Antes de empezar la entrevista, el alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz (Ibiza, 1978), me regala un bolígrafo de Paradores. Tiene ganas de hablar de la evolución de «una obra de ingeniería» que le emociona y que confía inaugurar esta legislatura. «Es un proyecto ilusionante. Espero que esté abierto todo el año y sea un polo de atracción para Dalt Vila». La entrevista fue concertada cuando Ibiza encabezaba el ranking de las ciudades con mayor índice de contagios del país. Se celebró el jueves y fue actualizada ayer. La oposición dice que está escondido. Aquí respondió a todo lo que le preguntamos. Por si acaso, su equipo le había proporcionado datos de todas las concejalías.

—En clave electoral, el nombramiento de Josep Marí Ribas Agustinet como conseller de Movilidad y Vivienda le aleja de ser candidato al Consell d’Eivissa en 2023.
—Rafa Ruiz nunca ha querido ser candidato al Consell, ni quiero serlo. Pep es la persona más preparada para serlo y una elección lógica. Si él quiere, será nuestro candidato. Recuperar el Consell es fundamental.

—¿Dónde se ve usted en mayo de 2023?
—Estoy 100% volcado en superar la pandemia que nos ha roto en canal. Todo el mundo sabe que a mí lo que más me gusta es ser alcalde de Ibiza.

—Valore la remodelación del Govern.
—Se van tres excelentes consellers, entran tres consellers que lo harán igualmente bien y reforzamos el grupo parlamentario. Pienso que el Govern sale reforzado.

—¿Qué le pedirá a Agustinet?
—Nada que no sepa. Que haya sido alcalde es una ventaja para los alcaldes. Si en algún sitio hace falta una política de vivienda es en la isla.

—Ahora tendrá que decidir sobre el puerto de Sant Antoni después de haber votado en contra de los ferris.
—No tenemos la misma visión sobre este asunto. Tiene trabajo por delante para tratar de llegar a acuerdos. Es mi secretario general, conoce mi postura que es la misma que expresé en su periódico: es mejor una isla con dos puertos que con uno.

—¿Le propuso Armengol ser conseller?
—No y no me extraña.

—¿Le consultó?
—(silencio)… Soy el secretario autonómico de política municipal del PSIB y me lo comentó, di mi opinión, también a Pilar Costa, con quien tengo una excelente relación. En una decisión así, la opinión de los demás importa poco.

—¿Qué le dijo Pilar Costa sobre su regreso a la dirección del Grupo Parlamentario Socialista?
—Le avala una larga trayectoria, estamos en un momento de máxima tensión y el grupo parlamentario es muy joven y necesita ser fortalecido. En Presidencia, habrá más energía. La echaré de menos porque tener una relación directa con la consellera de Presidencia es muy importante para cualquier alcalde.

—¿Qué ha pasado en la chapuza de las oposiciones a policía local?
—No somos los primeros que hemos podido tener un error en un proceso selectivo. El lunes (mañana) lo valoraremos detenidamente junto al director de Recursos Humanos y veremos hasta dónde nos hemos equivocado y asumiremos nuestra responsabilidad. Lo primero es pedir disculpas a quien se haya sentido agraviado.

—Me imagino que la llamada del entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, no ha sido la única que ha recibido en las últimas semanas el alcalde de la ciudad de España con mayor incidencia del coronavirus. ¿Qué les explicaba?
—Lo que ya sabemos todos aquí. Nos ha perjudicado durante toda la pandemia tener una de las densidades de población más altas del país, la relajación de las restricciones antes de Navidad, la cepa británica… Soy de mirar hacia adelante y afortunadamente parece que lo vamos superando. Fueron días muy difíciles.

