La escritora y directora Mabel Lozano, en una imagen promocional.

Dentro del programa de actividades organizadas por Ayuntamiento de Eivissa entorno al 25-N, Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, Mabel Lozano ofrece hoy una charla sobre pornografía y explotación sexual, El porno es otro virus: PornoXplotación. En la charla hablará de la normalización de la prostitución y de cómo esta perversa industria se ha incrementado en el mundo digital dentro del contexto del confinamiento. También abordará cómo el consumo de pornografía se da cada vez a edades más tempranas y de la manera de abordar esta situación desde la educación.

Mabel Lozano, aparte de actriz y modelo, es guionista, directora y productora de cine social. Acaba de publicar su libro PornoXplotación junto al inspector de la Policía Nacional Pablo J. Conellie tras más de cuatro años de investigación en torno al negocio opaco y poderoso que es el porno. Su último cortometraje documental, Biografía de una mujer muerta, acaba de ser nominado a los Premio Goya. Ha dirigido otros trabajos como Chicas Nuevas 24 horas (2016), El proxeneta (2018), alrededor del mundo de la explotación sexual, el negocio de la compraventa de mujeres y niñas, las mafias y personas que mueven los hilos de la trata y de la prostitución.

Lozano lamenta no poder dar la conferencia de manera presencial, también le toca sumarse a la migración digital. Y es que la «migración digital», en el contexto de la explotación sexual, forma parte de su discurso: «Durante el confinamiento la prostitución, incluso la ‘normal’ de club o callejera, ha migrado en muchos casos a las fronteras digitales. La demanda de sexo de pago no ha descendido simplemente ha mutado, ahora las mujeres reciben a través de las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación)».

Porno y juventud
La documentalista apunta que el consumo de pornografía se ha multiplicado durando el confinamiento y se muestra muy preocupada por su consumo por parte de los menores. «Casi el 100% de los chavales entre 14 y 15 años conoce ha visto o es ya un adicto al porno. La pornografía no ha sido nunca tan accesible», precisa. «A un niño de ocho años lo primero que se le ocurre escribir en la web es ‘culo’ o ‘tetas’ y lo que hace el buscador es direccionarle a páginas pornográficas», afirma. Por eso, anima a las familias a hablar de sexo y educar a sus hijos e hijas e incide en el carácter adictivo del porno: «La pornografía crea tanta adicción como la cocaína; es un virus que se inocula por los ojos» y remarca la educación en relaciones afectivas sexuales sanas como «la única vacuna». «No se habla de sexualidad en este país; entonces la escuela de la sexualidad de los chavales es la pornografía, que además, es cada vez más agresiva». Por esta razón, Lozano defiende que los «chavales después lo ritualizan en la calle» y pone como ejemplo los casos de ‘manadas’ que lo que buscan es el porno grupal que han aprendido en las redes.

Relaciona también el consumo precoz de pornografía con la disminución en la edad de los consumidores de sexo de pago. Y es que «pagan por lo que no se atreven a hacer con sus chicas, de igual a igual».

Porno en vivo
La mutación de la prostitución de la que nos hablaba Mabel Lozano tiene formas como el porno en vivo, las ‘cam-girls’. Chats entre mujeres y hombres, que pueden estar en cualquier parte del mundo, donde ellos les dicen a ellas lo que tienen que hacer con su cuerpo: «Esto es prostitución 2.0: la mujer está vendiendo su cuerpo por dinero, haciendo de manera real lo que el hombre le dicta. La prostitución ha tomado la web». Obviamente, también pone el foco en que los proxenetas también han entrado en esta adaptación digital de sus actividades: «Son los mismos perros, pero con collares tecnológicos», apunta. Sus maneras de extorsión se han diversificado en forma de ‘sextorsión’, ciberacoso, ‘grooming’ (ciberacoso pedófilo). Habla de la plataforma más famosa que, aunque no produce contenidos, sí cuenta con miles de denuncias por contenido ilícito. «La palabra más buscada es ‘adolescente’; si es adolescente es menor y si es menor es un contenido ilícito».

‘Carne fresca’
Se muestra muy preocupada por el cebo que supone en estos tiempos la oferta a chicas de este tipo de porno. «Desde tu casa, con el ordenador, puedes ganar mucho dinero», pero el contenido se sube a las plataformas, de manera que jamás se podrá controlar; ésta es la manera que usan ahora lo ‘proxenetas 2.0’ para extorsionar. Sin dejar de lado que los usuarios «te van a pedir que hagas con tu cuerpo las cosas más salvajes que te puedes imaginar. Esto no es virtual, es real. Además, esta industria necesita siempre ‘carne fresca’, por lo que te van a descartar al cabo de dos o tres vídeos».

Nulo caso de las autoridades
Lamenta, además, el poco o nulo caso que se le hace al problema de la prostitución y la pornografía desde las instituciones, cuando hay que reseñar que el PSOE lo prometía en campaña y dirige el Ministerio de Igualdad la ministra de Podemos Irene Montero, que siempre ha llevado el feminismo por bandera. «El hecho de cerrar los clubes lo único que hace es trasladar el problema de la trata a otro lugar; no soluciona nada. Hay muchísimo trabajo por hacer y el Ministerio debe arremangarse».

Piensa que hay que anticiparse ya que ante la crisis que nos viene esta puede ser una salida (en forma de trampa) para mujeres económicamente necesitadas. También señala el peligro de que las mafias, al no poder captar a mujeres fuera por el cierre de fronteras, «van a tirar de ‘mercado nacional».

Las personas interesadas en la conferencia de Mabel Lozano, que será hoy online a las 19.00 horas, se pueden inscribir en igualtat@eivissa.es o seguir directamente en la sección de webinaris de www.districte07800.cat. Esta actividad está financiada por la Conselleria de Presidència, Cultura i Igualtat del Govern Balear, a través del Institut Balear de la Dona, y del Ministerio de Igualdad, a través del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

La ‘industria’del porno
«La pornografía deja víctimas a los dos lados de la pantalla, es un fenómeno absolutamente poderoso. Se habla de ‘industria’ pero en toda nuestra investigación para el libro ‘PornoXplotación’ no hemos encontrado a nadie dado de alta en la seguridad social ni nada», explica la directora. Habla también del limbo de la alegalidad y de que en ningún caso hay ningún indicativo de que en estos vídeos las personas que participan lo hacen con su consentimiento. Huye de un discurso «moral», y distingue entre «hacer lo que te dé la gana libremente con otra persona adulta en una habitación», con la aberración de encontrarse en las portadas de ciertos portales porno con «una violación de una niña por ocho tíos». «El porno tiene que ver más con la violencia que con la sexualidad», sentencia Lozano. Las actrices son también mujeres prostituidas, asegura Lozano, «así se consideran ellas; solo se escucha hablar a ‘cuatro’ actrices, y de estas cuatro, solo hay dos que se consideren unas ‘Pretty Woman’ felices que comen perdices. El resto de miles se consideran prostituidas», concluye.