Plano del nuevo trazado de tuberías, con el trazado marcado en color negro

La Alianza por el Agua criticó el pasado mes de diciembre el gran volumen de pérdidas de la red de abastecimiento de agua en la isla. A la cabeza de este problema estaba, con datos de 2019, el municipio de Sant Josep. Según el Informe del Observatorio de Sostenibilidad de IbizaPreservation, la red municipal registraba unas pérdidas del 40,2%, cuando el nivel legal establecido en el Plan Hidrológico de Baleares es del 25% para 2021 y del 17% en 2027.

Se trata de una preocupación muy importante para el Consistorio josepí, según aseguró el concejal de Relaciones con el Servicio Municipal de Agua, Ángel Luis Guerrero, por el que se diseñó al principio de la pasada legislatura un plan marco para renovar toda la red de abastecimiento del municipio.

Este año se dará un paso importante en esta dirección mediante la renovación de la red de suministro de agua entre los depósitos municipales de Sant Josep (dentro del pueblo) y Puig de Mar (en el entorno de Cala Tarida). Una red que abastece además a núcleos urbanos como Cala Vadella, Caló d’en Real o Cala Molí.

El proyecto salió a licitación en los primeros días del año por un valor estimado de 2,15 millones de euros y el Ayuntamiento tiene la previsión de que la infraestructura esté en funcionamiento antes de que acabe el año.

La obra supone la instalación de un nuevo trazado de las tuberías de suministro de más de cinco kilómetros que pasará junto a la carretera de Cala Tarida y sustituirá la conexión actual entre los dos depósitos, que ahora mismo pasa íntegramente por terrenos privados. Las tuberías que dejarán de utilizarse conforman «una red antigua de más de 50 años (1966) de fibrocemento, cuyo principal problema, además de las pérdidas, es la dificultad para localizar las averías porque pasan por fincas privadas», explicó Guerrero. Estas tuberías tienen un rendimiento del 60%, mientras que está previsto que las nuevas tengan un rendimiento superior al 90%, teniendo en cuenta que una red tiene un rendimiento adecuado cuando supera el 80%.

También se renovarán los ramales que salen de la tubería principal, con conexiones antiguas, ya obsoletas, que generan también averías difíciles de detectar.

El cambio de este tramo supone, prácticamente, cerrar el anillo de la red de transporte de agua que se inició en la red de Cala de Bou, conectada a la desaladora de Sant Antoni y en el otro extremo con la renovación de la red que va desde Puig Cardona a Sant Josep, conectada con la desaladora de Ibiza. Para el cierre completo quedará la conexión del depósito de Cala Tarida con el depósito de la zona de Cala Comte (depósito Burrus).

El cambio más importante que se produce para el municipio, según el concejal, es que se podrá enviar más agua desde la zona de Sant Josep cuando no haya suficiente en la zona de Cala de Bou. «Se trata de una medida que permitirá aumentar caudales y estabilizar previsiones» para favorecer el uso de agua desalada de calidad en todo el municipio.

Si bien la financiación de este proyecto se pensó en un inicio con fondos exclusivamente municipales, aprovechando el remanente del año 2019 dado que se trata de una inversión financieramente sostenible, el Ayuntamiento ha solicitado financiación al Consell a través del Pla 5, de modo que será un proyecto cofinanciado entre ambas instituciones.

El Ayuntamiento espera que el procedimiento de licitación no se alargue más allá de abril, de modo que las obras podrían estar finalizadas entre los meses de septiembre u octubre.

Después será necesario solicitar la puesta en servicio sanitaria, un trámite que se realiza a través de la conselleria de Salut, sobre octubre o noviembre, por lo que a final de año la red podría estar en servicio.

Siguiente paso
El siguiente proyecto, que ya está redactado y en proceso de consultas con los organismos y administraciones pertienentes, es la zona de Sa Caleta.

Esa red abarca desde el polígono de Can Frigoles hasta Sa Caleta y Es Jondal. «Se trata de una red que está mal», indica Guerrero, «sobre todo porque es complicado localizar las fugas debido a que la mayor parte del trazado transcurre por terrenos privados. Después de hacer todas las sectorizaciones e implantar el telecontrol, es posible conocer en qué red está cada metro cúbico, pero no se puede localizar la fuga debido a que están en terrenos privados y los operarios no pueden acceder».

Este proyecto es una prioridad para el Consistorio, aseguró Guerrero, que espera también poder licitar este año. «Con esa obra ya se notará un cambio muy importante en el rendimiento de la red», anunció el concejal.