El polideportivo de Ses Païsses acogerá los test hasta el martes. | Arguiñe Escandón

Un total de 1.424 vecinos de Sant Antoni acudieron ayer al cribado poblacional que se inició en el polideportivo de Ses Païsses, una alta participación que es muy semejante a la que se registró en la primera jornada que se realizó en Vila hace una semana. De hecho, el primer día en la capital insular se saldó con una cifra muy similar, 1.394 test de antígenos.
Durante esta primera jornada en Sant Antoni, el equipo de sanitarios que coordina la Central Covid de Baleares ha detectado 12 positivos, lo que representa una tasa de positividad del 0,8%. Las personas que han tenido un resultado positivo en el test rápido han sido sometidas a una prueba PCR que será enviada al laboratorio del Hospital Universitario Son Espases, en Mallorca, como prueba de confirmación y que servirá además para el estudio y seguimiento de la cepa británica. Los contactos estrechos de estos positivos detectados en Ses Païsses también han sido sometidos a una PCR que igualmente será analizada en Son Espases.

La participación de los residentes en Sant Antoni, el segundo municipio de la isla con mayor incidencia del covid, ha superado las expectativas de los coordinadores. Los vecinos mayores de 16 años del casco urbano (zona 1), donde se presumía un mayor índice de contagios, se han volcado en esta primera jornada. La campaña continúa hoy para los residentes en la zona 2 (S’Arenal, Es Pouet, Es Regueró, Es Molí, Sa Serra, Ses Païsses, Can Bonet y Can Pujolet). Mañana, lunes, será el turno de la zona 3, en la que está comprendido el resto de barrios y pueblos del municipio. El martes, el dispositivo anti covid permanecerá abierto para todos los vecinos que no hayan podido acudir previamente. Después de Sant Antoni, el equipo de 40 profesionales sanitarios que coordina la Central Covid se desplazará al polideportivo de Santa Euària a partir del próximo jueves, 28 de enero, hasta el lunes 1 de febrero. En este cribado también podrá participar la población de Sant Joan. A continuación llegará el turno para los residentes en el municipio de Sant Josep, entre el 4 y el 7 de febrero, aunque aún no se determinado el recinto donde se llevará a cabo.

Los vecinos de Sant Antoni
Francisca Moreno encarna el espíritu de los centenares de vecinos de Sant Antoni que ayer guardaban cola para acceder al polideportivo en el primer día de cribado masivo. Es mayor y siente que era una obligación. Le enorgullece aportar su granito de arena para controlar la expansión del coronavirus. Lo hace también, como todos, por su familia. Vive en la calle Soledad, en el centro del pueblo, y se ha acercado hasta Ses Païsses para hacerse el test de antígenos y quedarse más tranquila. Considera que todos los ciudadanos deberían someterse a esta prueba y que además «la vacuna debería ser obligatoria para todos».

Lo mismo opinan Rafael y María José, que tienen dos niños pequeños y viven en la calle Rosell. Están contentos porque así protegerán a su familia. Elogian la organización del dispositivo que se ha desplegado y se vacunarán el primer día que les corresponda.

Al cabo de una hora de abrir sus puertas, la cola ante el pabellón va creciendo. Sopla un intenso viento y la gente avanza lentamente hacia la entrada. Sienten una mezcla de orgullo y emoción por la solidaridad que están demostrando los vecinos. Ante este episodio de emergencia sanitaria, Julián Cano apenas lo dudó: «Es necesario». Aguarda su turno junto a su esposa, María Trinidad, y casi le brotan las lágrimas cuando contempla que la afluencia al recinto va creciendo y creciendo. «La gente está concienciada, y después, a vacunarnos todos, sin dudarlo».

Marian Ovidiu viene de Port des Torrent. Rumano de 21 años, trabajaba en la hostelería y ahora está en paro, como muchos de los que van llegando. Reconoce que tiene un poco de miedo, pero admite que habrá que ponerse la vacuna.

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Teresa y José, madre e hijo, están animados en la cola. No querían dejarlo para el final. Viven en el centro del pueblo y se vacunarán sí o sí. Él es sanitario y recalca que el operativo anti virus «está funcionando muy bien, y ojalá que lleguen pronto las vacunas».
Juan e Irene son amigos, viven en la calle Reyes Católicos y también están paro. Opinan de igual forma que «todo el mundo» debería hacerse las pruebas y serán los primeros en vacunarse cuando les toque. Animan a todos los residentes en Sant Antoni a pasar por el polideportivo. Sus amigos ya lo están haciendo a lo largo de la jornada.

Aunque la mayor parte de los vecinos que se acercaron a hacerse el test de antígenos estarían dispuestos a ponerse la vacuna inmediatamente, no todos piensan lo mismo. Es el caso de Fernanda, que vive en Ses Païsses. Hacerse la prueba le parece necesario, pero lo de vacunarse no lo tiene tan claro. «No me fío de una vacuna que se hecho de forma tan rápida. Sólo me la pondré si me obligan, si me obliga el Gobierno». Su marido, que es sanitario, comparte esta opinión.

Marlyn y Cynthia, en paro, vienen para descartar que estén contagiadas. Lo hacen por sus padres y están contentas. Realizan un llamamiento a los vecinos para que acudan en los próximos días y elogian el operativo que se ha organizado. Sin embargo, no están del todo concienciadas con respecto a la vacunación. «No sé que haremos, aunque si nos obligan tendremos que ponérnosla».

Mariela y Maricela, que viven muy cerca del pabellón, están contentas porque toda su familia está bien. Quieren asegurarse de que ellas tampoco se han contagiado, «pero yo no me pondría la vacuna porque no se conocen bien los efectos aún y cada cuerpo es diferente: somos reacias a ponérnosla, pero ya veremos qué pasa», expresan.

Informar y concienciar
La conselleria de Salud del Govern recordó ayer que los cribados masivos conllevan asimismo un componente sustancial de concienciación e información a la ciudadanía. En la isla de Ibiza, de forma paralela a los cribados, se ha puesto en marcha una campaña dirigida a informar, concienciar y ayudar a los afectados para que realicen un correcto aislamiento si se ven obligados a hacerlo.

Los cribados son una de las medidas más directas que ha puesto en marcha la la conselleria para hacer frente a la pandemia, para cortar los contagios y para paliar la presión en los centros de salud y los hospitales de las islas.