Juan Calvo, en su despacho de Abaqua en Palma desde el que gestiona las infraestructuras hidráulicas de las islas.

El Govern balear realizará en 2021 la mayor inversión de la historia para el mantenimiento y mejoras de las once depuradoras que gestiona en las Pitiusas, así como en diversas obras de remodelación de las plantas desaladoras de Sant Antoni, Santa Eulària y Formentera. En total, casi 8,5 millones de euros, un presupuesto que gestionará Juan Calvo Cubero (Zaragoza, 1979), doctor en Ciencias Biológicas y consultor en Medio Ambiente y Territorio, en su calidad de secretario general de la Agència Balear de l’Aigua i la Qualitat Ambiental (Abaqua)

El máximo responsable de las infraestructuras hidráulicas de abastecimiento y saneamiento de las islas, así como de la limpieza marítima del litoral a partir de la próxima temporada de verano, llegó a Ibiza de niño, en 1986, y en los últimos años se ha significado por su activa participación en la Alianza por el Agua, la entidad proteccionista que logró un pacto por el cual las instituciones pitiusas se comprometen a realizar una gestión integrada y sostenible del agua. Ahora trabaja en Palma, adscrito a la conselleria de Medio Ambiente y Territorio del Ejecutivo balear. Su misión abarca desde la planificación y construcción de instalaciones hasta la explotación y mantenimiento de las mismas. Advierte de que se siguen produciendo pérdidas de agua de hasta el 30% en algunas redes municipales y pide a los ayuntamientos que vigilen los vertidos industriales en el alcantarillado, así como la filtración de agua salada en las canalizaciones municipales, dos problemas pendientes de resolver y que impiden una depuración correcta de las aguas.

—¿El abastecimiento de agua a través de las tres plantas desaladoras de Ibiza está beneficiando a los acuíferos?
—Ahora tenemos las tres desaladoras funcionando (Ibiza, Sant Antoni y Santa Eulària), que abastecen a los cinco municipios de la isla, así como la de Formentera. En total, las tres de Ibiza tienen una capacidad de producción máxima de 44.500 metros cúbicos diarios. En Formentera, la capacidad es de 5.000 metros cúbicos al día. Funcionan todo el año con un máximo en junio, julio y agosto, cuando trabajan al 100%, pero en invierno reducen su producción al 50%. Por eso, creemos que es prioritario el uso de agua desalada en invierno. Estamos trasladando a los municipios que consuman más agua desalada en invierno, y con ese fin hemos puesto precios más económicos, para que de esta manera puedan recuperarse los acuíferos de Ibiza y Formentera.

—¿El objetivo sería abastecer de agua 100% desalada a toda la población?
—Se trata más bien de abastecer a aquellos municipios donde los acuíferos están salinizados o sobreexplotados. Ya están conectados los cinco municipios, y si quieren podrían consumir durante todo el año, pero con los acuíferos en buen estado pueden consumir una mezcla de agua subterránea y desalada. Todos los municipios tienen capacidad para conseguir agua desalada de la red. En verano consumen el 100% y en invierno al 50% porque la población desciende, pero lo que pretendemos es dejar descansar a los acuíferos.

—¿Aún se siguen produciendo pérdidas de agua en las redes municipales?
—Uno de los objetivos de esta legislatura es fortalecer el trabajo conjunto con los ayuntamientos. En Abaqua estamos haciendo nuestros deberes al completar toda la conexión de las desaladoras con los municipios y estamos trabajando para ampliarlas, pero pedimos a los ayuntamientos que hagan también sus deberes y mejoren las pérdidas en la red, porque ahora mismo el cuello de botella es que, como ocurre en Santa Eulària y Sant Josep, pierden hasta el 30%, con lo cual deben hacer un esfuerzo para mejorar la red. Por contra, nuestra red únicamente tiene unas pérdidas del 2%, es decir las tuberías que conectan desde las desaladoras hasta la red municipal, lo que se llama red en alta, que es la que gestionamos nosotros.

—Por fin parece que funciona el tanque de tormentas para evitar las inundaciones en la ciudad de Ibiza.
—Sí, ya funciona bien. Ha tardado, pero ya está a pleno rendimiento. Fue una obra que hizo el Ministerio. Ahora las aguas de la lluvia llegan a este tanque de gran capacidad, y una vez que pasa la tormenta se va bombeando el agua hasta la depuradora. Y ya no habrá más inundaciones.

—Las inversiones en abastecimiento y desalación de agua absorben más de un millón de euros en su presupuesto para 2021.
—Así es. En 2019 y 2020 ya hemos completado toda la conexión con todos los municipios y en 2021 mejoraremos y optimizaremos las plantas de San Antoni (600.000 euros) y Santa Eulària (297,830 euros), así como las obras de la planta de Formentera (240.000 euros). Esto nos permitirá aumentar la producción un 8%. Es muy importante el trabajo que hemos hecho en transformación digital, toda una red de control, todo monitorizado, lo cual nos ayuda a hacer una gestión más eficiente del agua, y eso ha sido un logro muy importante de este año. En Ibiza tenemos una sala de ordenadores y hemos conseguido tener todo sensorizado con dispositivos electrónicos para detectar de manera rápida cualquier avería y ser más eficientes en solucionarlas.

