El gobierno de ‘Cires’ estudió convertir el muelle comercial en atraques para grandes yates.

El día 11 de noviembre el Club Náutico de Sant Antoni desmintió, en un comunicado, la afirmación del delegado de la patronal de las navieras Apeam en las Pitiusas, Rafael Cardona, quien aseguró que la entidad quería quedarse con el muelle comercial para grandes esloras.

En la nota de prensa, aseguró la entidad que su apuesta era el crecimiento cero en el número de amarres, afirmación que desapareció del comunicado de ayer.
Asimismo, de las declaraciones del presidente tampoco se puede concluir cuál es la verdadera postura del Náutico en relación a los posibles usos para embarcaciones de recreo del muelle comercial.

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Simplemente, se limita a asegurar Cires en el comunicado que no ha tenido jamás entre sus objetivos como presidente de la institución impulsar la creación de nuevos pantalanes en la zona del muelle comercial, aunque a la vista del estudio sí los tuvo en calidad de alcalde.

A pesar de que la información de este periódico nada insinuó sobre un posible interés del Club Náutico en gestionar el muelle comercial para instalar grandes yates y se limitó a reproducir el informe del Ayuntamiento, Cires aprovechó la nota de prensa de ayer para dar lecciones de cómo funciona una adjudicación de amarres y a aventurar cuál sería el criterio de Ports IB en el que caso de que convocara dicho concurso. «La concesión debe salir a concurso público, donde lo que más prima es la oferta económica. Y Es Nàutic nunca podría competir en este sentido con las empresas privadas. Basta con ver lo que ha ocurrido en el puerto de Ibiza para comprender que Es Nàutic pudiera acceder a dicha concesión es un disparate», sin descartar ni tampoco afirmar que en el caso de que hubiera concurso, la entidad optaría a él.