—¿Qué pensó cuando recibió la noticia de la entrada de la cepa británica?
—Lo intuíamos, porque no era normal, ya que la mayoría de la ciudadanía es cumplidora. Estamos angustiados, la cepa se mueve muy bien con los incumplidores. Ver morir vecinos de Ibiza casi cada día es muy difícil. Cuando cerramos l’Eixample parecía que habíamos llegado al tope (600 casos de IA14), hemos llegado 3.200 de IA14 hace unas semanas. Estamos aprendiendo de estas situaciones, aunque el virus no deja de sorprendernos cada día. Cada vez hay más gente que se lo toma en serio, hemos tensionado nuestro sistema sanitario y hemos tenido días muy tristes. Es lo que tenemos que hacer hasta que estemos todos vacunados, y diría que hasta después de vacunarnos, porque me temo que esto ha venido para quedarse. Mucha gente aspira a vivir como antes, pero nada será como antes, nos acercaremos, pero no será igual. No viviremos un momento más difícil que éste. Usted no creo que vuelva a entrevistar a un alcalde de una ciudad en una situación tan delicada.

—Espero, pero la realidad siempre supera la ficción. ¿En qué cree que cambiará el mundo?
—Seremos más prudentes porque el virus nos ha demostrado que somos vulnerables. Esto es una tierra próspera, pero nuestro motor ha fallado, ya que el turismo se ha visto muy afectado. Me genera muchos interrogantes el ocio nocturno, donde somos los mejores del mundo. El Ayuntamiento nunca ha hecho promoción, pero quiero dejar claro que ser el mejor del mundo en algo es muy difícil de lograr y muy difícil de mantener. También veo una oportunidad para cambiar el modelo. Menorca y Mallorca dependen menos del turismo. Muchos decíamos que dependemos demasiado del turismo y hemos de buscar otra manera de vivir. Cuando pasó el accidente del Prestige, yo me preguntaba qué pasaría si Ibiza tuviera un Prestige. Y esto está siendo nuestro Prestige porque nosotros no tenemos nada más. Hasta los profesores vivimos del turismo. Ibiza siempre ha sido un territorio líder y emprendedor y saldremos de esta. Soy optimista.

Rafa Ruiz, durante la entrevista. Foto: Daniel Espinosa.

—¿Cuál es el plan para aprovechar la oportunidad, si es que tiene?
—El plan es superar la crisis sanitaria. Ahora estamos todavía por encima de mil (de incidencia acumulada). Con 600 nos parecía un drama. Esto nos ha roto el estilo de vida, hemos de estar a distancia, con mascarilla… Hemos de reforzar la sanidad pública… Salir de esta requiere un esfuerzo colectivo, ya que todos somos parte activa de la solución. La reacción del cribado fue emocionante. Tenía dudas de la repuesta, pero cuando vi tanta gente el primer día se me saltaron las lágrimas...

—¿Metafóricamente?
—No, no, totalmente cierto. Estaba esperando al presidente (Vicent Marí) y a la la presidenta (Francina Armengol), me hice el test, vi a tanta gente, a gente mayor y me emocioné... No es lo mismo hacerte la prueba con 20 años que con 80 años... Ver sus portadas con muertos a diario de gente que antes estaba aquí y ahora no está... Hablas con los sanitarios, que son unos máquinas... Después de donde veníamos... Todo ello te da fuerza para ser implacable con los que incumplen. Me quedo con la respuesta de la ciudadanía y con el resultado, ya que paramos muchos contagios, más de 400. En un Consell d’Alcaldes le dije a la presidenta: «por favor, hagámoslo lo antes posible». Y se montó en tiempo récord. Es que Sant Joan no tenía virus y superó los 600 de Vila de noviembre, cuando dije que era el peor momento de la ciudad. Formentera parecía un paraíso... Hemos de ser muy cautos.

—¿Y el plan?
—Fomentear la emprendeduría, insistir en acciones tipo el vivero de empresas, evitar que nos quede gente por el camino, tener una estructura fuerte de servicios públicos y apostar evidentemente por el turismo. El objetivo inmediato es lograr que cierre el menor número de empresas posibles. Por eso hemos puesto ayudas como nunca, a pesar de haber dejado de ingresar tasas como nunca. Y se si alarga, seguiremos ayudando.

—¿Será el momento de la desestacionalización como deslizó el otro día el director insular de turismo en el BNP?
—Habíamos avanzado bastante en los últimos años, pero me cuesta verlo. Dependemos de las aerolíneas y también están sufriendo mucho. Tenemos mucho potencial para tener ocupaciones dignas en abril, en octubre y en noviembre. A corto plazo, no creo que sea el camino, veo a la gente con más ganas de verano.