—La red de saneamiento y depuración de aguas es posiblemente el asunto más complejo de Abaqua, que afronta una realidad preocupante en Ibiza como es el hecho de que cinco millones de toneladas de aguas no depuradas acaban en el mar cada año.
—Ahora mismo el principal problema es la depuradora de Ibiza, que es la que genera ese elevado volumen de vertidos. Es una obra de interés general que está ejecutando el Estado y que cuando termine la gestionaremos nosotros. Es el principal problema que tenemos ahora mismo en depuración de aguas.

—¿Cuáles son las depuradoras de Ibiza que no están funcionando correctamente?
—Tenemos dos problemas, uno es el funcionamiento de las depuradoras, que es nuestra responsabilidad y estamos trabajando eficientemente, como en Sant Josep, Ibiza, Sant Joan y o la Cala de Sant Vicent, pero el otro problema nos llega por el alcantarillado municipal, que es preocupante, y es que todas las aguas que llegan a las depuradoras, salvo la de Cala Llonga, presentan un nivel de contaminación muy elevado, muy por encima de la normativa, lo cual nos disficulta luego la depuración. Se está produciendo una falta de control por parte de los ayuntamientos, a los cuales les hemos trasladado este problema, y lo están mejorando, pero puede suceder que se estén realizando vertidos al alcantarillado por parte de particulares que arrojan productos industriales o aceites que deberían ir a la planta de tratamiento. Eso hace que llegue una contaminación muy elevada. De hecho, el 60 por ciento del caudal que recibimos nos llega con una elevada carga contaminante. Es un tema que nos preocupa mucho porque se ha puesto el foco en las depuradoras, pero el agua residual pasa por el alcantarillado municipal y llega a la depuradora con unas cargas tan elevadas de contaminación que no se puede depurar correctamente.

—¿Cooperan todos los ayuntamientos con los objetivos de Abaqua?
—La cooperación con los ayuntamientos es fundamental. Tenemos que ir de la mano. Pongo el ejemplo de Formentera, con quien colaboramos estrechamente, cuando detectamos durante varios meses que nos llegaban unas elevadas cargas de contaminación. Se lo dijimos al Consell y se pusieron a trabajar, y ahora están detectando que en algunos polígonos industriales se realizan vertidos al alcantarillado. Es fundamental trabajar con los ayuntamientos para que resuelvan estos problemas. En la cuestión de la reutilización del agua, hay un tema muy importante, y es que recibimos agua salada del alcantarillado, lo que dificulta la depuración e impide la reutilización. Ocho de las once depuradoras de las Pitiusas reciben agua salada del alcantarillado porque está en muy mal estado, tiene roturas y se infiltra agua salada del subsuelo. Esto es un hándicap que tienen que trabajar los municipios para seguir la reutilización correcta del agua depurada.

—¿Cuándo funcionará la nueva depuradora de Sa Coma?
—Es una obra que ejecuta el Ministerio de Transición Ecológica. Ahora están trabajando con la expropiación de terrenos por los que pasarán las conducciones que conectan la ciudad con la depuradora. Estará lista entre 2021 y 2022, y los agricultores que lo demanden podrán aprovechar los fangos.

—En la bahía de Portmany preocupan los vertidos descontrolados de aguas residuales a través de emisarios que acaban en el mar.
—En la bahía únicamente tenemos un emisario de la depuradora de Sant Antoni, que ahora se encuentra en fase de redacción para poder hacer unas mejoras, y una conducción para cuando llueve mucho y alivia el agua en situación torrencial. Las salidas de agua restantes son de carácter municipal, y tienen diferentes aliviaderos. Algunos están en funcionamiento y otros no. Nuestra competencia es verter agua depurada, y la cumplimos, y es cierto que los municipios tienen que hacer un trabajo de mejorar su red para que no se produzcan eventos de aguas pluviales al mar.

—El modernizado vertedero de Cana Putxa absorbe ahora los lodos de las depuradoras que antes se tenían que trasladar a la península...
—Es una gran noticia que por fin se ponga en marcha esta planta, porque los lodos se podrán tratar en condiciones. Estamos haciendo pruebas en colaboración con el Consell y así se podrán transformar en compost para las necesidades agrícolas.

—¿La próxima temporada se podrá estrenar el servicio de limpieza del litoral?
—Este año no se pudo dar servicio pero a partir de 2021, en verano, estarán todas las barcas funcionando (un mínimo de cinco en la isla de Ibiza y dos en Formentera), y además estamos trabajando en un proyecto europeo para la transformación digital del servicio y mejorar su funcionamiento, colaborando con centros de investigación para estudiar las corrientes marinas e identificar las zonas donde se concentra la basura marina para poder optimizar su recogida. Trabajamos en todo el litoral balear con 22 barcas y ahora damos un paso más para investigar corrientes y zonas de concentración de residuos.

—¿Hace falta una modernización de las canalizaciones?
—Las soluciones deben ser conjuntas. Los ayuntamientos tiene que seguir trabajando en modernizarse e ir unidos. Me consta que Santa Eulària y Sant Josep, por ejemplo, están haciendo un esfuerzo muy grande para la mejora de sus redes de agua, y hay que ir por ese camino. Y en saneamiento y depuración, lo mismo, tienen que mejorar el alcantarillado para que lo que nos llegue podamos depurarlo adecuadamente. Antes había algunos conflictos, pero ahora tenemos que ir de la mano.