El Ayuntamiento de Sant Josep, con la financiación del Govern balear y la colaboración del Parc Natural de Ses Salines, está llevando a cabo una intervención de rehabilitación parcial de la Plaza de la Sal en La Xanga. Un entorno de un gran valor histórico que se está degradando a pasos agigantados durante las últimas décadas.
Se espera que el acceso de los vehículos a la zona, que ahora está cortado por estas obras, se cierre definitivamente tras la finalización de la misma con el fin de evitar la degradación del espacio que supone.

Las lluvias del pasado sábado impidieron que los voluntarios celebraran su día internacional prestando su ayuda en las tareas de rehabilitación que se están desarrollando en La Xanga.
Ayer una voluntaria se unió al trabajo de la cuadrilla formada por técnicos del Parque Natural de Ses Salines y de la empresa Posidònia S.L.
Entre los cinco retiraban la tierra dejando a la vista parte del empedrado del que en su día, hace 500 años, fue uno de los puntos más importantes de la isla durante dos siglos, y a partir del cual se desarrolló la industria más importante, turismo aparte, que han tenido nuestras islas durante siglos: la industria salinera.


Este empedrado no forma parte de ninguna vía romana como cuentan ciertas rumorologías sin ningún tipo de base. De hecho, no existe tal vía romana. Se trata de un espacio empedrado, de unos 5.000 metros cuadrados, en el que en ya en el siglo XVI se amontonaba la sal que embarcaba desde el muelle, que todavía se intuye frente a las casetas de pescadores, con destino a distintos puntos del mundo. Se trata del cargador más antiguo de la salinera y que se utilizó hasta bien entrado el siglo XVIII.
Estamos hablando por lo tanto de un enclave con un valor histórico incalculable que, por alguna razón que se nos escapa, nunca recibió el trato ni la protección que merece, ni siquiera por parte de la memoria popular ibicenca.


De las tres viviendas situadas en este espacio, una de ellas, la más cercana a la Torre d’es Carregador (cuyo nombre cobra sentido en este contexto histórico), pertenece a las construcciones históricas de la época, en otra de ellas todavía conserva buena parte del empedrado histórico en la parte del jardín, mientras que en la tercera, la más alejada del mar, se destruyó buena parte de este firme.

Se trata de la primera obra de restauración de un espacio relacionado con el patrimonio salinero. Para ello, el Consistorio de Sa Talaia cuenta con la colaboración de la empresa Posidònia S.L.. Sus responsables, el investigador Josep María López Garí y los arqueólogos Ricard Marlasca y Maria José Escandell llevan un mes trabajando, desenterrando partes originales y restaurando zonas destruidas, en la rehabilitación de la Plaza de la Sal, que se presentará de manera oficial el próximo día 15 por parte de las autoridades.
Marlasca se siente optimista al ver iniciado un proyecto que llevan años reclamando y que por fin se pone en marcha y confía que este sea el primer paso de muchos para conseguir una recuperación de este espacio «que es un gran desconocido, una joya olvidada hace más de 300 años». Un espacio que reclama a gritos algún tipo de protección oficial de manera urgente.