—¿Se ha vacunado?
—Noooo, por ahora no, me vacunaré cuando me toque.

—¿Cree que los altos cargos socialistas que se han vacunado deben dimitir?
—Me ocupo de mis competencias. Entiendo que en Baleares se ha cumplido el protocolo y poco más puedo añadir.

—¿Qué piensa de priorizar la vacunación en las zonas turísticas para favorecer la dinaminzación de la economía?
—Somos un país, somo solidarios y hemos de seguir así. Los presidentes de las comunidades llegarán a un acuerdo ecuánime a la hora de priorizar. No quiero salirme de aquí. Hay una preocupación importante por parte del Estado por la situación de las islas, Baleares y Canarias. Es difícil hablar de unos primeros y los otros después. El PCR era la panacea y con controles en el aeropuerto estamos como estamos. Tampoco será la panacea la vacuna, nos tendremos que seguir protegiendo. Ha de pasar más tiempo.

—¿Ve turistas en mayo?
—Estaremos mejor de lo que estamos. Vamos a buen ritmo.

—¿Cuándo abrirán los bares?
—El exterior será más fácil. Mallorca tiene 200 (de IA14) y siguen cerrados. Y sin tanta incidencia de la cepa británica.

—¿Qué se esperaba que le preguntara y no le he preguntado?
—Me ha preguntado muchas cosas.

—Otro día le preguntaré por la Marina, por el plan de movilidad, por la falta de aparcamiento, por las obras de separación de pluviales y residuales, por el plan general, por el contrato del agua…

«Algún día subirá la UD Ibiza y ojalá haya un ibicenco en la plantilla en 10 años»


—Veo que tiene una caja de la UD Ibiza sobre la mesa...
—El ascenso sería una vía buena para desestacionalizar. Estuve con el alcalde de Madrid y me habló del Ibiza. Cuando voy fuera mucha gente me habla del Ibiza. Es un proyecto muy serio, que se preocupa también de las categorías menores… Ojalá tengamos a alguien de aquí en el primer equipo dentro de 10 años. Todo apunta a que algún día subiremos a Segunda y esto ya es otra cosa. Sería histórico. Turísticamente tendría mucho valor.

-Y si…
—Ya, ya, ya… Subir a Primera… Lo que genera el deporte es increíble. Lo que vivimos con el Barça en Can Misses fue histórico.

«No deben de estar tan mal las cuentas como las apoya Cs»

—Escuché a un restaurador que comparaba el cierre de los locales con una expropiación temporal, pero sin justiprecio. Me pareció acertada la comparación.
—Nosotros no hemos cobrado ocupación de vía pública, les hemos dejado ampliar terraza, hemos quitado coches para que pudieran ampliar las terrazas. A nivel municipal, nos pueden pedir poco más. El Govern ayuda más que otras autonomías donde gobiernan algunos de los que critican mucho. Dicho todo ello, con la máxima solidaridad con los hosteleros. Por mucho que hagamos, nunca será suficiente. Yo no soy científico, soy disciplinado y todo el mundo cierra la hostelería...

—La pregunta no es si han de cerrarse o no los locales, es en relación a la poca ayuda que reciben por estar cerrados.
—El Gobierno central debería ser más valiente a la hora de intervenir los alquileres. Una pizzería que lleva 30 años pagando el alquiler no ha sido ayudada por el propietario y ha tenido que cerrar. Eso no puede ser. No podemos quedar impasibles ante esto. El propietario ha de colaborar y, si no colabora, el Gobierno le ha de obligar a colaborar. Esto es una línea de la que no se habla. Y también le digo que debería haber más ayuda del Gobierno.

—¿Por qué no baja los impuestos?
—Esto lo pide la oposición. No está tan mal el equilibrio fiscal de esta ciudad, cuando un partido como Ciudadanos ha apoyado los presupuestos y está gobernando media España con el PP. La presión fiscal está equilibrada con lo que necesitamos para atender la emergencia social que es máxima. Una lectura que hago yo es que con la presión actual no tenemos nivel de morosidad. Pienso que estamos equilibrados y hemos hecho un esfuerzo. El año pasado fueron casi nueve millones entre todas las partidas. Algunos que critican…

—Yo no le critico. Yo le pregunto. Convénzame.
—El IBI no se ha de bajar. No hemos cobrado tasa de basura cuando han tenido que cerrar y eso no pasa en todos los ayuntamientos…

—Creo que no me ha respondido.
—Porque hemos de mantener el equilibrio.

