Santa Eulària celebró ayer su día grande con una imagen muy distinta a la de otros años. El Puig de Missa apenas tuvo gente, con escasa representación institucional separada por la consiguiente distancia de seguridad y encabezada por la alcaldesa, Carmen Ferrer, y sin vecinos en el exterior. Incluso, el Grup de Ball Pagès Es Broll, no pudo contar con todos sus miembros, siendo representados por tres de ellos que no dudaron en dedicar una ‘curta’ a todos los que no pudieron acudir.