Tomás Ortega vendiendo cupones en la acera de la Avda España. | Toni Planells

El pasado 22 de diciembre un camión echó abajo el kiosco de la ONCE que hay a la altura del número 18 de la Avenida España, frente al Conservatorio de Música. Ocurrió a primera hora de la mañana y no hubo heridos, pero el responsable de la caseta se quedó sin el techo bajo el que había estado vendiendo sus cupones los últimos dos años.

Desde entonces, Tomás Ortega sigue acudiendo a diario a su puesto de trabajo. Con una silla plegable, una tabla de madera y tiras de ilusión bajo el brazo, cada mañana se sitúa al lado de donde estaba su kiosco para seguir atendiendo a sus clientes.

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Echa de menos la comodidad de poder trabajar dentro del kiosco. Ahora se apaña con una tabla de madera sobre sus rodillas, donde con una goma sujeta las tiras de distintos cupones que ofrece a sus clientes. La meteorología también juega en su contra ya que, aunque «todavía no ha llovido», el frío, tal y como cuenta a Periódico de Ibiza y Formentera , «no hizo frío hasta el día que se cayó el kiosco». Lo peor es el viento, que un día se le llevó una tira volando, que rescató una señora que pasaba.

Tiene la esperanza de ver repuesto el kiosco, por lo menos, para cuando empiece verano: le teme más al calor estival que al frío, la lluvia y el viento que pueda soportar en los meses de invierno. Aún así se agarra a la posibilidad de que la nueva presidenta de la ONCE, que se estrenará en el puesto este próximo lunes, pueda agilizar los trámites para que la nueva caseta de Tomás llegue antes de que el viento le vuelva a hacer volar una tira de cupones.

Desde la central de la ONCE Baleares, en Mallorca, son conscientes de la incidencia y manifiestan su intención de reponerla «lo antes posible», pero sin aventurarse a concretar fechas. Apuntan a la falta de kioscos de reserva, así como de la complicación a la hora de reponer este tipo de instalaciones, que se fabrican en Asturias. Desde el Ayuntamiento de Eivissa no hay ningún tipo de impedimento para reponer la estructura, por lo que Tomás seguirá pendiente de novedades por parte de su empresa para poder volver a colgar los cupones en la ventana de su caseta.