Eugenia Carandell y Javier Arranz, ayer, en comparecencia de prensa.

El portavoz del Comité Autonómico de Gestión de Enfermedades Infecciosas de Baleares, Javier Arranz, reconoció ayer en rueda de prensa cierta preocupación por las posibles variantes de la COVID-19 que lleguen el archipiélago. En especial, mencionó a la cepa británica que lleva desde Navidad en Baleares y que está detrás de muchos de los ca-sos que se han registrado en Ibiza durante las últimas semanas.

Sobre el resto de variantes aseguró que todavía no se ha detectado su presencia. A falta de que Salud determine nuevas cifras con los estudios que se están llevando a cabo con las pruebas obtenidas en los cribados celebrados en Vila, Sant Antoni, Santa Eulària y Sant Joan, la evidencia de la presencia de esta variante es plausible y desde el Govern admiten que esta y la aparición de nuevas cepas será clave en el futuro próximo a la hora de tomar decisiones.

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Tanto es así, que Arranz no dudo en asegurar que «la variante británica se hará la predominante en las islas». Afirmó que será así porque en el resto de países en los que ha aparecido esta cepa del coronavirus se ha dado esta circunstancia. Por ello, Arranz no dudo en asegurar que es vital que la curva y los casos bajen en las islas al máximo posible: «Cuanto más baja esté la curva mejor». «Cuanto más bajos nos pille mejor, porque es previsible que se extienda con rapidez», añadió, algo que llevaría consigo una problemáti-ca de presión asistencial en los hospitales. En esa misma línea, señaló que esta alta transmisión «obliga a analizar mucho las incidencias».

Por último, reconoció la importancia de la vacunación para evitar que esta variante mucho más contagiosa se pueda transmitir con celeridad, sobre todo en las personas mayores que son las que requieren en mayor medida ingreso hospitalario.