Un momento del proceso en el que llega la sal hasta el barco que se encuentra anclado en el puerto de la salinera. | DANIEL ESPINOSA

El negocio de la sal de Ibiza sigue funcionando a pesar del coronavirus como demuestra que sigue siendo muy demandada a nivel nacional e internacional. Según explicó a Periódico de Ibiza y Formentera el apoderado de Salinera Española en Ibiza, Juan Ribas, durante este año fiscal se espera alcanzar las 51.000 toneladas, «un resultado excelente» que incluso podría haber sido mejor de no ser por las lluvias que cayeron a principios del mes de septiembre de este año, 104 litros en el Muelle de Sa Canal y 94 en La Savina. «A partir de la evaporación del agua de mar por la acción del sol y del viento, la sal se condensa y cristaliza en la superficie de los cristalizadores, donde por un proceso de recolección controlado, se corta y recoge la sal marina para ser transportada a la montaña o gravera pero nosotros tuvimos la mala suerte de cogernos con cristalizadores abiertos haciéndonos que perdiéramos entre tres mil y cuatro mil toneladas», resumió Ribas.

Salinera Española lleva más de 125 años explotando este producto estratégico de la isla, considerado por muchos como el gran tesoro blanco de Ibiza. «Tenemos un gran producto, una sal que es única y distinta a la que se produce en otros lugares del mundo ya que no tiene aditivos y se realiza de forma totalmente natural y ecológica», aseguró el apoderado de la empresa. Además, su grano «bastante gordo aunque luego se triture cuando se embarca según el gusto de cada comprador, con sustancias naturales como el magnesio, el potasio o el yodo» y «el que mantenga el 4% de su humedad» la convierten en un producto muy demandado para salar el pescado en distintas partes del mundo.

Una de ellas son las lejanas Islas Feroe, donde cada año fiscal se mandan desde la isla de Ibiza unas 15.000 o 16.000 toneladas. Precisamente, este jueves y viernes, el barco Wilson Brugge, con bandera de este país, 88 metros de eslora, 12,8 de manga y un calado de 65 metros y medio, estuvo cargando en el puerto de la salinera ibicenca en torno a unas 3.400 toneladas.

Además la sal de Ibiza también parte hacia a otros destinos. Según Ribas, cada año se suelen mandar unas 15.000 toneladas a Reino Unido, donde se emplea en las carreteras del país cuando hay que combatir el hielo o la nieve, y en España llegan hasta a Galicia y San Pedro del Pinatar, en Murcia. «Nos ha ido realmente bien la exportación de sal este año a otros lugares porque en esta salinera no han generado la producción que ellos han considerado como óptima, unas 70.000 toneladas, y por ello se han puesto en contacto con nosotros para que les suministráramos 12.000 desde Ibiza y porque además, en Galicia, tenemos un comprador que nos ha garantizado unas 4.000 toneladas».

Trabajo incansable
Por todo ello, en este mes de octubre, cuando la empresa se encuentra en el ecuador del proceso de extracción, el trabajo en las instalaciones de Salinera España es incansable y no se detiene ni un minuto.

Actualmente, la planta cuenta con una quincena de empleados de los que nueve se dedican a la extracción de sal, con una jornada aproximada de 08.00 de la mañana a 17.00 de la tarde. «No siempre es igual porque dependemos de la demanda que tengamos y las necesidades de los compradores pero si que puedo decir que cuando llega un barco, como es el caso, el trasiego de camiones que cargan la sal en la Plaza de Acopio de Can Gorra y vienen hasta aquí, para desembarcarla a través de los molinos y que pase por el triturador a gusto del comprador es constante e incesante porque los barcos quieren que todo sea lo más rápido posible antes de volver a su lugar de origen», explicó Juan Ribas.

Además, la empresa ha tenido la suerte de que el coronavirus no ha afectado a su producción. «Somos muy afortunados porque de momento no hemos notado una bajada en la producción, entre otras cosas y fundamentalmente, porque pertenecemos al sector primario, somos alimentación, y para bien o para mal, la gente, de momento, tiene que seguir comiendo», argumentó el apoderado de Salinera Española.

LA FIRA DE LA SAL

«Era inviable debido al coronavirus y la gente que acude cada año»

Este año la Fira de la Sal se ha tenido que suspender debido a la aparición del coronavirus. Juan Ribas aseguró que la decisión la tomó él mismo porque «era inviable» debido a la cantidad de personas que acuden los dos días y medio que dura. A pesar de ello, está convencido de que volverá a celebrarse porque ha calado muy bien entre los ibicencos «porque unos han descubierto el trabajo de la sal y otros lo han revivido, recordando lo importante que es su producción para la isla».

FUTURO MUSEO

«Quien plantea que lo pague la Salinera, no tiene ni idea»

La construcción de un Museo de la Sal sigue dando que hablar. Hace unos días, el grupo Unidas Podemos en el Consell d’Eivissa pidió que se construyera con inversión privada por parte de Salinera Española. Una idea que no ha sentado nada bien a Ribas. «Es una tema que está ahí desde hace años pero nadie se atreve a decir dónde se hará ni cómo y no entiendo como ahora sale este grupo político planteando una moción, pidiendo que haya inversión privada, y demostrando que no tienen ni idea de como funciona el proceso, la venta o la recogida».

RELACIONES CON EL GOVERN

«Están muy mal porque no se interesan por nosotros»

Ribas también aseguró que las relaciones con el Govern estarán mal porque «no contesta a los escritos que les hacemos y no se interesan por nada que tenga que ver con las Salinas de Ibiza». Además, lamentó «su ignorancia y prepotencia al no estar sobre el terreno y enviar a vigilantes para denunciarnos si hay algo que no les gusta o consideran que es incorrecto sin criterio».

LOS DATOS | LA SAL DE IBIZA EN CIFRAS

51.000 toneladas.
La producción que Salinera Española estima que acabará generando durante este año fiscal
4.000 toneladas.
Cantidad estimada que se ha perdido por las últimas lluvias del pasado mes de septiembre

15.000 toneladas.
Esta es la sal que se mandará este año al Reino Unido para que la emplee en sus carreteras

16.000 toneladas.
Cada año las Islas Feroe compra esta cantidad de sal de Ibiza para destinarlo al salazón de pescado.

3.400 toneladas.
Es lo que embarcó este jueves y este viernes el buque Wilson Brugge para llevarla a Islas Feroe.