Los concejales del grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Vila se reunieron ayer con el presidente de la Pimeef, Alfonso Rojo, para conocer la situación de los empresarios y autónomos del municipio. Debido a la delicada situación, tanto Rodríguez como Algaba se han comprometido a exigir más ayudas económicas.En el encuentro, Ciudadanos y Pimeef trataron las dificultades económicas que atraviesan los autónomos por el el retraso del Govern en la tramitación de las ayudas, y cómo les afectan las nuevas restricciones tras decretarse un nuevo estado de alarma.

No es ningún secreto que el nuevo estado de alarma decretado por el Gobierno central y el toque de queda impuesto por el Govern tendrán consecuencias económicas en el archipiélago balear y que Ibiza no será ninguna excepción. Desde CAEB y Pimeef

Restauración tienen ciertas dudas sobre el futuro incierto que afrontan los diferentes sectores económicos y reclaman ayudas además de otras medidas complementarias como los controles en puertos y aeropuertos.

Desde Restauración, la presidenta Verónica Juan, sí se mostró en cierta parte de acuerdo con un toque de queda que servirá para combatir «los botellones y las fiestas ilegales». «Ya era hora de que se tomaran este tipo de medidas, que siempre se nos pide a los mismos que hagamos los sacrificios», señaló.

En cuanto al futuro del sector, desde Pimeef se mostraron claros: «Necesitamos ayudas si vamos a seguir con estas restricciones. No va a haber liquidez y muchos de los ERTE acabarán convirtiéndose en ERE».

Verónica Juan señaló que en Ibiza ya se está viendo muchos bares y restaurantes que nunca cerraban en invierno y que este año lo han hecho por primera vez. «Nosotros pedimos ayudas para seguir adelante», insistió la presidenta de la patronal, que lamentó que estas nuevas restricciones destrozan las previsiones navideñas ya que las cenas de empresa se perderán, así como muchas comidas familiares.

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Para Juan es clave que lleguen estas ayudas económicas porque defiende que «la mayor ayuda social es dar empleo». «La restauración era un entorno seguro. Lo que no es seguro son las fiestas ilegales. Lo que había que hacer era sancionar a los que incumplen las normas, también a los empresarios que no lo hagan mal, pero que no tengamos que pagar todos».

Por último, señaló que «no tiene sentido» un toque de queda si no se hacen controles en puertos y aeropuertos.

Tristeza
Desde CAEB se manifestaron en una línea similar. Su representante en las Pitiusas, José Antonio Roselló, también pidió un control «estricto» en puertos y aeropuertos para complementar estas medidas que llegan con el estado de alarma.

Unas medidas que son «una nueva decepción». «El sector ha hecho un esfuerzo muy importante para adaptarse a nuevos protocolos y todo este trabajo no ha servido, al menos por el momento. Es un golpe muy duro para el sector empresarial porque además se hable de seis meses de estado de alarma, eso quiere decir que el Gobierno tiene información y que las previsiones no son buenas», lamentó.

Roselló, que recordó que Baleares e Ibiza en concreto son las regiones más castigadas en lo económico por el COVID-19, también reclamó ayudas financieras para salvaguardar el sector. «Esta situación que parece que se dilatará en el tiempo tiene que venir acompañada de un paquete de ayudas, entre ellas de financiación empresarial porque muchas empresas van a tener muchas dificultades. Parecerá que estarán bien porque tienen patrimonio, pero lo cierto es que tienen la tesorería vacía», avisó.

Por último, en un intento de ser optimista, habló de que el toque de queda puede acabar con algunas conductas incívicas y que si se consigue el objetivo de aplastar la curva las medidas podrían durar menos tiempo del previsto. Además, mostró sus reservas por una intervención estatal que cree que llega tarde y que deja muchas cosas en manos de las comunidades autónomas.