El pleno en Vila de este pasado mes de octubre estuvo marcado por el rechazo del equipo de gobierno, formado por PSOE y Podemos, a la propuesta del PP de Vila de rebajar impuestos y tasas a vecinos y comerciantes. La propuesta popular incluía la creación de una línea de medio millón de euros de subvención para alquileres de locales comerciales que han visto su actividad suspendida y la rebaja de la tasa de basuras, del IBI, el impuesto sobre el incremento de valor de los terrenos de naturaleza urbana, la tasa de terrazas y la tasa de mercado municipal.

En primera persona
Todas estas ideas de rebajas de tasas e impuestos fueron rechazadas, algo que buena parte del tejido comercial de la ciudad no llega a entender. Así, los comerciantes de la ciudad muestran su decepción por la falta de sensibilidad del consistorio ante la situación que éstos están atravesando.

Periódico de Ibiza y Formentera ha recogido el testimonio de distintos comerciantes de la ciudad y todos, independientemente del sector de su negocio, libreros, hosteleros, charcuteros, o tiendas de ropa coinciden en mostrar su decepción e indignación al respecto.

Montse de la librería Sa Cultural pide un minuto para coger aire y reflexionar sobre lo que va a decir. El cierre les vino tras un marzo complicado y desde que se abrió en mayo las ventas tampoco han sido muy buenas, por lo que lleva arrastrando un déficit de todo el año. «Yo he pagado la misma tasa de basuras, la misma tasa de IBI, y los mismos recibos de todo», explica con resignación, aunque reconoce que sí ha podido aplazar el recibo de basuras: «Han sido condescendientes y nos los han aplazado para noviembre; es el máximo esfuerzo que han hecho». Le parece que la bajada de impuestos municipales sería una buena medida, ya que las ventas se han reducido, en su caso, hasta un 80%. «Entiendo que no somos un bien de primera necesidad; es normal comprar comida antes que un libro, pero yo sigo pagando los mismos impuestos como si no hubiera pasado nada. Este año una rebaja en los impuestos municipales hubiera sido fantástica para la gente», explica la librera justo antes de sugerir que el remanente de las fiestas que este año no han llegado a celebrarse tal vez se pudieran invertir en ayudas al comercio de este tipo.

Pepita regenta una tienda de ropa, Mimitos, y entiende que «este año, tal y como están las cosas nos deberían haber bajado los impuestos». Tiene la sensación de estar pagando, incluso, más. Ha llegado a pedir las ayudas que ofreció el Ayuntamiento, pero por el momento no ha recibido ningún tipo de respuesta: «Dicen que lo están mirando, después que más adelante, que si ahora el ayuntamiento, que si ahora el Consell… pero al final, nada de nada», precisa con resignación.

Javier Ferrer, de la sastrería Casual, entiende que no se pueden cobrar los mismos impuestos cuando la actividad económica ha sido durante nueve meses y no 12. Una rebaja en los impuestos sería un «granito de arena» para contribuir a que no se bajen las persianas de los negocios: «Ahora se trata de mantener la verja abierta y todas las ayudas son pocas». Se muestra más que dispuesto a pagar impuestos, pero «si hay un mínimo de negocio, si no hay este mínimo yo bajo la verja, dejo de pagar los impuestos y me voy a casa».

Antonio, del bar Balafia, arranca con una diatriba contra las normas de confinamiento en Vila: «No nos dejan trabajar lo suficiente, si hubieran cerrado antes toda Ibiza no tendríamos ahora este problema. Llevamos un mes confinados en Vila y eso ha supuesto una competencia desleal». Reclama más medidas como el uso de más espacio en terrazas «si no mucha gente tendrá que cerrar». Ante toda esta situación entiende que no queda más remedio que «bajar impuestos y regular esta situación que tenemos. Que lo único que hacen es cerrar y cerrar y las cajas no se hacen, hace falta más ayuda». No considera que la bajada de impuestos sea la solución a los problemas, pero sí que «sería todo un detalle ante estos tiempos y necesitamos detalles por parte de las autoridades».

Crispín es el gerente de la charcutería Frankfurt y opina que todos tenemos que poner nuestro granito de arena ante esta situación, también desde el Ayuntamiento, ya que «en este caso quienes lo estamos pasando realmente mal somos los pequeños comerciantes». «Cuando hay alguien que propone algún tipo de ayuda para paliar la situación vemos cómo la otra parte no da su brazo a torcer y creo que deberían ‘torcer un poco el brazo’», explica respecto a la decisión del Ayuntamiento de Eivissa no aceptar las mociones que presentó el PP en este sentido. Si bien defiende que «la bajada de impuestos no sería bueno para la economía, de alguna manera hacen falta más medidas para paliar la situación».

Encarna es la responsable de Gatzara y representante de los comerciantes en la zona del Eixample. Considera que si no se pueden bajar, no entendería que se subieran ni un ápice. No cree que el año que viene la situación vaya a mejorar: «En este caso será muy difícil llegar para pagar los impuestos, por lo que si se pudieran bajar sería lo mejor» o por lo menos «que no te vengan todos juntos o algún incentivo para que no sea tan costoso poder pagarlos». Dice que sí ha notado una rebaja en el impuesto de basuras y que espera que se mantenga, algo que contradice lo que nos había contado Montse, por lo que lo comprueba y confirma que no, que no es una rebaja sino que, simplemente, al menos, lo que se ha hecho es descontar los meses de confinamiento. Sí se solidariza con la hostelería, «que son los que más van a sufrir», apunta.

Mercat Nou
En el Mercat Nou tampoco están muy conformes con la negativa del Ayuntamiento a la bajada de impuestos. A Rosa, pescatera, le parece muy mal el rechazo a estas medidas que considera «que al menos ayudarían en algo», mientras que Margaritam responsable de la frutería XXXX, piensa que «se podrían bajar un poco los impuestos; sería una ayuda no solo para el comerciante si no también para el comprador». Reconoce que los puestos del mercado pueden quejarse tanto como los locales que están a pie de calle.

Marga no oculta su malestar, atareada porque ayer estaba sola y, por ello, contesta a las preguntas de este periódico mientras va colocando pimientos, pepinos y berenjenas: «Todo lo que sea rebajar un poco es bienvenido», opina antes de que le expliquemos mejor que es al contrario, que no va a haber rebaja. «¡Entonces no quiero ni hablar! Es indignante porque estamos aquí todo el año y hay mucho menos trabajo». Reconoce que al principio del primer estado de alarma se les rebajó de manera considerable la tarifa del módulo, al oír eso su vecina salta diciendo que a ella no. Acaban sin llegar a una conclusión del por qué a Sonia no se le hizo esta rebaja.

Las declaraciones de Rosa, del Bar La Granja del Mercat Nou, van en la línea de su colega del bar Balafia. Así, considera que deberían haber cerrado toda la isla antes y no sólo el confinamiento que se llevó a cabo al principio en Vila: «Entonces no estaríamos así». En cuanto a la no bajada de impuestos municipales, no está de acuerdo «habría venido muy bien una bajada de impuestos; estamos pasando tiempos duros, y lo que nos queda, y es un dinero que no estás invirtiendo en otras cosas».