—El Ayuntamiento tiene mucho remanente y eso no significa equilibrio, sino todo lo contrario.
—El remanente está destinado a lo que está destinado.

—Cuando está destinado a algo, deja de ser remanente.
—¿Por qué tenemos este remanente?

—Porque no supieron ejecutar los presupuestos como el Ayuntamiento de Santa Eulària, que casi no tiene remanente.
—No es verdad, porque tiene mucha deuda. Tenemos remanente por una ley injusta, hecha por un gobierno del PP y mantenida por una ministra socialista que cercena la autonomía local. Por eso tenemos remanente. No me dejan gastar.

—Ahora sí.
—No. Nos dejan gastar una parte. Si ahora quiero contratar a 40 trabajadores porque me hacen falta, no puedo. Yo quiero la misma norma que las comunidades y el Gobierno. Yo no tengo deuda, así que quiero recuperar la autonomía que tengo y que no tengo que pedir a nadie.

—¿Cuánto remanente tiene el Ayuntamiento?
—Alrededor de 20 millones, pero lo bajaremos porque muchas inversiones serán financiadas por el remanente.

—¿Cuándo lanzarán la línea de ayudas junto al Govern y al Consell d’Eivissa para los sectores afectados?
—No tardará mucho.

—¿Sabe cuántas empresas han cerrado en Ibiza?
—No. Conozco casos muy desgraciados y esperemos que no cierren más. Los gimnasios también sufren mucho, sobre todo si el propietario no colabora. Es difícil aguantar mucho más tiempo. Espero que arranque la temporada.

—¿Cree que habrá temporada?
—La esperanza de todos es que sí. Vivimos desde hace 50 años de las temporadas. Depende de nosotros. Primero hay que bajar la curva, que en este caso es el Everest. Dentro de la gravedad, tengo esperanza en la ciencia, en la vacuna… El turismo es clave para la recuperación social y es fundamental que haya temporada. No me cabe en la cabeza que no haya, con más o con menos intensidad, tiene que haber. La marca Ibiza pesa mucho a nivel mundial y no es lo mismo decir que Ibiza está abierta a que esté cerrada. La alcaldesa de París me dijo que los parisinos están locos por venir a Ibiza. Eso es importante.

«Las VPO no siempre han de estar en las afueras de las ciudades»

—¿El Govern ha de subir los sueldos a los profesionales sanitarios y/o construir viviendas para ellos?
—Prefiero no comentar situaciones laborales de las que desconozco los detalles. No hay duda, en cualquier caso, que la situación en Baleares es delicada y necesitamos una política decidida de vivienda pública y el Govern la está haciendo. Nosotros somos el único municipio de Ibiza que está haciendo vivienda pública. No es la solución y es insuficiente, pero es más solución que ser los últimos de Europa en vivienda pública. Yo tengo un amigo, un ingeniero que trabaja en la Renault, con un buen salario, y vive en una vivienda pública en París por 200 euros. Esto aquí no pasa. España es el país de Europa con menos parque de vivienda pública. Y Baleares, la que menos. Esto no ayuda. Nosotros tenemos una política de vivienda pública decidida.

—Me parece que está muy lejos de ser una política decidida de vivienda. Yo tengo un amigo que es el gerente de Patronato de Vivienda de Salamanca, entidad municipal que se dedica exclusivamente a hacer promociones de vivienda pública. Eso me parece más decidido que entregar suelo al Govern balear.
—No es suficiente, pero hago más que cualquier otro de la isla y creo que de Baleares. Somos una de las ciudades que estamos en el Plan Nacional de Vivienda, junto a Barcelona, Madrid, Valencia, Sevilla... No me pongo medallas, si ha sonado triunfalista, no era mi intención porque hasta que la gente deje de tener este problema, no podremos estar satisfechos. El problema es muy grande. La vivienda es un derecho, no es un lujo, y ahora es muy difícil para cualquier persona acceder a una vivienda digna. Ni Madrid, ni Barcelona, ni ninguna ciudad tiene el problema que tenemos aquí. A mí me gustaría consensuar las políticas de vivienda con el principal partido de la oposición porque no tiene sentido que hagamos una política, le puede parecer más decidida o menos decidida, que no tenga continuidad.

