Unos 150 coches recorren la ciudad tocando el claxon para protestar por el cierre del sector de la restauración. | Jesús Turel

La naciente Asociación de Bares y Restaurantes de la isla de Ibiza (ABRE) reunió ayer a unos 150 vehículos en una caravana de protesta que recorrió durante una hora y cuarto las principales avenidas de la ciudad con un incesante sonar de claxons como forma de expresar su indignación por la escasez o ausencia de ayudas oficiales directas a las empresas que se han visto abocadas al cierre en este última fase de la pandemia.

Los manifestantes, que se congratularon por el civismo de la manifestación, consideran insuficiente y carente de proporcionalidad la ayuda de 1.500 euros anunciada por el Govern balear para todos los negocios afectados, una compensación que ABRE reclama que se duplique, como mínimo, «ante la desesperación que están viviendo muchas familias trabajadoras de Ibiza que dependen de la hostelería y que no tienen ayudas», según expresa en un comunicado.

Para la junta directiva de esta nueva patronal, que aún no se ha constituido y que celebrará su asamblea general en mayo, los negocios de la isla de Ibiza que han tenido que cerrar deberían tener una serie de ayudas escalonadas y proporcionadas hasta abril de este año de entre 3.000 y 12.000 euros, en función de su número de empleados: 3.000 euros si solo trabaja el autónomo o con un único empleado; 6.000 euros para los negocios con hasta cinco empleados; 9.000 para los que den empleo a entre 6 y 14 trabajadores y 12.000 euros al mes durante cuatro meses para los bares, restaurantes o cafeterías que tengan una plantilla de más de 15 personas.

El presidente de esta entidad, Juan Olmos, lamentó que todavía no se conozcan las ayudas del Govern «ni cuándo van a llegar ni cómo se van a tramitar, y tampoco sabemos si se podrán acoger a las mismas las empresas que tengan alguna deuda con la Administración, porque después de un año de crisis a la empresa que no tenga alguna deuda no se le tiene que ayudar, se le tiene que levantar un monumento».

Además de multiplicar las ayudas, los dueños y trabajadores de la hostelería convocados por ABRE, que no descartan nuevas movilizaciones, exigen al Ejecutivo balear la exención durante todo 2021 de la tasa de residuos sólidos; la bonificación al 100% del impuesto sobre ocupación de la vía pública; un control exhaustivo, con pruebas PCR en origen, para todas las personas que lleguen a Ibiza en avión o barco, así como una vacunación «transparente y ágil, sin tener que estar siempre a la espera de recibir el cargamento desde Madrid», con el objetivo de llegar al inicio de la temporada turística con una inmunización mínima del 70% de la población.

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«Es un llamamiento urgente a las administraciones para que se impliquen y lleven a cabo un plan de ayudas ágiles y efectivas para rescatar la economía pitiusa y balear», expresa ABRE, que reclama, además, un compromiso al Estado para activar la economía isleña por medio de nueve iniciativas: reducción de las cuotas de la Seguridad Social en un 100% durante el estado de alarma; bonificación total de la cuota para los autónomos mientras estén en vigor las medidas restrictivas; prórroga de los ERTE hasta junio de este año; moratorias sin recargo por aplazamiento en el pago del IVA y seguros sociales y la devolución de todos los sobrecargos efectuados desde la declaración del estado de alarma en marzo pasado; exoneración total de impuestos y tributos sobre la luz y el gas; prohibición del corte de suministro por impagos; devolución de anticipos del impuesto de sociedades; devolución de saldos del IVA a favor de las empresas de forma inmediata y, por último, una reducción del pago del alquiler en función de las restricciones de aforo existentes en cada momento del estado de alarma o mientras persistan las restricciones impuestas como consecuencia de la expansión del virus. Por otro lado, reclaman a las administraciones su apoyo para conseguir la prolongación automática de los préstamos por un año más de carencia y una bonificación al 100% de las tasas de la SGAE, entre otras medidas.

«No hay ideologías, no somos negacionistas, no somos de ningún partido ni nos apoya ningún partido», expresa Juan Olmos, copropietario de dos restaurantes en el centro de Vila, que insiste en que «en una situación extraordinaria hacen falta ayudas extraordinarias y que lleguen con agilidad, porque necesitamos liquidez y ya no podemos seguir teniendo pérdidas». Coincide en su valoración Joan Roig, del restaurante Guillemís, en el puerto, para quien la situación actual en el sector «es ya inaguantable». «La Administración tiene que implicarse de forma urgente. Estamos sin ingresos pero los impuestos siguen llegando, mientras que las ayudas no las hemos visto y tampoco nos ofrecen soluciones eficaces ni inmediatas», añade.

«Queremos trabajar», «Armengol dimisión», «Cerrados sin ayudas» o «Si el pueblo no trabaja, el Govern no cobra» y «Hostelería, en peligro de extinción» fueron algunos de los mensajes que figuraban en los carteles que portaban los manifestantes en sus coches, llegados de distintos puntos de la isla, a lo largo del recorrido. «Queremos trabajar y venimos aquí para decir que 1.500 euros al mes no sirven para nada», afirman Sergio y Alina, del restaurante Amore, de Santa Eulària. Para David Valero, propietario de seis establecimientos (cuatro de Ibiza Poke y dos de Le Comptoir) la situación es «crítica. Pagamos todos los impuestos y no tenemos respaldo». Este empresario, que ha pasado de tener 16 empleados en 2019 a seis en la actualidad, mantiene el tipo con ofertas y el sevicio de ‘take away’ y renegocia los alquileres de sus locales mientras asegura que «se está agotando el poder adquisitivo de la gente».

José Ramón Noguera, presidente de la asociación de vecinos y comerciantes de Platja d’en Bossa, apoya las reivindicaciones de ABRE y reivindica las propuestas que plantean a las administraciones públicas, al igual que John Granados, de Sant Jordi, que se dedica al sector inmobiliario pero participó en la manifestación «porque esto nos afecta a todos y hay que apoyarles porque si funciona la restauración, funciona Ibiza».

«Si no podemos trabajar, que no nos cobren los impuestos»
El presidente de la nueva asociación de hostelería de Ibiza, Juan Olmos, resume así el mensaje que la caravana de vehículos quiso transmitir ayer a las instituciones, un mensaje que revela la indignación entre los dueños de bares, restaurantes y cafeterías que se han visto obligados a cerrar ante el alarmante avance de los contagios en la isla. Esta asociación nació en noviembre del año pasado al considerar que el sector de la restauración de la Petita i Mitjana Empresa d’Eivissa i Formentera (Pimeef) no defendía sus intereses, aunque ambas entidades coinciden en buena parte de sus reclamaciones. Juan Olmos (Es Mercat y Can Tina), Alessandro Pugliese (Ágora), Juan Cofone (El bardo), Andrea Plaga (Pizza y Más) y Ángel Ruiz (Sa Vida) son los intregrantes de la junta directiva provisional de ABRE, que está pendiente de tramitar su constitución oficial y que tiene previsto celebrar su primera asamblea general el próximo mes de mayo, de donde saldrá el presidente y la directiva para los próximos cuatro años.

Estos empresarios mostraron su satisfacción por el respaldo recibido hasta ahora, que calculan que abarca a más de 200 negocios de la isla.