Nerea Carreras, ayer, en la oficina del sindicato SATSE en Can Misses. | Marcelo Sastre

La delegada del sindicato de enfermería SATSE en Ibiza y Formentera, Nerea Carreras, denunció ayer las condiciones en las que están desarrollando su trabajo, que se están viendo progresivamente agravadas por la incidencia de la pandemia. Esta organización reclama la contratación urgente de personal y especialistas, contratos de mayor duración para evitar las fugas de médicos y enfermeras, así como un aumento de la formación y del número de plazas de enfermería en el sistema universitario, entre otras reclamaciones que consideran «acuciantes».

«Las nuevas enfermeras y enfermeros están en una precariedad laboral total; les mandan de un sitio para otro y el personal está cansado, y además se sienten infravalorados porque ven que en otras comunidades están ofreciendo contratos más largos», expresó ayer Nerea Carreras, que reveló que las enfermeras de las Pitiusas están «agotadas». «Son muchas horas seguidas y muchos días doblando turnos, sobre todo las que están trabajando en la UCI, con los pacientes de covid o en medicina interna».

La portavoz de este sindicato en las Pitiusas lamenta asimismo la «fuga constante» de enfermeras en las islas. De hecho, en los últimos días ha habido dos renuncias en el Área de Salud «porque les han ofrecido contratos más largos en su comunidad de origen». A estas salidas hay que añadir las de seis matronas y una decena más de enfermeras a lo largo de 2020, según los datos que maneja SATSE, que considera que el número de enfermeras que trabaja actualmente en Ibiza y Formentera, un total de 700, debería incrementarse hasta las 1.280, casi el doble, para poder prestar la asistencia ajustándose a los baremos europeos, que marcan una ratio media de 8,8 enfermeras por cada 1.000 habitantes, cuando España se halla actualmente en 5,3, solo por encima de Grecia (3,3) y a mucha distancia de países como Dinamarca, que tienen una ratio de 16,9 enfermeras por cada millar de personas.

«La plantilla ya estaba muy justa antes, y ahora, con la pandemia, necesitaríamos el doble de los recursos de los que disponemos. Estamos viendo que se están marchando profesionales porque les ofrecen contratos de mayor duración, pero también porque no tienen que pagar unos precios tan altos por la vivienda como en Ibiza y Formentera», explica la portavoz del sindicato, que reconoció, no obstante, que en los últimos meses, a raíz de una queja que presentó, se están realizando contratos «de hasta seis meses, pero en otros sitios les ofrecen ocho, diez o doce meses, y así siempre estamos en desventaja».
En este sentido, Nerea Carreras expresó su perplejidad ante las recientes valoraciones de la conselleria de Salud del Govern balear, que considera que no hace falta más personal para la campaña de vacunación y que ésta avanza a buen ritmo. «Si el personal ya es justo de por sí para cubrir las bajas y ofrecer una asistencia normal, con la vacunación tenemos un trabajo extra que se debe hacer lo más rápido posible para llegar al mayor número de población, y para conseguir eso necesitas más personal porque, además, los compañeros está saturados con las llamadas telefónicas, el trabajo extra, las bajas y estas fugas constantes».

«Mala planificación»

En opinión del SATSE, sindicato mayoritario en la enfermería, la gestión de los recursos humanos desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, no ha sido bien planificada porque, entre otros motivos, «se deberían haber hecho contratos más duraderos, ya que la bolsa de trabajo del Área de Salud de Ibiza y Formentera está actualmente agotada y trabajan con la subsidiaria, pero ésta también está muchas veces agotada y vamos muy justos de personal, al límite».

En una situación crítica como la actual, ante la presumible irrupción de una tercera ola de contagios, «la campaña de vacunación se debería intensificar y sería necesario tener más personal de enfermería para que el poco que hay en los centros de salud se pueda dedicar a atender a los pacientes de otras patologías, revisiones, consultas, curas o asistencia a domicilio, y además que pueda haber también personal para vacunar y que se haga lo más rápido posible», resume Carreras, que subraya que «se necesita personal para todo, también para hospitalización, donde se están generando muchas bajas y aislamientos derivados de la pandemia, y estas bajas se tiene que cubrir, pero no hay personal suficiente, por lo que los que están disponibles tienen que hacer más horas».

En esta misma línea se expresó el jueves el secretario general de este sindicato en Balears, Jorge Tera, que criticó la «deficiente planificación» de los recursos humanos en los hospitales de Can Misses y Son Espases y recordó que en la enfermería se está produciendo una demanda sin precedentes de profesionales, pero «otras autonomías, más listas que la nuestra, ofrecen contratos de un año y dan estabilidad laboral mientras que aquí han sido incapaces de hacerlo».

Balears se enfrenta a una tercera ola de contagios con cifras de ingresos que no se veían desde el mes de abril, pero el problema más acuciante, según Tera, «no es ni de camas ni de material, sino de profesionales para atender a los pacientes de UCI, porque es donde la asistencia es más específica y necesitan más cuidados». El líder sindical aseguró que «la bolsa única de empleo está agotada desde el verano pasado y de la oferta pública de empleo de 1.100 plazas todavía no se ha publicado el listado provisional de méritos».

«En otras épocas venían enfermeros de fuera pero ahora, por la precariedad, no lo harán, y de los que se han ido, muchos ya ni volverán», advirtió Jorge Tera.