Paz Izquierdo, en las instalaciones del Centre d’Educació Infantil El Trenet Blau del que es directora desde hace diez años. | DANIEL ESPINOSA

Esta semana se presentó en la sede de la Petita i Mitjana Empresa d’Eivissa i Formentera (PIMEEF) la una nueva asociación que está formada por representantes de siete centros educativos infantiles de la isla de Ibiza que trabajan con niños de entre cero y tres años. Son tres de Ibiza, dos de Sant Josep, uno de Sant Antoni y uno de Santa Eulària y todos ellos están debidamente homologados por la Conselleria de Educación del Govern balear. Su presidenta es Paz Izquierdo, nacida en el pueblo conquense de Las Pedroñeras, residente en Ibiza desde hace más de 30 años y, desde hace una década, directora del centro de educación infantil Trenet Blau de Sa Carroca.

—¿Por qué han decidido poner en marcha esta asociación de los centros educativos infantiles de Ibiza?
—Principalmente, por la necesidad de que la gente de la isla de Ibiza nos conozca y para poner en valor todo el trabajo que hacemos en nuestro día a día.

—¿Qué es lo que quieren reivindicar realmente?
—Nuestro papel en el mundo de la educación en Ibiza. Llevamos muchos años trabajando como centros privados y queremos que la gente sepa que hacemos el mismo trabajo que una escoleta pública, con una misma programación pedagógica y con las mismas obligaciones que ellos.

—Y las horas que dedican todos los días... Da la sensación que su trabajo sólo puede ser entendido si hay una gran vocación de por medio...
—Es cierto. Es un trabajo precioso, pero que también exige una gran dedicación y muchas dosis de cariño. Aunque a veces no se tenga en cuenta la educación para niños de cero a tres años es muy importante porque estamos trabajando con personitas y todo lo que les enseñemos en esta etapa de su vida será realmente importante para su futuro.

—Los niños son el futuro. ¿Cómo ha cambiado la educación en este sector de niños de cero a tres años en los últimos años?
—Pues ha cambiado muchísimo. Ten en cuenta que antes se aprendía fundamentalmente estando en la calle con tus amigos y se aprendía a leer y escribir en el seno de la familia porque no había tanta oferta educativa como ahora. Ahora, en los tiempos que corren, la calle se ha perdido y, con ella, los juegos entre amigos. Por eso es tan importante que en la escoleta les enseñemos desde bien pequeños a sociabilizar, relacionarse o a compartir. Y, por supuesto, que aprendan que la vida está llena de conflictos desde bien pequeños y que tienen que desarrollar una serie de capacidades para resolverlos.

—También trabajan mucho a nivel motriz...
—Por supuesto. Estamos en unas edades en las que no todo es matemáticas, lengua o inglés, sino también descubrirse a sí mismo y el mundo que le rodea.

—En la presentación hablaron de que estos centros privados han tenido que hacer un gran esfuerzo para homologarse. ¿Qué quisieron decir realmente?
—Pues que hemos tenido que seguir a rajatabla todas las indicaciones que nos llegan desde la Conselleria de Educación y que son de obligado cumplimiento. Y le aseguro que no es nada fácil porque tiene que ser un tipo de centro concreto, con unos metros determinados, unas medidas de seguridad básicas que no pueden faltar, un tipo de puertas y ventanas especiales... y hasta los pomos de las puertas nos dicen cómo tienen que ser.

—¿Y a nivel pedagógico?
—Lo mismo. Todo nuestro personal tiene que estar debidamente cualificado y preparado y todos nuestros proyectos e itinerario educativo tiene que estar muy claro y definido. Por eso presentamos memorias finales cuando acaba cada curso. Es decir, que tenemos el mismo nivel pedagógico que cualquier escoleta de tipo público.

—La asociación la forman siete centros privados de la isla. ¿Son todas las que hay en la isla?
—Sí, todas.

—¿Y por qué no hay más?
—Porque no es nada sencillo poner en marcha un centro privado desde cero con todo lo que te piden y la inversión económica que se necesita. A veces, hay mucha gente que quiere montar una pero luego al echar cuentas repara que no le es rentable y decide pedir un permiso al ayuntamiento de turno que siempre acaba siendo mucho más sencillo. Hay que ser muy valiente para montar un centro infantil privado con los tiempos tan duros que estamos viviendo actualmente.

—La fuerte crisis económica que nos está dejando la aparición del coronavirus en nuestras vidas, ¿también está afectando a los centros infantiles privados de cero a tres años?
—Sí, y mucho. Al principio nos afectó una crisis que podríamos llamar del miedo porque había mucho temor a traer a tu hijo a cualquier tipo de centro educativo pensando que podía caer contagiado. Sin embargo, ahora sí que la crisis económica nos ha dado de lleno.

