A finales de 2019 entrevistamos al presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí (Santa Eulària, 1965) en su despacho. No hubo ninguna pregunta sobre el virus del que todavía nadie sabía nada, ya que el primer reporte se produjo el 31 de diciembre de 2019. El pasado miércoles, la pandemia ocupó buena parte de los 80 minutos de una entrevista a la que pareció acudir con el objetivo de avisar a la población de que habrá restricciones y que hay que hacer el máximo esfuerzo para que haya temporada 2021.

— ¿Cuál ha sido el peor momento?
— Cuando los contagios no paraban de crecer, en el hospital había cada vez más enfermos ingresados y llegamos a temer por el riesgo de colapso de la UCI. Me quitaba el sueño que pudiera haber gente que se quedara sin ser atendida. Vivimos en una isla, no había material y no era fácil incrementar el número de respiradores. Fueron momentos críticos. Ahora hay más medios, pero así y todo siempre me ha preocupado el colapso de las UCI.

— ¿Recuerda alguna llamada que le dejara sin palabras?
— No. Fueron semanas de intensa preocupación.

— ¿Ha estado a la altura el Consell d’Eivissa?
— Todas las instituciones hemos estado a la altura. Se han cometido errores, inevitables porque era un fenómeno desconocido, lo que nos ha obligado a aprender sobre la marcha. En Ibiza se ha hecho una buena gestión, la sociedad ha demostrado estar a la altura, no ha habido enfrentamientos, no ha habido situaciones ideológicas o políticas, todos hemos trabajado juntos en la misma dirección. Siempre se puede hacer mejor, es muy fácil decirlo a posteriori.

— ¿Algo que deberíamos haber hecho de otra forma?
— Deberíamos haber puesto más controles en puertos y aeropuertos. Cerrar puertos y aeropuertos al principio fue una buena decisión. Ya lo propusimos el 13 o 14 de marzo y tendríamos que haber mantenido los controles. Ahora se está empezando a hacer.

— En abril del año pasado, usted avisó a los ibicencos de que «sin vacuna o medicamento no habrá temporada» y advirtió de que el objetivo era empezar la temporada de 2021 con normalidad. Hubo una temporada muy corta y no habrá normalidad en 2021.
— Fue una temporada fallida. Hemos de trabajar para que 2021 no lo sea de nuevo. Confiemos en la vacuna y confiemos en los controles en los accesos. En 2021 hemos de convivir con la pandemia, por lo tanto, hemos de trabajar para que podamos trabajar. Hemos de luchar para lograr la máxima actividad. Es un objetivo común, todos hemos de tenerlo claro. Las empresas quieren y necesitan trabajar y los trabajadores, también.

— ¿Servirá de algo el Plan estratégico hacia un destino más seguro: Ibiza 2021?
— Esperemos que haya temporada desde abril hasta octubre. No podemos improvisar. Ibiza ha hecho su trabajo para que haya la máxima normalidad.

— ¿Qué propondrá el Consell d’Eivissa para que en marzo el semáforo esté en verde, es decir, con una incidencia acumulada en los últimos 14 días de 25 casos por 100.000 habitantes?
— Para que seamos un destino seguro se deberán tomar medidas para reducir la incidencia actual que, desgraciadamente, está subiendo. Las fiestas harán que haya más contagios, sin duda, lo que nos obligará a tomar más medidas, pueden llegar a ser medidas duras. Hemos de conseguir ser destino seguro. Tendremos que hacer sacrificios antes de la temporada, si queremos trabajar en verano. Hemos de conseguir tener a la máxima gente posible inmunizada con la vacuna, el número de contagios mínimos, lo que nos obligará a esfuerzos y sacrificios con medidas duras y drásticas.

— ¿Más drásticas que las recientes? ¿Está avisando de un confinamiento más duro?
— No hay que descartarlo. Gracias al toque de queda a las 22 horas, Ibiza logró reducir drásticamente una tasa de incidencia elevada.

