Un ejemplar de sargantana. | ARCHIVO

En 2003 se detectó la llegada de serpientes a las Pitiusas, una especie invasora sin depredadores en el archipiélago, cuya población ha crecido exponencialmente hasta hoy con el peligro que ello ha supuesto para la fauna endémica de la isla, especialmente las lagartijas. La preocupación por este problema ha cuajado en la iniciativa ‘SOS salvem sa sargantana pitiüsa’. Una campaña que busca dar un impulso exponencial a la lucha contra las serpientes en Ibiza, iniciada por las asociaciones: Amics de la Terra, GEN-GOB, Prou! y el Institut d’Estudis Eivissencs (IEE).

El elemento fundamental de esta iniciativa es conseguir la participación del mayor número de voluntarios posible para establecer una red de trampas que permita llevar a cabo una estrategia a gran escala a partir de esta primavera. «De forma aislada, cada entidad no tiene la capacidad de hacer una campaña bien estructurada en la que participe mucha gente, que es el elemento fundamental, contar con un número importante de voluntarios», explicó Marià Marí, representante del GEN-GOB.

Las asociaciones cuentan con el apoyo de los ayuntamiento de la isla y del Consell d’Eivissa, que se han ofrecido a colaborar a través de medios materiales o económicos. Además Marí indica que se procurará coordinar la estrategia con las actuaciones que lleve a cabo el Consorcio de Recuperación de la Fauna de Baleares (Cofib).

El Govern balear tiene previsto iniciar este año una campaña a través de fondos del Impuesto de Turismo Sostenible (853.461 euros en tres años) para el control de especies invasoras, en especial la culebra de herradura y la culebra de escalera. Las acciones previstas tienen un objetivo ambicioso en Formentera, donde se pretende erradicar a las serpientes mediante una estrategia de arrinconamiento, mientras en Ibiza los esfuerzos parecen más modestos y es por ello que las asociaciones participantes buscan dar un fuerte impulso a esta oportunidad.

«En Ibiza el territorio es mucho más grande que en Formentera, lo que dificulta el trabajo, pero nos preocupa mucho perder a la lagartija pitiusa como especie endémica», apunta Marí. Es por ello que considera indispensable hacer el esfuerzo. Él piensa que sí es posible controlar esta «plaga» en la isla si se cuenta con suficientes voluntarios y una estrategia conjunta.

«Si no hacemos algo, su adaptación ha sido tan grande que acabarán con las lagartijas. Creemos que ahora tenemos una oportunidad importante a si sumamos la línea de ayuda del Govern y la que podamos impulsar estas cuatro entidades y aquellas que quieran sumarse», señaló Marí.

Las cuatro entidades crearán en las próximas semanas una oficina centralizada que coordine la iniciativa y la inscripción de voluntarios. Entre esos voluntarios se formarán equipos por zonas que se encarguen de diferentes tareas, como revisar si hay capturas en la trampa, alimentar a los roedores que sirven para atraer a las serpientes o encargarse de sustituirlos si es necesario.

El presidente del IEE, Marià Marí, indica que, si bien la institución que preside está dedicada fundamentalmente a cuestiones culturales, «la protección de la naturaleza es un tema que nos atañe a todos». Añadió que, el hecho de que Antònia María Cirer, bióloga experta en la lagartija ibicenca, forme parte de la ejecutiva, fue un aliciente.

Algo que no se ha logrado hasta ahora
El presidente del GEN-GOB, Joan Carles Palerm, indica que Ibiza no es la única isla del mundo en la que se ha producido la introducción de serpientes como especies invasoras y que no existe ningún caso de éxito en la tarea de erradicarlas. Algo que apunta que no debe ser un impedimento para hacer lo posible para intentarlo.

«En Ibiza tenemos una ventaja respecto a otros lugares, que es la dispersión de la población, tenemos casas esparcidas por toda la isla y eso puede facilitar el control de las trampas», explica

Durante los últimos años, se han instalado algunas trampas para capturar serpientes en las zonas más afectadas de la isla de Ibiza, pero no solo no se ha conseguido erradicarlas, sino que se están extendiendo por el resto de la isla.

La gestión de estas trampas es uno de los aspectos que se pretende mejorar con esta campaña, explica Palerm, que indica que muchas de ellas no se controlan, de modo que dejan de ser efectivas. También explica que no existe un registro adecuado de todas las trampas instaladas para conocer la efectividad de la estrategia, otro aspecto que se considera fundamental.