La asociación Madre Teresa se encuentra en un local parroquial de la iglesia de Jesús, así como el almacén donde reciben donaciones de productos básicos de alimentación, ropa o juguetes para los más necesitados. | Marcelo Sastre

La asociación solidaria Madre Teresa, constituida hace dos años en Jesús con la finalidad inicial de proporcionar ayuda a mujeres embarazadas o con hijos menores de dos años, ha ampliado su radio de acción y prestará ayuda a todas las personas o familias que se han visto afectadas por la crisis económica derivada de la pandemia.

Durante estos dos años, han distribuido gratuitamente a más de un centenar de familias medicamentos o pañales que adquirían con la venta de las donaciones de ropa que realizan los vecinos del pueblo, pero ahora, ante la gravedad de la situación, este entidad benéfica, ubicada en dependencias parroquiales, también ha comenzado a distribuir alimentos básicos, prendas de vestir e incluso juguetes entre los más necesitados, muchos de los cuales son familias que ahora se encuentran sin ingresos y que nunca se habían visto obligadas a recurrir a los servicios sociales o a las organizaciones solidarias.

«El panorama está muy difícil. Es muy posible que nos veamos desbordados en los próximos meses», expresa el párroco de Jesús, Pedro Miguel López, delegado diocesano de Pastoral de Salud, que forma parte de la directiva de Madre Teresa, una asociación que nació por iniciativa de la delegada de Pastoral de la Familia, Sonia Ruiz Hombrebueno, que sugirió la unión de ambas pastorales (salud y familia) para poder afrontar las ayudas a todas las personas que se han visto golpeadas por la crisis.

«Todavía estamos encallados en el pasado y no nos damos cuenta de la magnitud de la crisis mundial que se avecina, y la situación puede explotar muy pronto porque la clase media no aguantará», señala el párroco. «La gente no tiene ingresos o están inmersos en procesos de ERTE, pero los gastos no paran. Ahora estamos atendiendo a los casos más graves, pero es muy probable que veamos un aluvión de peticiones de familias de clase media, lo que nos llevará a una situación semejante a la que se vivió en los años 40, como ya han vaticinado algunos sociólogos», según Pedro Miguel López, que también es el organista de la catedral y prefecto de liturgia.

A pesar del anuncio de que las vacunas serán pronto accesibles y de las subidas que ha experimentado la Bolsa en las últimas sesiones, el párroco de Jesús no se muestra optimista: «Hasta que de verdad lleguen las vacunas a todo el mundo, habrá pasado un largo periodo, que empezó en marzo, cuando irrumpió el virus, un bache durante el cual muchas familias habrán agotado sus ahorros y posiblemente seguirán sin trabajo. La gente que aún tiene recursos o que ha podido guardar algunas reservas las agotarán pronto, y me temo que tocaremos fondo en enero o febrero del próximo año».

La asociación Madre Teresa está presidida por Sonia Ruiz y forman parte de la misma, entre otros voluntarios, Pedro Miguel López, vicepresidente; Miguel Ángel Fernández, del departamento de Acción Social, y David Roa, en calidad de secretario. Abre al público los lunes, miércoles y viernes, de 10 a 13 horas, aunque Pedro Miguel López precisa que la parroquia «está accesible todo el año, 24 horas al día, con las puertas abiertas para todos lo que lo necesiten, sin distinción de religión o creencias». La asociación forma parte de la red humanitaria agrupada en torno a Carritos Solidarios Marco Martín, el banco de alimentos que recoge en 70 supermercados de la isla donaciones de productos de primera necesidad, que posteriormente se distribuyen desde un almacén en Sa Coma entre las distintas entidades que trabajan en favor de los más necesitados, como Cruz Roja, Cáritas, Médicos del Mundo o Food for Ibiza, entre otras.