— ¿También se cerró el interior de la hostelería?
— Efectivamente. Es evidente que se deberán contemplar estas propuestas, si queremos salir de este agujero. Si en un mes queremos estar con el semáforo en verde, deberemos apostar por hacer los sacrificios necesarios.

— ¿Es partidario de hacer un cribado masivo a toda la población de Ibiza ahora que los test de antígenos parece que son válidos para ello?
— Si hay que hacer cribados masivos, que se hagan. Nosotros no podemos hacerlo, es responsabilidad de las autoridades sanitarias. No le quepa duda de que le daremos soporte. Se han de contemplar todas las medidas restrictivas. Entre todos, hemos de trabajar con un objetivo claro: la temporada 2021 no puede ser como la de 2020. Sabemos lo que ha pasado en el pasado, no podemos cometer los mismos errores y hemos de evitar que sea otra temporada fallida. Estamos a tiempo. Hemos de tomar todas las medidas que hagan falta. Hay que ser contundente, todo el mundo quiere temporada y todos hemos de hacer sacrificios.

— ¿Le ha hecho este planteamiento a la presidenta del Govern, Francina Armengol?
— Estamos en contacto de forma permanente. Hemos tenido diferencias, pero hemos sido leales con el Govern y los ayuntamientos y lo seguiremos siendo. Trabajar de la mano es el camino. Todos hemos de escuchar, aprender y seguir los criterios de las autoridades sanitarias. A veces se ha de escuchar más a las instituciones más cercanas. No es una propuesta cerrada y nos gustaría que se contara con nuestra opinión. Presidencia y Conselleria de Turismo han recibido nuestra propuesta.

— ¿No han hecho alguna valoración todavía?
— Todavía no. Es reciente. Han agradecido el trabajo...

— ¿Lo han visto como una injerencia?
— No. Es un trabajo conjunto de todo el sector. Hemos trabajado desde septiembre cuando acabó la temporada de forma abrupta y nos conjuramos para que no volviera a pasar lo mismo. Ibiza tiene un plan. Es un punto de partida y hemos hecho el trabajo que nos tocaba.

— ¿Cómo valora la acción del Govern?
— He evitado ser crítico. No es el momento. Los debates los hemos tenido a puerta cerrada. No he querido hacer batalla política de una situación muy compleja. Govern, Consell y otras administraciones hemos cometido errores, seguro. Pido disculpas por los posibles errores del Consell. Hemos trabajado mucho, más que nunca, con una actitud constructiva y positiva.

— ¿Debería haber dimitido Francina Armengol por el caso Hat?
— Se equivocó, cometió un error y no entraré a valorar actitudes personales, cada uno es responsable de sus actos, el mejor juez es uno mismo, ella es mayorcita, sabe lo que está bien y lo que está mal, su conciencia es lo que la ha de guiar.

— ¿Abrirán las discotecas?
— Ojalá... Ojalá pueda haber discotecas abiertas, ojalá pudiéramos volver a 2019. Las discotecas son fundamentales. Si no hay un grado de inmunidad muy elevado, los primeros que no querrán abrir serán los propios empresarios, por el daño que puede suponer tanto a la marca del establecimiento como a la marca Ibiza. Ha habido una actitud muy responsable de los empresarios de Ocio de Ibiza y es de alabar… Han colaborado en todo momento y recientemente hemos creado una mesa de trabajo entre el Govern y Ocio de Ibiza para no improvisar, ni ir por libre. Estoy satisfecho de la actitud seria y responsable que ha demostrado un sector que tiene unas connotaciones especiales por lo que lo que significa. Ojalá haya inmunidad y puedan abrir.

