El futuro del puerto de Sant Antoni se decidirá en los próximos días | Marcelo Sastre

La presidenta del Govern balear, Francina Armengol, afirmó ayer en Ibiza que el puerto de Sant Antoni «tiene una utilidad necesaria para toda la isla en materia de comunicación y como infraestructura estratégica». La presidenta anticipó así la postura del Ejecutivo autonómico a favor de la vuelta de los ferrris comerciales a este puerto, que podría producirse a partir del próximo año ya que la moratoria que se estableció en 2018 para la supresión de las líneas regulares de pasajeros con la península expira este 31 de diciembre.

La próxima semana se reunirá el consejo de administración de Ports de les Illes Balears, el organismo dependiente del Govern que decidirá si se autoriza la reanudación del tráfico de ferris y buques de gran calado o si, por el contrario, se suspende definitivamente la actividad comercial del puerto o se amplía la moratoria vigente durante un periodo indeterminado, que es lo que solicitan los partidos de la oposición municipal de Sant Antoni (PSOE y Unidas Podemos), así como el concejal de Proposta per Eivissa (PxE), Joan Torres, que rompió la cohesión del equipo de gobierno, del que forma parte junto al PP y Cs, para aliarse con la izquierda en la votación por la cual el pleno municipal se pronunció en octubre en contra del tráfico de ferris.

La presidenta del Govern indicó que «en todo momento hemos trabajado tanto con el Ayuntamiento de Sant Antoni como con el Consell d’Eivissa para tomar una decisión, así como con las entidades empresariales de la isla, y somos conscientes de la necesidad que tiene Sant Antoni de aligerar según qué tipo de carga de traslado de mercancías y de utilización de la vía pública, pero también somos conscientes, como Govern balear, de que el puerto debe estar disponible por si hubiese alguna problemática que no se pudiese asumir desde el puerto de Ibiza».

«No se descarta ninguna opción» -indicó la presidenta-, aunque reiteró que el Govern asume que es «un puerto necesario desde el punto de vista estratégico para la conectividad de la isla de Ibiza, sobre todo si existe algún problema en el puerto de la capital, lo que podría suponer que la isla se quedase sin comunicación por vía marítima». «Por todo ello, y también por seguridad, es necesario mantener vivo el puerto de Sant Antoni en algunas cuestiones. Este es el planteamiento técnico que hacemos desde el Govern», recalcó Armengol, que se mostró convencida «de que llegaremos a una solución que agrade a todos».

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En medio de la polémica por el futuro del puerto de Sant Antoni, el primer teniente de alcalde y concejal de Proposta per Eivissa (PxE), Joan Torres, añadió el miércoles una nueva propuesta de acuerdo para convertir el muelle comercial en una zona de amarre para grandes yates, lo que evitaría la vuelta del tráfico de ferris. Esta idea, que lanzó en el programa de la Televisió d’Eivissa i Formentera (TEF) ‘Bona nit Pitiüses’, suscitó ayer mismo el rechazo de la patronal de empresas del sector marítimo y náutico de Ibiza, que considera que esta posibilidad sería incluso más perjudicial para el medio ambiente y las aguas de la bahía de Portmany.

Yates y contaminación
«Me parece respetable la opinión de este señor, pero se debería preguntar, entre otras cosas, qué diferencia hay entre lo que contaminan seis o siete megayates entrando y saliendo a todas horas o lo que puede contaminar un ferri de línea que llega una o dos veces al día», expresó ayer Rafael Cardona, presidente en las Pitiusas de APEAM (Asociación Patronal de Empresarios de Actividades Marítimas de Baleares). El portavoz empresarial asegura que resulta mucho más contaminante la actividad náutica que plantea el concejal Torres porque, entre otras razones, «estos yates de esloras de 40 o 50 metros y gran calado perjudican mucho más a la calidad de las aguas de la bahía que un ferri de línea regular de 80 metros». Cardona se refiere en este sentido a los perjuicios medioambientales que originarían las hélices de estos yates de lujo, que generarían una gran turbidez en las aguas por el movimiento de los fondos, lo cual repercutiría en la transparencia de las aguas y afectaría a la supervivencia de las praderas de posidonia oceánica, entre otros daños. En su opinión, resulta necesaria la vuelta de los ferris de la península, una postura que coincide asimismo con la que sostiene la Capitanía Marítima de Ibiza y Formentera, cuyo capitán, Luis Gascón, se mostró ayer nuevamente a favor del tráfico comercial en este puerto.

Según el presidente de APEAM, el retorno de los buques de pasajeros y carga «creará un mayor beneficio al medio ambiente y a la economía de la bahía, aportando riqueza y generando muchos menos residuos», una valoración con la que discrepan abiertamente el concejal de PxE y la oposición municipal del PSOE y Unidas Podemos, así como la plataforma Salvem sa Badia de Portmany, que cuenta con el auspicio del Club Nàutic de Sant Antoni.

Ni grandes buques ni megayates
El portavoz socialista en el Ayuntamiento de Sant Antoni, Simón Planells, reafirmó ayer, en vísperas de la reunión del Consejo de Administración de Ports de les Illes Balears en la que se decidirá el futuro del puerto, que las instalaciones portuarias «deben quedar para el disfrute del pueblo, y lo primero que hay que hacer es eliminar las mercancías y los vehículos pesados, y a partir de aquí podemos llegar a un punto de encuentro». Planells admitió que una posible solución, que ya se baraja desde hace semanas, pasaría por que el puerto solo estuviera conectado con buques de pasajeros y sus coches particulares, «pero nunca con vehículos pesados ni mercancías».

Por su parte, el portavoz municipal de Unidas Podemos, Fernando Gómez, fue más allá y rechazó la presencia de grandes buques en aguas de la bahía, así como de grandes yates «porque el puerto de Sant Antoni no está preparado para esto». Gómez solo se muestra partidario de que se mantengan las líneas turísticas que unen Sant Antoni con Formentera, «pero solo en este caso», y considera que el actual tráfico del puerto, especialmente el ir y venir de las ‘golondrinas’ que transitan por la bahía, «ya presenta en ocasiones problemas para las maniobras, por lo que el uso del puerto debe ser estrictamente recreativo y deportivo».