—¿Crisis del miedo?
—Claro. La gente tenía muchas dudas y eso unido al desconocimento que existía sobre el tema de los contagios entre niños y profesores hizo que muchos padres se lo pensaran dos veces antes de matricular a sus hijos. Afortunadamente, parece que eso lo hemos superado porque se ha demostrado que la mayor parte de los contagios son externos a los centros educativos y que, hoy por hoy, somos sitios completamente seguros.

—¿Y cómo les está afectando la crisis económica?
—Porque ha habido muchos residentes en Ibiza que se han quedado sin trabajo al depender tanto del sector turístico. Se han quedado en paro o están en ERTE viendo si les llegan las ayudas y, en muchos casos, no llegan a final de mes. Por eso, ante el miedo al futuro, a verse peor de lo que están, deciden guardar el dinero que supone matricular a su hijo en un centro privado y tenerlo en casa aprovechando, además, que se pasa mucho tiempo allí.

—¿Ustedes han vivido muchos casos así?
—Alguno que otro. Creo que el miedo está girando. Antes estaba más centrado en poderte contagiar por coronavirus y ahora en no saber cómo voy a llegar a fin de mes o si en el mes de enero tendré algo de dinero ahorrado para poder seguir comiendo sin ir a las colas de Cáritas.

—¿Y ustedes cómo están? Supongo que tendrán muchos gastos fijos a los que hacer frente cada primero de mes.
—Es cierto. Tenemos muchos gastos, pero hay que aguantar. Ten en cuenta que nosotros, en el Trenet Blau, tenemos cuatro educadoras contratadas además de una cocinera, una persona de mantenimiento y yo misma, como directora. Incluso tenemos algunas en excedencia. Así que sí, somos mucha gente y muchos gastos.

—Uno de los objetivos de los que más hablaron en la presentación fue la de que las ayudas lleguen a más gente. ¿De que tipo de ayudas estamos hablando?
—De muchas, pero en este caso, creemos que es muy importante que se modifiquen los parámetros que son necesarios para solicitar cierto tipo de ayudas. A día de hoy se mide por un nivel de renta a nivel nacional pero eso en Baleares y en Ibiza es un grave error porque todos sabemos de lo cara que es la vida aquí y de los precios de los alquileres. Son requisitos muy complicados de cumplir y que han hecho que, por ejemplo, en el Trenet Blau únicamente hayan podido acceder este año dos familias.

—¿Tan complicados son estos requisitos?
—Realmente sí porque estamos hablando de que si tienes un sueldo de 1.200 euros ya te quedas fuera, cuando todos sabemos que como está la vida en Ibiza y cómo están los precios de los alquileres, como te descuides con esa cantidad no llegas a final de mes. Además, cada año los cambian añadiendo requisitos nuevos como ser madre soltera, familia monoparental o tener un niño que tenga algunas dificultaes. Y, encima, para esta nueva convocatoria se ha añadido la condición de estar en ERTE. Es todo demasiado complicado.

—¿Cómo se puede cambiar esto?
—Reivindicándolo. Institiendo a las autoridades que esto hay que cambiarlo y que, con todos los respetos, no es lo mismo una familia que vive en un pueblo de Cuenca con otra de Ibiza, teniendo el cuenta el nivel de vida que hay en un sitio y en otro. No pedimos nada raro, ninguna complicación, sólo que se tenga encuenta a las familias de Baleares y los problemas endémicos que tenemos en las islas.

—También hablaron de poner en valor que si te matriculas en un centro de educación infantil privado hay una serie de ventajas a posteriori . ¿De cuáles estamos hablando?
—Pues hay muchas ventajas, la verdad. Una de ellas es la de conseguir un medio punto más en la futura calificación que se otorga a un niño y a los padres para que puedan elegir el centro educativo que deseen cuando salgan de la escoleta. También contamos con un servicio de Desarrollo Infantil y Atención Temprana, lo que nos permite que pueda venir un especialista una o dos veces por semana para estar con un niño que necesite otro tipo de atención para seguir adelante con su propio desarrollo. Y eso, aunque no lo parezca, es una gran ayuda para muchas familias porque se hace dentro del centro sin necesidad de desplazamiento.

—¿También se pueden pedir las famosas ayudas para el comedor?
—Por supuesto y también son muy importantes para muchas familias que lo están pasando mal. Es igual o parecida que la ayuda a la escolarización. Y por supuesto, también es importante la deducción de los 1.000 euros por maternidad que se otorga teniendo en cuenta el nivel de renta y que también se puede conseguir en centros educativos como los nuestros.

—Y ya la última. ¿A ustedes les afecta la famosa Ley Celaá?
—Aun no lo hemos estudiado mucho porque hay muchas incógnitas al respecto sobre ella pero sí, desgraciadamente, tiene pinta de que también afectará a los centros educativos infantiles privados de cero a tres años.