— ¿Cómo vive la guerra del ocio?
— Ahora hay un enfrentamiento que no es positivo. Ocio de Ibiza aglutina la mayoría de las empresas, pero no todas, y cada una tiene su sensibilidad y visión. Es lógico que haya discrepancias. Pido a las empresas que están fuera de Ocio de Ibiza que si se constituyen como asociación, también se sienten y también dialoguen porque es la mejor manera de encontrar soluciones para unos y otros. Esperemos que no vaya a más el enfrentamiento porque nos jugamos mucho. El primer paso es recuperar la normalidad, ya que sin normalidad no habrá actividad, ni para las de Ocio de Ibiza ni para las otras. Problemas había antes de la pandemia y habrá después de la pandemia. El ocio es un producto turístico y no podemos prescindir de él. Ocio hay por todos los lados, pero el de Ibiza es puntero. Hay que mejorar cosas, sí, es difícil, sí, porque hay intereses contrapuestos, pero hay espacio para todos. El camino es el diálogo y la negociación.

— ¿Es un problema el ocio diurno?
— Aquí no hay buenos y malos. Lo importante es no perjudicar a terceros y que se trabaje dentro de la legalidad. Hay que evitar los excesos, tanto de unos como de otros. Ocio, sí, nocturno y diurno, pero dentro de la legalidad y las reglas del juego. Este es el camino. Cuando solo había ocio nocturno, había problemas. Ahora, también hay problemas. Hemos de sacar lo mejor, poner límites a los excesos, y evitar los incumplimientos de normativas.

— ¿Este es un asunto pendiente del Consell d’Alcaldes?
— Se trató de forma superficial, no estamos en estas cosas ahora mismo. Probablemente, por desgracia, esto no será un problema en 2021. Es un asignatura pendiente. Ocio diurno y nocturno tienen cabida.

— Habla de reglas de juego como si no hubiera unas reglas del juego.
— Claro que hay. La legalidad se ha de cumplir.

— ¿No se cumple?
— Siempre hay gente que supera líneas rojas y hay que ser contundente con los que no respetan las normas. A veces unos pocos hacen daño a todos.

— La unidad institucional entre Consell d’Eivissa y Govern se rompe cuando empezamos a hablar de recursos económicos.
— Es una asignatura pendiente que tenemos el Govern y el Consell. Nuestras reivindicaciones son legítimas. El Govern se ha de sentar y analizar con cariño todas estas cuestiones. Bestretes, no incluir los 300 millones del Estado en la base de cálculo de la Ley de Financiación de consells, infraestructuras educativas, fondos estatutarios…

— ... Ca na Putxa, decreto de transporte, Escuela de Hostelería, ecotasa...
— Hay una serie de cuestiones que el Govern no las trata con suficiente rigurosidad para ser justo con los ibicencos. El Govern tiene asignaturas pendientes con Ibiza. Confío que 2021 sea el año que ponga orden en todos estos agravios que sufrimos los ibicencos. El Consell pondrá voluntad y trabajo, pero el Govern ha de estar abierto a tratar estos asuntos y darles prioridad. No puede ser que estas cuestiones no se solucionen nunca porque al Govern no le interesa. El Govern ha de hacer un esfuerzo y reconocer esta situación, luego ya negociaremos la forma de pago. No exigiremos que nos lo paguen de forma inmediata, pero sí que se reconozca. No ha hubo una buena gestión en el pasado mandato de estos asuntos y me duele. Hemos de hacer un frente común junto a los grupos de la oposición, hemos de ir a una, sin mirar colores políticos, hemos de mirar los intereses de los ibicencos y de la isla de Ibiza.

Noticias relacionadas

— Discrepo de su vaticinio porque no veo ni que el Govern ni la oposición estén por la labor.
— Yo tengo esta voluntad. Los otros que demuestren que también la tienen. Si la oposición quiere hacer el frente común, tendremos más posibilidades de éxito. Me gustaría contar con el respaldo de la oposición, le extiendo la mano a PSOE y Podemos, grupos que han demostrado responsabilidad durante la pandemia. Acabar con la injusticia que sufrimos los ibicencos sería un éxito de todos. En la próxima entrevista, lo valoraremos de nuevo.

