Un sanitario inyecta la vacuna durante el primer día de vacunación contra la Covid-19 en España. | Europa Press

La vacuna contra el coronavirus llegó ayer domingo a España, pero en el Reino unido llevan 20 días administrándola y sus efectos secundarios ya han empezado a manifestarse en los pacientes de las islas británicas.

Se trata de un efecto ‘vigorizante’ del que se está estudiando su relación con otro popular producto, la Viagra, de la misma marca farmacéutica. Los responsables de la empresa, que fabrica los dos productos en la misma nave, insisten en que las trazas de la popular pastilla azul que pudieran aparecer en las vacunas «son, en principio, insignificantes».

No obstante, para los ya vacunados que han ’sufrido’ dichos efectos, al igual que sus parejas, este efecto secundario «no supone ningún problema, todo lo contrario», tal y como comentó eufórico Dick Hard, usuario de 92 años de una residencia británica. «Estamos esperando la segunda dosis con mucha ilusión», aseguró su esposa, de 90 años, con una gran sonrisa de satisfacción, que mantuvo durante todo el tiempo.

Por su parte, el personal de las residencias asegura que estos efectos les están dificultando su trabajo de una manera insoportable: «Desde que se pusieron la vacuna es un no parar de carreritas nocturnas por los pasillos, esto parece una residencia de estudiantes de Erasmus», declara, desesperada, una cuiadora del turno nocturno. No obstante, su compañera de turno se siente más comprensiva con los residentes: «¡Déjalos que disfruten, que la vida son dos días!», exclama con una gran sonrisa de satisfacción.

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La directora del centro ya está estudiando medidas de urgencia para gestionar estos efectos inesperados. Entre las medidas más destacadas que se están estudiando está la de cambiar los pedidos de test PCR y antígenos por test de embarazo y anticonceptivos, debido a la elevada actividad que están notando entre sus usuarios.

Por parte del turno de día tampoco dan a basto. Debido a una peculiaridad de la genética sajona, que les lleva a mostrar su potencia sexual tirándose por los balcones, han tenido que cerrar cualquier habitación que dé a la piscina ante el inminente peligro de balconing.

Otro factor que se encuentra en estudio, y que muy probablemente sea el responsable de toda esta serie de efectos secundarios, está relacionado con la fecha concreta en la que se publican los mismos y con la absoluta falta de seriedad, credibilidad y rigurosidad por parte de quien los firma.

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