Piedad, muy conocida en Ibiza ya que lleva muchísimos años con la feria, posa con uno de sus remolques. | DANIEL ESPINOSA

El mundo de las ferias suele traer recuerdos de alegría, música, luz y color. Niños riendo, olores dulces y mayores que disfrutan entre el bullicio. La pandemia ha borrado todo eso de un plumazo. Los tiovivos están parados, ya no hay música en los coches de choque, ni algodón de azúcar en los puestos. Lo que queda son los gastos a los que los feriantes se tienen que enfrentar. Unas facturas para las que no hay ingresos.

«No tenemos ayudas para el sector. Estamos abandonados. Nadie se ha acordado de nosotros ni ha llamado para preguntarno cómo estamos. Los gastos siguen ahí: alquileres, impuestos, seguros... más la familia, la hipoteca... Está muy mal todo», lamenta José Manuel Roca. Su familia lleva muchos años dedicándose al mundo de la feria y nunca se han visto en una situación así. «En todo el año no hemos podido trabajar y no sabemos cuándo vamos a poder hacerlo», señala agustiado por la incertidumbre.

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Su hermano Paco ha tenido que buscar sustento en otro trabajo mientras dure la situación actual. «Entiendo que en nuestro sector no se puede trabajar porque hay mucho movimiento de personas, muchos niños y la salud es la primero», reconoce.

«Estamos esperando la ayuda de autónomos y hemos dado todo de baja temporal, pero los impuestos siguen llegando. Al final hay que pagar el alquiler, los remolques, los seguros de las atracciones...», explica, antes de señalar que no entiende cómo no hay una ayuda para que no tengan que pagar estos gastos ya que su actividad está parada y no pueden generar ingresos.

Sobrevivir
Cualquier persona que haya ido a una feria por Ibiza se ha encontrado a Piedad en alguno de sus puestos de comida. «Nos arreglamos como podemos, pero está todo muy difícil, no tenemos ningún tipo de ingreso. Ahora mismo no tengo dinero ni para pagar la luz. Necesitamos ayudas», lamenta. Sus remolques, al igual que los de sus compañeros feriantes, están parados por Ibiza. A la espera de un atisbo de luz que les permita reanudar un poco la actividad. «Se están mirando protocolos para ver si se puede hacer la feria de Navidad, pero lo veo difícil, allí siempre se junta mucha gente y estando las cosas como están...si la gente aprende a respetar y cumple con las medidas de seguridad... no sé, a ver si se soluciona un poco y podemos poner algo en algún sitio», concluye con esperanza Piedad.