Cómo mantener tu mascarilla reutilizable para volver a usarla de forma segura.

Con el auge de la pandemia, y con un rebrote que está llevando a las autoridades a implantar nuevas normas para evitar que los contagios crezca, el uso de las mascarillas reutilizables está aumentando considerablemente. Las personas están recurriendo más y más a ellas porque son ya algo necesario para salir a la calle y porque, entre otras cosas, a la larga resultan más económicas que hacerse con mascarillas que tengan que desecharse cada vez que se usan.

Pero, ¿cómo deben cuidarse estas mascarillas reutilizables? Eso es lo que vamos a abordar. Vamos a ver cómo y cuándo se deben lavar estas mascarillas, además de incidir en las condiciones en las que deben guardarse para que sigan siendo seguras. El cuidado debe ser extremo, porque son algo imprescindible para nuestra seguridad y salud en la actualidad.

Cómo y cuándo lavar las mascarillas reutilizables

La limpieza es algo esencial cuando hablamos de mascarillas reutilizables, porque precisamente es la razón de ser de esta opción de seguridad y salud. Lo primero a tratar es la frecuencia de lavados, cosa que desde el Centro de Prevención de Enfermedades de EEUU dejan claro al afirmar que debe hacerse una limpieza diaria.

Ese ratio es importante, pero lo es más el método de limpieza. En este sentido, el Ministerio de Sanidad de España ha dado unas pautas muy claras sobre cómo proceder. Y es que, aunque puede ser útil desinfectar con aire caliente con la ayuda de una plancha sin cable, lo mejor siempre es usar en primer lugar una limpieza normal en una lavadora, con una temperatura que sea de, al menos, 60 grados para el agua. Es la mejor forma de desinfectar.

Tras esto, también es recomendable introducir las mascarillas en una combinación de agua y lejía de forma que, por cada parte de lejía, haya 50 de agua. Media hora introducida en un recipiente así es suficiente, después se debe aclarar con agua y proceder a otra limpieza con agua y jabón a mano y a máquina para que la limpieza sea absoluta. Hecho eso, hay que dejarla secar a la perfección para que no quede ni una pizca de humedad.

Otra opción complementaria, para quienes busquen la máxima seguridad, es usar alguno de los virucidas recomendados por el Ministerio. Es importantísimo seguir las indicaciones del fabricante en cada caso para evitar cualquier problema y, por supuesto, aclarar posteriormente con agua y jabón para eliminar restos. Esta vía se puede usar como alternativa a la disolución de agua y lejía que hemos mencionado antes.

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Eso sí, es importantísimo llevar cierto control del total de lavados realizados. Una vez se haya superado la cifra recomendada por el proveedor de la mascarilla, se debe adquirir otra para seguir teniendo la misma protección y reducir al máximo las probabilidades de contagio. Toda precaución es poca, y más cuando hablamos de mascarillas reutilizables.

¿Cómo debes guardarlas?

El almacenamiento de la mascarilla reutilizable entre puesta y puesta es algo bastante importante también. Debes asegurarte de que esté guardada en un lugar que la proteja de agentes externos, pero que también transpire para evitar que se acumule humedad o cualquier otra partícula que la deteriore. De hecho, esto sirve para dejar algo muy claro. Si vas a un bar o un restaurante, ni se te ocurra guardarla en un bolso o en un bolsillo directamente, con eso lo que haces es empeorar sus cualidades.

A raíz de esto, imaginarás que eso de colocarla en el codo no es adecuado, y podemos asegurar que por supuesto que no lo es. Lo que hay que hacer es comprobar que se puede almacenar en un lugar en el que no tengan nada de humedad, por lo tanto debe ser un recipiente o entorno seco y lo mejor aislado posible del exterior. Una buena opción en este sentido son las bolsas de papel limpias. Transpiran, aíslan y no concentran humedad.

Además de esto, es importantísimo que no se guarden nunca justo después de utilizarlas, ni siquiera si van a volver a usarse rápidamente. Antes de eso deben ventilar en un lugar seguro para desprenderse de toda partícula que hayan podido retener y esperar a que se sequen perfectamente. Después es cuando tienen que guardarse, a ser posible en una bolsa de papel que se deberá desechar tras haberla guardado.

Por último, y como recordatorio. No se debe olvidar que una mascarilla reutilizable no debe usarse más de cuatro horas seguidas. Hacerlo implica que no haya las mismas garantías de protección y, por ende, aumenten las probabilidades de contagio tanto a uno mismo como a los demás. Es importante controlar los tiempos para usarlas adecuadamente, porque este factor, al igual que el almacenamiento y la limpieza, es también fundamental.

Usarlas con responsabilidad y, por supuesto, tratarlas con el cuidado que merecen. Las mascarillas van a ser nuestras compañeras durante un largo tiempo, hay que aprender a convivir con ellas.