— El traspaso de las residencias no parece indicar que vayamos por el buen camino.
— Lamento la actitud de la consellera (Fina Santiago). De este asunto hablamos en enero del año pasado y ahora se desmarca como si fuéramos nosotros los que no queremos gestionar las residencias. Sería temerario que nosotros quisiéramos gestionar una competencia tan delicada sin todos los medios necesarios para ello. Mallorca no tiene las competencias en transporte público y no pasa nada, aquí la gestión de las residencias…

— Lo que pasa es que un mallorquín recibe casi seis veces que un ibicenco en transporte público.
— Efectivamente, Mallorca tiene todos los recursos necesarios para hacer frente al déficit y a todas las necesidades y aquí se nos racanea los recursos necesarios, no es justo.

— ¿Cuál es la diferencia en el traspaso de las residencias?
— Bastante elevada. No lo quiero decir, no sería leal sin sentarnos, avanzar cantidades, sin haberlas discutido.

— El Govern ha cifrado en 13 millones el coste anual.
— El coste es bastante más de 13 millones. Llegaremos a un acuerdo seguro, pero en una mesa sentados, contrastando información, no con declaraciones que nada ayudan. Nosotros no nos sentimos presionados. Las residencias las gestiona el Govern y el Consell las gestionará cuando tenga garantizados los recursos suficientes para hacerlo. Es así de claro. No nos enfadaremos por esta cuestión.

— La entrevista que publicó este periódico con el secretario general de Abaqua sobre el estado de las infraestructuras hídricas era descorazonadora.
— La pandemia ha relegado esa prioridad. Hemos de constituir una mesa de trabajo cuando el Govern tenga voluntad de transferir estas competencias. Si no tiene voluntad, es perder el tiempo.

— ¿No ve esa voluntad?
— Lamentablemente, no la veo. Es curioso que en las residencias sea el Govern el que nos quiere traspasar las residencias, y en cambio no tiene el mismo interés en Recursos Hídricos. Apostamos por una transferencia progresiva y estoy convencido de que se gestionará mejor desde la proximidad. Hemos de empezar con los torrentes, que están abandonados y se podrían cuidar desde Ibiza mucho mejor que desde Mallorca. Ibiza recauda suficientes recursos para hacer una buena gestión de estas infraestructuras, quizá que parte de la recaudación de Ibiza vaya a otros sitios haga que no sea interesante para el Govern su traspaso, podría ser la razón.

— ¿Pagará el Gobierno el convenio de carreteras?
— No contemplo otro escenario. Es un compromiso y las obras están hechas.

— Con retraso.
— Como muchas otras cosas.

— ¿Llegarán fondos de la UE a Ibiza?
— Sí. Cuántos y para qué no lo sé. Los consells deberíamos tener voto en el reparto, que no puede ser unilateral por parte de la Comunidad. Se nos ha de escuchar. Nosotros hemos presentado proyectos. Esto será prioritario en 2021.

— Usted es reivindicativo con el Govern, pero hace lo que critica con el Gobierno: paga la estancia de los guardias civiles y quiere construir un cuartel para la Guardia Civil del Mar, todo ello competencia del Ministerio del Interior.
— El Gobierno central tiene abandonada la isla de Ibiza. Todos los servicios estatales necesitan más plantillas. Colaboramos, son cantidades pequeñas, pero con un gran retorno, ya que logramos que el servicio se preste de forma inmediata. Si nos pusiéramos a discutir quién paga, no tendríamos estos efectivos. Está bien gastado. Debería pagarlo el Estado, lo reclamamos, pero entre tener más guardia civiles o no tenerlos, preferimos tenerlos. Somos prácticos y pragmáticos. Además, se viene haciendo desde hace varias legislaturas. Es un problema crónico.

— Me parece estar escuchando la justificación de Vicent Torres sobre la aportación del Consell d’Eivissa a la Escuela de Hostelería.
— Puede ser una contradicción, pero no ovlide que la Escuela de Hostelería es una infraestructura.

