de casa.

«En ese momento empezamos a pensar cómo podíamos llevarle el material necesario para que ella se hiciera los controles». La solución estaba en la tecnología. Actualmente existen aparatos de test que se conectan a aplicaciones móviles y realizan automáticamente un registro de resultados. «No teníamos forma de hacerle llegar el aparato ni las tiras (en las que se coloca la gota de sangre para el análisis). Entonces hablé con mi supervisora, Sonia Navarro, y ella habló con Cati Escandell para poderle hacer llegar todo el material».

Una tarea de coordinación entre servicios de especialidad y Atención Primaria para dar respuesta a esta necesidad. Aprovechando las nuevas tecnologías, se conseguía que la propia paciente llevara a cabo el control de su estado. El enfermero de endocrinología recibía el informe semanal y por teléfono podía dar las indicaciones. Teleasistencia médica total.

«Mi único contacto previo con la diabetes era porque mi madre la tuvo, pero no diagnosticada. Sabía que los enfermos de diabetes se tienen que pinchar y controlarse, pero desconocía totalmente cómo es el procedimiento. Cuando me dieron el diagnóstico me supuso cierto apuro, porque no podía ir al hospital», explica Eloisa.

Todo tuvo que hacerse por correo electrónico y por teléfono. Le hicieron llegar vídeos explicativos en Youtube con el modo de uso del glucómetro, las instrucciones de cómo utilizar la aplicación móvil y la dieta que debía seguir.

El resultado fue muy satisfactorio. «Estoy encantada con el sistema, la atención era inmediata. Ha sido una experiencia muy positiva», valora.

Esfuerzo colectivo
Para su enfermero este control era fundamental, dado que un exceso de glucosa en sangre podía provocar problemas en el embarazo. Los lunes recibía puntualmente el informe con los datos de glucemia y le daba las indicaciones pertinentes, «que en su caso eran pocas porque hizo un muy buen control».

«Este es el reflejo del esfuerzo de todos mis compañeros para abordar una situación extrema. Estamos dando lo mejor de nosotros mismos y esta es una de las miles de historias en las que nos acercamos mejor a la población y damos lo mejor de nosotros», valora Tur.

Esta «nueva realidad», como la califica, hace necesario un esfuerzo extra de innovación para poder continuar con el seguimiento a pacientes en situaciones en las que no les es posible acudir a la consulta.

Tur indica que la pandemia ha acelerado la implementación de una tecnología que ya existía, pero cuyo uso no estaba muy extendido. En una situación de confinamiento total puede ser lo que marque la diferencia. «No es lo mismo que llame a mi paciente y le pregunte qué tal estás, a que el paciente me pueda enviar un informe objetivo de su estado real. En esto cada vez se avanza más».

Su trabajo en esta dirección ya es una experiencia más que puede aprovechar el personal de la isla. De ser seleccionado, podrá ser una experiencia que estudiar a nivel internacional, el reconocimiento a un esfuerzo extraordinario.