Imagen de archivo de un día de lluvia en Ibiza. | MARCELO SASTRE

El incremento de uso de agua desalada para reducir la presión sobre los acuíferos para el abastecimiento urbano, así como la ampliación de la depuradora de Santa Eulària y la finalización del tanque de tormentas de Vila son algunos de los logros registrados en 2020 en materia de gestión de aguas, según destacó la Alianza por el Agua de Ibiza y Formentera en un comunicado.

Dicha entidad señaló a su vez que la presión de extracción de agua en los acuíferos se ha visto reducida a niveles de la década de los 90 «gracias al incremento del consumo de agua desalada por parte de los municipios de Ibiza».

Esta fuerte caída del consumo de agua de pozo posibilita la recuperación de las reservas hídricas subterráneas «y mejorar la resilencia de la isla frente a periodos de sequía». en este sentido, recalcaron desde la Alianza por el Agua, Ibiza se encuentra en estos momentos en un escenario de prealerta por sequía por baja pluviometría del año 2020.

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En lo que se refiere a Formentera, la Alianza destacó positivamente el inicio de las obras de ampliación de la desaladora con un incremento de la producción de 500 metros cúbicos anuales, mejorando de esta forma la garantía de suministro en la isla.

En cuanto a los aspectos negativos del pasado año, este organismo lamentó que no se resolvieran retos pendientes como el retraso en la finalización de la nueva depuradora de Sa Coma, «así como la elevada carga contaminante del alcantarillado municipal que reciben las depuradoras de las Pitiusas».

Otro de los objetivos a lograr en el año 2021, según la Alianza por el Agua de Ibiza y Formentera, es reducir las elevadas pérdidas en la red de abastecimiento municipal, especialmente en los municipios de Santa Eulària y Sant Josep, que superan con creces el 25% de máximo establecido por el Plan Hidrológico de las Islas Baleares. Los municipios de Vila, San Antoni y Sant Joan, por su parte, se sitúan por debajo de estos límites.