Los criterios técnicos, otra vez ignorados. La presidenta del Govern se reunió el domingo con el comité de expertos sobre el coronavirus de Baleares. Acompañaba a Armengol en el Consolat de Mar, la consellera de Salud, Patricia Gómez, el de Modelo Económico, Iago Negueruela, y la responsable de la desescalada, Margalida Frontera. Por videoconferencia, intervinieron el director general de Ib Salut, Juli Fuster, la directora general de Salud Pública, Maria Antònia Font, y la directora de Asistencia Sanitaria, María Eugenia Carandell Jäger. Tanto en el primer encuentro, como en otra consulta posterior después del Consejo de Ministros, el acuerdo fue claro: «Lo lógico» y «es lo que hemos acordado con los expertos» es que el toque de queda empiece a las 23 horas, ya que de lo contrario, «sería un trastorno para la ciudadanía». Poco más de 24 horas más tarde, Iago Negueruela pactó con las patronales retrasar el horario de inicio a la medianoche. Al igual que sucedió con la cuarentena que solicitaron los expertos y que fue rechazada por Armengol, se han impuesto los criterios políticos.

¿Mintió la presidenta del Govern balear, Francina Armengol, el domingo pasado cuando aseguró que tanto ella como sus consellers se pagan de su bolsillo las comidas y las cenas de trabajo?


La repuesta a esta pregunta se ha convertido en una derivada del caso Hat, el que ha puesto contra las cuerdas a la presidenta por haber ignorado sus propias recomendaciones de limitar la actividad social, incumplir el horario de cierre de un local, luego negarlo y tardar cuatro días en pedir disculpas, todo ello complementado con las amenazas a los policías de Palma para que no filtraran el episodio y la desaparición y posterior resucitación del parte policial.


La presidenta aseguró el domingo, en la rueda de prensa en la que, además de informar de las nuevas medidas, pidió disculpas por el caso Hat, que tanto ella como los consellers se pagan las comidas de su bolsillo.


A escote
A preguntas de un periodista que se interesó por los motivos por los que el ticket de la cena de trabajo que supuestamente habían tenido la propia presidenta junto a la consellera de Presidencia, Cultura i Igualtat, Pilar Costa; el conseller de Model Econòmic, Turisme i Treball, Iago Negueruela; el conseller de Mobilitat i Habitatge, Marc Pons; así como el director del gabinete de la presidenta, Joaquim Torres, y el director general de Comunicación, Álvaro Gil, el día que incumplió el horario de cierre tomando copas en el bar Hat Armengol no aparecían en el portal de transparencia fue tajante: «No pasamos los tickets al erario público, los pagamos cada uno de nuestro bolsillo. Lo hemos establecido así, es nuestro criterio y es lo que creemos razonable».


Según su relato, este criterio se viene aplicando desde la pasada legislatura y ha tenido continuidad en la presente.


Y eso que ella mismo confesó tener «muchísimas reuniones de trabajo» fuera del Consolat (de Mar, sede de Presidencia) que «aprovecho para hacerlas en una comida o una cena». «Lo hago habitualmente», aclaró, sin darle mayor importancia porque «creo que todas las instituciones lo hacen» así como «muchos consellers de mi gobierno».


Según aclaró ayer Presidencia del Govern, «Armengol no mintió», ya que, según su versión, la presidenta se refería a comidas fuera del Consolat de la Mar.
La información pública que aparece en el portal de transparencia de la Comunidad Autónoma, según ha podido comprobar Periódico de Ibiza y Formentera, desvela que en lo que llevamos de legislatura la presidenta del Govern ha presentado 94 gastos bajo el mismo concepto: comida de trabajo con miembros del Govern de les Illes Baleares. En total, suman los tickets presentados 6.180,42 euros, con un gasto superior a los 400 euros de media mensuales.


De hecho, ella gasta tanto como todos los miembros de su gabinete juntos en comidas.
La información publicada en el portal de transparencia refleja que los consellers del Govern se han gastado en comidas, almuerzos y cenas con miembros de su equipo en lo que va de legislatura casi 8.000 euros, es decir, menos de dos mil euros más que la presidenta en solitario.


Así pues, no es del todo cierto, cuando menos, que Armengol y los miembros de su gabinete se paguen de su bolsillo las comidas y las cenas de trabajo como trató de hacer ver la presidenta el pasado domingo.


Si es cierta la versión de Presidencia, Armengol no pasa los gastos de comidas realizados fuera del Consolat de la Mar.
El portavoz adjunto del Partido Popular, el ibicenco Antoni Costa, calificó este episodio de «otra muestra más del descredito» de la presidenta, quien, a su entender, ha quedado «desautorizada» y se ha quedado «sin credibilidad». Costa aseguró que pedirán copia de todos los tickets para saber si es verdad que ni ella ni los consellers pasan los gastos de las comidas que tienen fuera.