— El cuartel también.
— Hemos pedido fondos de la ecotasa y fondos europeos para ello. Y el Ministerio asumirá el coste del personal cuando esté operativo.

— ¿Puede crecer el campo?
— Ha de crecer, hemos de apostar por reactivar el sector primario. Es un mercado muy importante. La producción es de alta calidad, más fresco. Lamentablemente, solo un 3% de lo consumimos aquí, se produce aquí. En el campo, hay oportunidades, y hemos de lograr que se pueda vivir de él, que genere rentas suficientes o incluso mayores que en otros sectores. Es un gran reto que tenemos. 2020, no ha sido un mal año y ha demostrado que el consumidor apuesta por el producto local y que las campañas de promoción han funcionado. Tenemos el reto del relevo generacional. Potenciar el sector primario no solo tiene efectos en la producción de alimentos, tiene un impacto en el paisaje muy positivo.

— ¿Qué pensó cuando Vicent Torres se refirió al sector como bledes i oliveres?
— Fue una falta de respeto a todo un sector. La crítica política no se puede hacer de esta manera. Ridiculizar a un sector para criticar al adversario político fue muy feo. De alguna manera pidió disculpas. Fue muy desafortunado. No quiero entrar más.

— Se habla poco del PTI.
— Es otra prioridad que ha quedado relegada. Aprobaremos un reglamento de simplificación administrativa en cuestiones urbanísticas en unos meses. Estamos trabajando en mejorar aspectos y en reformar el PTI. 2021 será un año clave para estas cuestiones.

— ¿Habrá modificación este mandato?
— Hay que hacerla. Han pasado 15 años. Tenemos un diagnóstico.

— ¿Hay tiempo?
— De aprobarlo no lo sé, de tener lista la modificación, sí.

— Pero si aún no tienen equipo redactor contratado.
— Lo hacemos con recursos propios con apoyo externo. Tenemos gente experta y no necesitamos un gabinete externo.

— ¿Volvería a decir lo que dijo de la interventora?
— (Suspira) Hemos vivido y estamos viviendo momentos catastróficos y de emergencia. Tengo una capacidad infinita de comprensión y tolerancia, lo que no aguanto es que se pueda, venga de donde venga, decir que no vivimos una catástrofe de proporciones inéditas. Si alguien lo cuestiona, me tendrá siempre delante. Desde que empezó el turismo, no habíamos vivido una situación tan excepcional, teníamos que tomar medidas extraordinarias y todos tenemos que arrimar el hombro. Cada uno es responsable de sus actos y ha de responder de lo que hace y de lo que dice. Asumo mis errores, estoy dispuesto a rectificar y pedir perdón, pero que queda claro que solo se equivocan los que hacen cosas, los que no hacen nada, nunca se equivocan.

— El PSOE aprovechó la campaña Islados para criticarle.
— La oposición ha de controlar y criticar y también ofrecer alternativas, pero solo critican. Islados dio unos resultados muy interesantes. Creo que fue una crítica estéril y fuera de lugar. No le doy más importancia.

— ¿Cómo está el problema de los informes para que menores víctimas de agresiones sexuales reciban tratamiento psicológico?
— Hemos sentado a todas las administraciones y parece que la solución está encaminada. Ese es el papel que nos corresponde.

— De vivienda también hemos dejado de hablar, pero el problema persiste.
— Es un problema crónico, lo que, entre cosas, dificulta que vengan buenos profesionales o que se queden. La lucha contra el intrusismo ha de dar frutos en este sentido, independientemente de que hacen falta más viviendas sociales, una competencia del Govern.

— ¿Cree que tendrá impacto la batalla contra el alquiler turístico ilegal en el precio de la vivienda?
— Confío que sí. No será la solución definitiva, pero se conseguirán avances. Era demasiado fácil y no estaba perseguido hacer alquiler turístico de vivienda residencial. Hacía falta vigilancia y control.