—¿Le ha propuesto algún pacto al PP en este sentido?
—No tenemos el mismo modelo y no llegamos a consensos. En el caso de que vuelvan a gobernar no continuarán nuestra política. El señor Company hizo menos cero viviendas. A mí me criticaron por obligar a que el 30% de la parcela se destinara a vivienda pública en el nuevo PGOU. Me dijeron de Che Guevara para arriba. La política de vivienda ha de ser intervencionista. ¿Ve las montañas cómo están (señala con el dedo)? Están llenas de casas. ¿Cuánta gente de Ibiza vive en estas montañas?

—Los que pueden.
—Muy poca gente de aquí y esto se debería haber evitado. Mirar hacia atrás siempre es más fácil, así que miremos hacia adelante. Yo pienso que hacer vivienda pública en Isidoro Macabich, con un diseño potente, de referencia, es una buena política de vivienda. El edificio costará más de ocho millones de euros, pero la gente modesta podrá vivir en el centro de la ciudad. El PP piensa que no. El PP, cuando desgobernó esta ciudad, no fue capaz de entregar las llaves de una promoción que les dejamos acabada. Ahora ha cambiado su posición. Por ejemplo, el Consell está decidido a combatir los pisos turísticos. Cuando dije que los iba a prohibir, me dijeron de todo. Ahora todos estamos de acuerdo, en parte porque la Federación Hotelera apretó. No me parece bien llegar a acuerdos con Airbnb porque nos ha hecho mucho daño a todos, al precio de la vivienda, al del hostal que paga sus impuestos, al producto turístico… Mucho daño.

—Subastando el terreno del centro se podrían hacer muchas más viviendas en otras partes de la ciudad y resolver el problema a muchas más familias.
—Es una visión mercantilista de la vivienda, que comprendo pero no comparto. Creo importante que haya vivienda pública en el centro de la ciudad. No siempre han de estar a las afueras. ¿Por qué una persona humilde no se puede comprar un piso en el centro de la ciudad?

—De la misma manera que no se puede comprar un coche de lujo, ni llevar a sus hijos al Mestral, ni operarse en el Monte Sinaí aunque le gustase...
—No tenemos esta visión. La vivienda es un derecho fundamental y los socialistas buscamos que todos tengamos las mismas oportunidades. En Ibiza, cualquiera puede tener una buena educación, sea en el Mestral o sea en el Can Misses. En cambio, no cualquiera puede comprarse un piso porque se ha desorbitado el precio.

—¿Cuántas veces le ha ofrecido el pacto al jefe de la oposición?
—Muchas veces.

—¿Dónde? ¿En un Pleno o le ha llamado y le ha invitado a venir aquí, a su despacho, a negociar de verdad?
—A diferencia de otros alcaldes de esta isla, he hecho más juntas de portavoces que otros, y más que el PP en toda la legislatura. Tendremos más o menos coincidencias, pero el jefe de la oposición no se puede quejar del trato.

—Insisto en la pregunta, ¿usted le ha llamado?
—Yo se lo he ofrecido, pero sé que nunca estaremos de acuerdo en la promoción de Isidoro Macabich. La ley de Aznar que liberalizó el suelo y que es la responsable de lo que vemos en las montañas no me parece bien. Primero por la destrucción del territorio y segundo porque no es para la gente de aquí y estas casas están vacías durante casi todo el año.

—¿Cuántas viviendas se han hecho en Ibiza gracias a la liberalización del suelo de Aznar a la que alude?
—Muchas.

—Falso. No se ha hecho ninguna.
—Discrepo. En esta isla se deberían haber hecho las cosas de otra manera, pero yo no soy presidente del Consell d’Eivissa, yo me ocupo de la ciudad.